El serbio superó al australiano Jordan Thompson en tres sets: 6-3, 7-6 (4) y 7-5.
De ganar a los miembros de su equipo al parchís, a acceder a tercera ronda por encima del australiano Jordan Thompson. Así pasó la tarde Novak Djokovic, que doblegó al ‘aussie‘ (6-3, 7-6 (4) y 7-5) en su segundo compromiso en Wimbledon y engrasa la maquinaria para un octavo título del que ya solo le separan cinco encuentros.
Pese a la lluvia y el día nublado en Londres, Djokovic se aisló de los problemas que rodeaban al torneo, con un programa más que pesado, jugando con su equipo al parchís en la terraza para jugadores. Mientras el serbio saltaba de casilla en casilla, David Beckham era sobrepasado con peticiones de fotos y aunque el serbio vivía abstraído de todo ello, sí se levantó para charlar amablemente con el exfutbolista inglés. No así con Orlando Bloom y Katy Perry, también invitados a la terraza y que, a su llegada, pillaron al de Belgrado mucho más enfrascado en la partida, junto a su fisio, su entrenador, Goran Ivanisevic, y su amigo, Carlos Gómez.
No parecía que el serbio fuera a tener que desenvainar la raqueta unos minutos después, cuando Iga Swiatek acabara su trabajo frente a Sara Sorribes. Estaba en actitud relajada, fuera de toda tensión y tranquilo. Muy tranquilo. Como es lógico cuando llevas más de 2.000 días sin perder en Wimbledon y cuando todos tus 40 últimos partidos en la pista central se cuentan por victorias.
Thompson, jugador competente en hierba y que fue un pequeño quebradero de cabeza con sus más de setenta subidas a la red, fue un buen test para el serbio, que después de un primer set cómodo continuó con su inercia positiva en los ‘tie breaks’ y se llevó así el segundo parcial. Djokovic ha ganado los últimos ocho desempates que ha jugado, entre el Masters 1.000 de Roma, Roland Garros y Wimbledon. Su última derrota en un ‘tie break’ data del torneo menor de Banja Luka, donde jugó a medio gas.
El australiano, ya sin su característico bigote que decidió afeitarse esta semana, planteó una buena batalla, con sus 21 saques directos e incomodando mucho a Djokovic, que veía pocos resquicios para hacerle daño.
Tuvo el siete veces campeón que llevar el partido a los márgenes para hacer temblar la raqueta del australiano, que finalmente desfalleció en un bote pronto que se quedó en la red y que entregó un nuevo triunfo a Djokovic, el hombre que todo lo gana en Wimbledon.
Con techo o sin él, sigue adelante en un torneo que aspira a ganar ocho veces y en el que ya ha dejado atrás las primeras dos vallas. La siguiente llevará el nombre del argentino Tomás Martín Etcheverry o del suizo Stan Wawrinka. Un nuevo reto o el hombre que le quitó dos Grand Slams. Se decidirá mañana, puesto que el partido fue cancelado por la lluvia.