Ocampos, el DJ de cumbias que impulsa al Sevilla en su desafío ante la Juventus

Ocampos, el DJ de cumbias que impulsa al Sevilla en su desafío ante la Juventus

Europa League

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El argentino, tras su paso por el Ajax, se ha convertido en un revulsivo del equipo andaluz, que ha abandonado los puesto de descenso y persigue la final de la Europa League

Ocampos (a la izquierda) y Oliván, en último Espanyol-Sevilla.J. MuñozEFE

«En Ámsterdam pasaron cosas que, cuando llegue el momento, las contaré», dijo Lucas Ocampos (Quilmes, Argentina, 1994) al regresar a Sevilla. Lo que en principio iba a ser una venta de 20 millones de euros al Ajax, quedó en una cesión que no satisfizo a nadie. Alfred Schreuder, entrenador en el club neerlandés, sólo le dio al atacante argentino 114 minutos y terminó mandándolo a entrenar con el equipo B. Su regreso a Andalucía fue yodo en las heridas para el futbolista, que vivió en la Eredivise una de sus peores experiencias.

Y eso que Lucas Ocampos no ha tenido una carrera cómoda. Se hizo mayor de repente cuando, a los 17 años, debutó en River Plate. Fue la temporada del destierro en la B. Cuando saltó a Europa, lo hizo de polizón en un barco a la deriva: el Mónaco. Con Claudio Ranieri en el banquillo, el club transitaba la segunda división francesa. Casinos, yates y supervivencia. Sus buenos números le permitieron llevar camisetas grandes en momentos pequeños. Dos campeones de Europa en horas bajas, Milan y Olympique de Marsella, y, tras ellos, la vida del futbolista: lesiones, paternidad y un destino inesperado, un Sevilla en el que aprovechar el poco crédito que ya le quedaba en Europa.

En Nervión fue feliz. Se hizo un gigante: 34 goles, 15 asistencias y un título, la Europa League de la 2019/2020 levantada en el Estadio Rhein Energie de Colonia, en Alemania. Aquella noche fue titular con su habitual 5 en la espalda. Todo era confeti, pero la fiesta terminó. En el último tramo de la pasada temporada, su fútbol se atoró. Ya no era aquel extremo con chispa que encaraba, centraba y buscaba el gol con vehemencia. Nada le salía. Su marcha pretendía ser un nuevo revulsivo en su carrera, pero el fútbol es un estado de ánimo, un amuleto, un lugar al que volver.

El público del estadio Ramón Sánchez-Pizjuán recibió con aplausos al ídolo intermitente. Primero con Jorge Sampaoli y, sin duda, con José Luis Mendilibar, el delantero argentino se ha reencontrado con su mejor fútbol. Cinco goles, una asistencia y muchos minutos. Lamela por la izquierda, En-Nesyri en punta y Ocampos por la derecha. Un esquema flexible, permeable al talento, que ha abandonado los puestos de cola para soñar con acabar en la zona noble de la Liga y pelear por un título europeo.

Lucas Ocampos ha pedido en público que se confíe en Mendilibar para la próxima temporada. Cree que si ha podido hacer competir a un equipo con esta presión, que no podría hacer el míster vizcaíno con un bloque hecho a su medida, con tiempo y con paciencia. Buena parte de esa petición tendrá su respuesta en Europa.

Hoy (21.00 horas, Movistar), frente a la Juventus de Massimiliano Allegri, en el primer asalto de las semifinales de la Europa Leagure, el Sevilla puede salvar una temporada nefasta, mal planificada y con tres entrenadores. Un curso en el que el club ha vivido divisiones internas y ha ocupado puestos de descenso. Europa puede ser la redención o un engorde de matanza.

Mientras tantos, Ocampos, sigue fiel a su juego eléctrico. A un pundonor que no entiende de músculos cansados. Ya no le permiten elegir las canciones en el autocar, pero ha dicho que recuperará su sitio como DJ oficial de cumbias y sones argentinos. Acuña, Montiel, Papu Gómez y Lamela le acompañan al baile. Es una temporada de ruptura para el Sevilla. En verano el equipo sufrirá una gran remodelación. Este grupo se merece un fin de fiesta a la altura de su indiscutible pero frágil talento. Turín espera a un animal herido que esta noche vestirá de rojo en el Allianz Stadium.

kpd