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Hockey sobre hielo
El conjunto nacional disputa mañana el torneo en el Palacio de Hielo de Madrid donde luchará por hacerse con el oro y ascender a la División I
¿A que no sabían que existía una selección española de hockey hielo? ¿A que no sabían que este deporte se practica en nuestro país desde hace 100 años? ¿Y a que no sabían que desde mañana se disputa el Mundial en Madrid? Pues la respuesta es que sí. Si hablamos sobre la selección española, probablemente nos venga a la mente la de fútbol, la de baloncesto o la de balonmano. Pero además de las clásicas, existen selecciones españolas más exóticas, como por ejemplo la de hockey sobre hielo.
Este deporte es poco reconocido en el país, aunque comenzó a practicarse hace 100 años, tras la adscripción de esta disciplina a la federación internacional. Casualmente, y como parte de las celebraciones por este centenario, la selección nacional disputa desde mañana el Mundial de la División II, Grupo A (una especie de cuarta categoría), en el Palacio de Hielo de Madrid. Junto a los chicos de Luciano Basile (el seleccionador) están Israel, Australia, Georgia, Islandia y Croacia.
Para este torneo, el equipo ha tenido una semana de preparación. Puede parecer poco tiempo, y más si se tiene en cuenta que van a disputar cinco partidos en siete días, pero el seleccionador lo ve como algo positivo. «Las cosas van mejor, me parece que es la primera vez en 11 años que hemos tenido una semana entera de preparación», explica Basile. Durante esta concentración el equipo ha entrenado dos veces al día (debuta mañana contra Israel).
El debut de la selección española en esta competición fue en 1977, en Copenhague. Desde entonces, ha estado presente siempre, obteniendo buenos resultados, hasta 2010, donde alcanzó la División I, la máxima categoría si olvidamos las grandísimas potencias (EEUU, Canadá, Rusia, Suecia, etc…), que están fuera de concurso.
POCOS MEDIOS Y REPERCUSIÓN
A pesar de no tener malos resultados deportivos, en España, de hockey sobre hielo, existen apenas unas 2.000 licencias en la actualidad, un dato muy bajo si se compara con las más de 900.000 que tiene el fútbol. En cuanto al número de clubes, las cifras también son pobres: la Real Federación de Deportes de Hielo (RFEDH) recoge que existen 15 clubes en todo el territorio.
Ante estos números, no es de extrañar que solamente existan 11 pistas de dimensiones olímpicas, dos menos que hace unos meses tras el cierre de la de Don Patín, en Granada, y la de Gel ,del FC Barcelona. «Sin pistas de hielo no podemos tener cantidad de deportistas para sacar la calidad», indica el presidente de RFEDH, Frank González. El mandatario exige una mayor inversión en este deporte y señala que están intentando con el Consejo Superior de Deportes «poder tener un centro de alto rendimiento, porque somos la única federación que no lo tenemos en España».
La escasez de recursos es algo que no solo preocupa a los directivos de la Federación. Los jugadores también son conscientes de esta problemática, y algunos como el capitán, Alejandro Carbonell, señala que deberían recibir «más apoyo institucional para crear más pistas de hielo. Al final deportes como el fútbol se pueden jugar en cualquier terreno plano, pero para el hockey sobre hielo necesitas una pista». El jugador también asegura que el coste no es excesivamente elevado: «Hay edificios en España que han costado millones de euros más que una pista de hielo. Además, hoy en día con las tecnologías que hay y las energías renovables, económicamente es rentable una pista».
Fuga de talentos
La falta de espacios para practicar el hockey sobre hielo provoca que los mejores jugadores «se nos van fuera a jugar en ligas extranjeras», señala González. Precisamente, dentro del conjunto nacional hay jugadores que practican este deporte fuera de España. Es el caso de Luca Basile, Bruno Baldis o Jaime de Bonilla. Este último juega en el Goteborg East Club, en Suecia, aunque no de manera profesional. El defensa de la selección se inició en este deporte con 10 años, un poco tarde según otros jugadores, ya que es fundamental que aprendan a patinar sobre hielo lo antes posible para coger agilidad, puesto que se trata de un deporte muy rápido. Además, puede llegar a ser costoso. Teniendo en cuenta que deben llevar protecciones en la mayor parte de su cuerpo y que son necesarios unos patines especiales para practicarlo, el precio medio de una equipación puede llegar a rondar los 1.000 euros.
El capitán de la selección, Carbonell, también probó suerte en las ligas extranjeras, concretamente en la División 1 y la Liga Magnus francesas durante dos temporadas. De hecho, a pesar de haber formado parte de ligas profesionales la realidad es que su profesión no es ésta. «Estudié ciencias de la actividad física y del deporte y ahora estoy terminando derecho. Además, he montado una empresa de deporte con dos compañeros», ratifica Carbonell.
El delantero disputará desde mañana su décimo mundial sénior, siendo uno de los veteranos de la selección. Empezó con tres años en el mundo del hockey sobre hielo y ahora tiene ya 29, así que lleva prácticamente toda su vida con el stick y los patines. Lo mismo ocurre con sus compañeros, que se iniciaron en este deporte desde bien pequeños y dedican gran parte de su tiempo libre a entrenar con sus clubes o con la selección.
Conviene insistir en que son la pasión y las ganas lo que mueve a estos jóvenes, que representarán a España en esta competición, ya que ninguno se dedica a este deporte de manera profesional. «En España es complicado dedicarse profesionalmente al hockey sobre hielo, porque uno de los equipos que tiene salarios más altos es el Fútbol Club Barcelona, donde estuve dos temporadas, pero al final es más un complemento que un trabajo exclusivo», concluye Carbonell.