El español, en una discreta actuación, se impone por 6-4, 7-6 (2) y 6-3.
Sale el sol en Wimbledon y vuelve a jugar Carlos Alcaraz, tres días después de su debut. La lluvia obligó a reacondicionar la parte alta del cuadro y al español, como a todos los vencedores de ese sector, le tocará volver a competir este sábado. De momento, no le hizo falta deslumbrar para sacarse de encima a Alexandre Muller, un jugador sin apenas historia al que venció por 6-4, 7-6 (2) y 6-3, en dos horas y 32 minutos, clasificándose para tercera ronda.
Son dos semanas de Grand Slam y hay ocasiones en las que conviene apelar al pragmatismo, sobre todo cuando no salen las cosas como es costumbre. Fuerte, rápido y vigoroso, Alcaraz también se nutre de la inspiración y, tampoco lo olvidemos, pese a haber ganado ya Queen’s sigue siendo un neófito en esta superficie. No fue el de este viernes, ni mucho menos, su mejor partido. Basta echar un vistazo a las estadísticas, que arrojan 41 errores por 30 ganadores, dos de 14 en pelotas de break aprovechadas.
Maneja bien sus armas Muller, 84º, casi un recién llegado, a sus 26 años, un chico que se mueve por challengers y alguna vez, como meses atrás, en Marrakech, se da el gustazo de disputar una final ATP, aunque la pierda, frente a Roberto Carballés. Saca abierto, resta con todo, se va a la red, sigue el libro de instrucciones de la hierba después de ganar en primera ronda a su compatriota Arthur Rinderknech, el hombre que no anduvo lejos de dar el susto a Alcaraz en la primera ronda de Queen’s.
Digno oponente
Sólo ha jugado cinco partidos del Grand Slam y es su primer Wimbledon, pero está ante una ocasión imponente de lucir palmito, en la Central, con Martina Navratilova, que no quiere perderse la actuación del número 1, entre los ilustres testigos. Yerra mucho Alcaraz en el inicio, escapa de tres bolas de rotura en el cuarto juego, pero aprovecha en el séptimo la segunda de la que él dispone. Poco más tarde ganará el set, a la cuarta oportunidad, al servicio, tras contar con tres balas frustradas al resto.
Son suyos lo trances medulares del partido, como corresponde a un jugador que, pese a sus 20 años, ya con 11 títulos, entre ellos el Abierto de Estados Unidos. A Muller le falta cuajo para cazar al vuelo sus ocasiones, que las tiene. Le pasa por delante una pelota para ponerse 5-3 y saque en el segundo, antes del patíbulo del tie break. Este Alcaraz más serio de lo habitual, asimila bien que se trata de un partido que hay que sacar adelante. Sin más. Una rotura en el tercer set y triunfo en el segundo match point. También hay que aprender a ganar partidos así.
