El equipo de El Touchdown analiza lo mejor y lo peor de la jornada en la NFL.
Con siete semanas de competición entre pecho y espalda, ya tenemos pruebas fehacientes de cómo están algunas franquicias. Las sorpresas en la NFL están a la orden del día, pero es verdad que los equipos que estaban dejando sensaciones malas, de momento, no nos han hecho cambiar de opinión y los equipos que, por el contrario, nos estaban dejando buen sabor de boca, comienzan a mostrarse más sólidos y son capaces de encontrar caminos distintos para llegar a la victoria. Con todo esto, vamos a poner nota a lo que ha sido una semana 7 más que entretenida.
En el octavo episodio de El Touchdown, los colaboradores analizan lo mejor y lo peor de esta Semana 7.
SOBRESALIENTE
Tengo que reconocer que me han asaltado las dudas para buscar lo mejor de la jornada. Me gusta muchísimo lo que está haciendo Todd Monken con Lamar Jackson en los Ravens y estamos viendo lo mejor del quarterback en el juego de pase. Pero me resulta imposible no colocarle el sobresaliente a Myles Garrett después de lo que hizo en su partido contra los Colts. Nueve tackles, dos sacks, dos fumbles provocados, un pase defendido y una acción extraordinaria para bloquear un field goal. Todo eso tuvo que hacer para que los Browns consiguieran la cuarta victoria de la temporada. Llega Hallowen y no hay nadie en la liga que de más miedo que él.
NOTABLE
En el Sunday Night Football entre los Eagles y los Dolphins, AJ Brown consiguió su quinto partido consecutivo con más de 125 yardas de recepción. El wide receiver del equipo de Philadelphia ha explotado esta temporada como uno de los tres mejores receptores del campeonato y le está dando a su quarterback toda clase de opciones, ya sea para el juego corto, medio o largo. Su imponente físico es una pesadilla para las secundarias rivales y va asfaltando cornerbacks allá por donde va.
BIEN
No está siendo una temporada sencilla para Mac Jones y, aún así, el joven quarterback sigue peleando para continuar siendo titular en un ataque que jugó su mejor partido cuando nadie lo esperaba. Frente a los Bills, Jones consiguió proteger el balón y no cometer ningún turnover. A partir de eso, las 272 yardas de pase y dos touchdowns sirvieron para que su equipo batiese a unos Bills que siguen dejándonos dudas en lo que debería ser un equipo mucho más sólido de lo que nos ha demostrado en sus siete partidos jugados. Además, victoria número 300 para Bill Belichick. (Y hay gente que lo quiere echar, ahí es nada).
SUFICIENTE
La experiencia Ridder es como subirse en una montaña rusa. Vas a tener momentos excitantes y que te van a hacer disfrutar, pero vas a llegar a la bajada final de la atracción y no vas a poder evitar cerrar los ojos por el miedo a que se consume la tragedia. Ridder condujo con mucha suficiencia a su equipo a la zona roja en su partido frente a Tampa, pero una vez llegados ahí, el propio quarterback se encargaba de dinamitar las posibilidades anotadoras para el ataque. Tres fumbles, a cada cual peor, privaron a los Falcons de un final algo más tranquilo de lo que terminó siendo. Yo, si fuera vosotros, me volvería a subir a la atracción que será el nuevo encuentro de nuestro querido quarterback el fin de semana que viene.
SUSPENSO
Al inicio de este artículo, os hablaba de sorpresas y de certezas. Pues bien, si hay algo que es seguro en 2023, es que Brian Hoyer no es un quarterback titular para la NFL. Y esto parece saberlo todo el mundo menos una persona: su entrenador. Josh McDaniels tuvo la genial idea de colocar a Hoyer comandando el ataque de los Raiders y el resultado, no por esperado, no dejó de ser sorprendente. Para mal, claro. 129 yardas de pase, cero touchdowns y dos intercepciones fue lo que hizo Hoyer mientras McDaniels veía desde la banda como los Bears los pasaban por encima. Dicen que el head coach empieza a perder la confianza del vestuario, y yo me pregunto cuándo va a perder el puesto si sigue tomando decisiones como esta.