André Agassi: “Alcaraz tiene todos los ingredientes para destacar del resto”

André Agassi: 
"Alcaraz tiene todos los ingredientes para destacar del resto"

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El tiempo y la veteranía le han aportado paz y sosiego. No parecen quedar vestigios de los demonios que no siempre conseguía sacudirse de encima en pista y que desplegaba de tanto en tanto. Brooke Shields, su ex mujer, contaba que en un ataque de ira a André Agassi (Las Vegas, EEUU, 1970) le dio por destruir todos los trofeos que había ganado hasta ese momento, incluyendo el de Wimbledon y el US Open. Hoy, su existencia pasa más por su fundación, jugar al golf, la vida en familia junto a su mujer, Steffi Graf, y el apoyo incondicional a la ciudad que le vio crecer y convertirse en leyenda.

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A sus 53 años, se explaya como nunca en sus planteamientos filosóficos, analizando con detenimiento el mundo del tenis actual y lo que fue su legendaria carrera, el único tenista que aún puede presumir de haber ganado los cuatro Grand Slam, la medalla de oro olímpica y el torneo de maestros de final de año. Dice que ha aprendido a vivir con pocas expectativas para no decepcionarse, mantiene a Rafael Nadal en la conversación como el mejor de todos los tiempos —pese a tener dos ‘grandes’ menos que Novak Djokovic— y cree que Carlos Alcaraz reúne todas las condiciones para intentar emularle.

“Son dos grandes, uno probado, posiblemente el mejor de todos los tiempos, y otro definitivamente en puertas, muy capaz, llegando en dos momentos muy distintos”, analiza en la previa al partido amistoso que disputaron Nadal y Alcaraz en el Michelob Ultra Arena del casino Mandalay Bay de Las Vegas, una ciudad que ha explotado en el aspecto deportivo tras acoger la última Super Bowl, una carrera de Fórmula Uno y el desembarco, entre otras cosas, de un equipo de fútbol americano y de otro, próximamente, de béisbol. “Y ahora tenis”, indica con ilusión.

Del hombre que le apeó de Wimbledon por última vez destaca su capacidad para “controlar su destino minuto a minuto, desde el momento en que pisó la pista por primera vez”, además de haber sido “el rey de no darse suficiente crédito. Nunca le he visto jugar un partido donde tuviera que jugar mejor de lo que en realidad le pedía el choque. Siempre encontró la forma de hacer lo que tenía que hacer, de administrar sus esfuerzos. Es una disciplina increíble, la de no asumir riesgos que no debía asumir”.

“El camino más duro”

Alcaraz, “por el contrario, juega espectacular cada 10 segundos, sin importar lo que le pida el partido, lo que es bueno para el espectáculo, pero no estoy seguro de que sea lo más eficiente para él. Está eligiendo un camino más duro, pero tiene tanto talento que es capaz de lograrlo a pesar de ello”.

El de Nevada mantiene que con el tiempo Alcaraz irá aprendiendo a gestionar los esfuerzos como ha hecho Nadal durante toda su carrera. “Ahora el peso está sobre Carlos en ese intento de mantener un estándar que en realidad es más bien absurdo, si lo piensas bien”, analiza el campeón de ocho Grand Slams, el último en Australia en 2003. “Tiene todos los ingredientes para destacar del resto de una forma muy marcada. Pero al mismo tiempo nadie debería dar por sentado que va ganar todo por decreto”.

Con Agassi se extinguió una generación de grandes talentos norteamericanos en pista que no ha logrado tener la continuidad que se podía esperar de una potencia como Estados Unidos. Su explicación es simple. “Esa sequía tiene mucho que ver con España, Suiza y Serbia”, explica en referencia a Nadal, Federer y Djokovic. Aquello, en realidad, “fue un milagro”, suelta con una sonrisa. “Cada uno ha traído algo al juego que es único y dominante en múltiples áreas. Y el hecho de que hayan coincidido de forma colectiva es un regalo para el deporte. Imagina si uno de ellos no existiera, estaríamos hablando de uno ganando 36 Grand Slam y otro 34”.

Djokovic podría seguir sumando. Sigue siendo el actual número uno. Lo de Nadal ya es otro cantar. Planea la sombra de su retirada de una forma cada vez más ostensible. “Se merece tener su propio proceso, su salida del circuito”, manifiesta. “Espero que el cuerpo le dé la oportunidad, que si lo deja sea porque se ha dejado hasta la última gota que le quedaba en el tanque”.

El, por su parte, no echa nada de menos las exigencias del circuito. “Si algo extraño es a la gente, el proceso de entrenar, prepararte, conocer bien tu cuerpo y tu mente para estar listo. No lo echo de menos pero estoy más agradecido de lo que nunca he estado por ello”.

kpd