La derrota más insospechada, un último cuarto para la historia negra y una gesta obligada contra Canadá: “Si jugamos así…”

La derrota más insospechada, un último cuarto para la historia negra y una gesta obligada contra Canadá: "Si jugamos así..."

Mundial de Baloncesto


Segunda fase

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A España, desastrosa en la derrota ante Letonia, sólo le vale ganar a los de Jordi Fernández, que cayeron ante Brasil y también se juegan el pase a cuartos. Núñez y Aldama no jugaron en toda la segunda mitad: “La experiencia es importante”.

Rudy y Llull, tras la derrota.ALBERTO NEVADOFEB

Hacía nueve años que la selección no perdía un partido en un Mundial, tan inesperado como esta vez aquel 10 de septiembre de 2014 en el Palacio, Francia arruinando la fiesta patria. Tampoco estaba en los planes caer ante Letonia, a la que ni se la aguardaba en esta segunda ronda. Ahí debería estar Francia, la vieja enemiga, las cuentas por saldar, y quizá activar esos resortes mentales que España rescata en los abismos, que la hacen única en su competitividad. Y de los que no hubo ni rastro en el Indonesia Arena, la primera vez que tocaba en turno de tarde, la más inoportuna de las siestas.

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Verbalizada la derrota con lugares comunes en los argumentos de los protagonistas, con la «falta de dureza», de «concentración», de «acierto», con «porcentajes extremadamente bajos». Con el buen hacer del rival, debutante mundialista y con su estrella, Kristaps Porzingis, en las tribunas junto a los 3.000 emocionados letones. Intentar explicar lo inexplicable, el mal comienzo, los míseros 11 puntos a favor del último acto (27 encajados), los 11 tiros libres errados, la ventaja perdida (54-42, min. 29), la falta de líderes y hasta de recursos tácticos. Un cóctel letal que aboca a dos escenarios con poco tiempo para lamer heridas: o la gesta o la debacle.

Las cuentas son tan sencillas como demoledoras: ganando a Canadá el domingo (15.30 h.), España viajará a Manila para disputar los cuartos de final y seguir optando a medalla y a las dos plazas directas a los Juegos a la que tienen derecho los europeos. La opción de que una derrota valiese en algún caso quedó pulverizada con la sorprendente victoria de los brasileños ante los de Jordi Fernández después (65-68). Pero depender de uno mismo nunca pareció más trampa, más heroico. Antes de caer, también absoluto e impensable colapso, Canadá asustaba. Ahora, de repente, se juega la vida: perder ante España también les mandaría a casa.

“Aprender”

La selección masticó su propia y cruda realidad, aunque hoy en el Hotel Fairmont, como tantas otras veces sucedió, todo sean juegos mentales para volverlo a hacer, para activar la tecla del milagro. Porque España, sin duda, es capaz y por ello se la teme. «Hay que saber asumir estas derrotas. Vienen bien para aprender cómo estamos. Se nos pone cuesta arriba la clasificación, pero esta selección ha demostrado que en los momentos difíciles es cuando más unidos tenemos que estar. Esto lo tenemos que reflejar en el próximo partido. Si jugamos como hoy, no nos mereceremos pasar de ronda», pronunció el capitán Rudy Fernández, el día que adelantó a Juan Carlos Navarro y se convirtió en el jugador español con más partidos (254), su récord más agridulce.

Rudy, tras recibir un golpe, ante Letonia.ALBERTO NEVADOFEB

Pero antes de las cábalas, la dura realidad. No se recuerda un partido más obtuso de España en mucho tiempo. Acobardada permanentemente, ni cuando gozó de una ventaja solvente tras su mejor rato en el tercer cuarto supo manejarla. Completamente quebrada ya, Scariolo mantuvo en pista un quinteto con pocos puntos en las manos: Alberto Díaz, Abrines, Rudy, Claver y Garuba. Ni rastro de los hermanos Hernangómez y los galones conquistados en el pasado Eurobasket en esa recta de meta, como no lo hubo de Santi Aldama ni de Juan Núñez, los rookies, en toda la segunda mitad. «Algunos de sus compañeros, en el sentido de la dureza, tampoco lo han hecho mejor. Pero un partido de este tipo, a vida o muerte, la experiencia es un factor importante», justificó el técnico.

«La responsabilidad recae sobre los hombros de los que han vivido muchas de estas situaciones. Para los que las han vivido pocas o ninguna, el partido puede ser una enseñanza importante para quitarse nervios y miedos», apuntó Scariolo a los veteranos que pergeñaron un dato demoledor: fue el peor último cuarto de la historia de la selección en partidos oficiales, superando el 16-31 contra Brasil (16-31) en los Juegos de Londres.

kpd