Tour de Francia
Dries Devenyns, el más veterano de la actual edición de la carrera francesa, cumplirá 40 años en el día antes de la clausura en París.
Detrás de un campeonísimo siempre maniobran excelentes gregarios, protectores y guías en los momentos y escenarios más hostiles. Eso lo sabe bien el fenómeno belga Remco Evenepoel, un tipo siempre agradecido con sus compañeros y, sobre todo, con su compatriota Dries Devenyns (Lovania, 1983).
En las restricciones provocadas por la pandemia, en la comarca de la Ardenas, Devenyns dejaba por unas horas a su pareja y a su hija para escaparse con sus compañeros Tim Declerq y Stijn Steels para soltar músculo por las quebradas carreteras que acogen las clásicas de primavera. En varias ocasiones, Remco se unía al trío. Entonces, Devenyns, con 36 años, ya ejercía como tutor del joven escalador que un año antes, tras aparcar el fútbol, debutó como profesional. Evenepoel atesora un especial aprecio por uno de los escuderos más completos del pelotón internacional. «Para mí significa mucho, ya que tiene mucha experiencia y sé que puedo confiar ciegamente en él», ha dicho el campeón del mundo en ruta.
Devenyns es el abuelo de este Tour que el martes terminó en Nogaro, con la segunda victoria consecutiva de su compatriota Jasper Philipsen. El belga cumplirá 40 años el próximo día 22, cuando se dispute la penúltima jornada de la carrera. Quizás aplace la celebración para el día siguiente, en la clausura en París.
«Mi entretenimiento preferido»
Este belga es un corredor versátil, con valiosas prestaciones en citas de media montaña y en grandes vueltas. Ahora afronta su octavo Tour de Francia y ya ha sellado tres Giros de Italia y dos Vueltas a España. En sus 12 apariciones en las tres grandes sólo ha abandonado en una ocasión, en el Tour de 2014. «El ciclismo es mi profesión, pero también mi entretenimiento preferido», señala Devenyns, en declaraciones muy similares a las que hacía Alejandro Valverde.
Él es una pieza básica en el engranaje del Soudal Quick-Step en este Tour. Cuando la carretera se empina, siempre aparece cerca de Julian Alaphilippe.También colabora con Remi Cavagna y Michael Morkov en la preparación de los sprints para Fabio Jakobsen (sufrió una caída en el caótico final en el circuito de Nogaro). El suyo es el trabajo oscuro de un especialista acostumbrado a convivir en la parte trasera del pelotón. En la primera etapa, con final en Bilbao, terminó en el puesto 69º. En la llegada a San Sebastián fue 60º; en Bayona, 148º, y ayer, 125º. En la general es 62º, a 15:48 del líder Adam Yates.
El veterano director Patrick Lefevere sabe que su capacidad de sacrificio por el grupo es inmejorable. Desde que despuntó como amateur, ganando el campeonato de Bélgica de contrarreloj de 2005 y el Tour de Gran Bretaña, se fijó en él. En 2009, tras dos años en el Lotto, le fichó para el Quick-Step, donde permaneció hasta 2013, tras sendos ciclos en el Giant Shimano y Iam Cycling, el preparador belga le volvió a contratar en 2017.
CAPITÁN Y LABOR DE GRUPO
En el Soudal Quick-Step ejerce como capitán, todos los respetan y a ninguno le importa que su palmarés ofrezca poco lustre, con sólo siete victorias en pruebas de rango menor, como la Vuelta a Austria, el Gran Premio Marsellesa, el Tour de Valonia o Vuelta a Bélgica. Su último triunfo lo consiguió en 2020, en la prueba patrocinada por el australiano Cadel Evans.
Nada ha sido fácil para este corredor desde su estreno en la élite, en 2006. Ese año Óscar Pereiro ganó aquel insólito Tour de Francia, Vinokourov se anotó la Vuelta a España, Basso se impuso en el Giro de Italia y Bettini se enfundó el maillot arco iris. Devenyns es un superviviente de la vieja escuela.
En su primera temporada de profesional sufrió una caída que le provocó una fractura de una mano y fue atropellado por una camioneta. En 2010 terminó noveno en la Vuelta al País Vasco. En su debut en el Tour de Francia, en 2011, fue tercero en la etapa terminada en Gap. En 2012 fue octavo en la Flecha Brabanzona. En 2014, en la 14ªjornada de la Grande Boucle se cayó y fue trasladado a un hospital tras sufrir una conmoción cerebral, un neumotórax, una fractura de escápula derecha y una luxación acromioclavicular. Adiós al curso.
El Naranco, en 2016
Su campaña más redonda fue la de 2016, con la victoria en el Tour de Valonia. En la Vuelta a España tuvo su gran momento en el ascenso al Naranco, donde David de la Cruz le arrebató el triunfo en el último instante.
En 2018 fue quinto en el Tour Down Under y sexto en el Tour de Omán. En marzo, un dolor de espalda le impidió tomar la salida de la última etapa del París-Niza. Tras examinarle, los doctores le detectaron una hernia de disco de la que fue operado y que le mantuvo varios meses alejado de la competición.
Devenyns es un tipo cincelado con las heridas del ciclismo. Las heridas de la propia vida.