Entrevista
Este español, jefe del servicio de Medicina Interna del Hospital Dexeus del Grupo Quirón en Barcelona, es el responsable de un equipo que vela por la salud de los pilotos.
El ángel de la guarda de los pilotos es un español que dirige, desde hace 10 años, el equipo médico del Mundial de motociclismo, un campeonato, que por sus propias características, cuenta con numerosos accidentes durante todas las temporadas. Ángel Charte coordina un grupo, integrado por especialistas de primer nivel, que despliega su operativo en todos los circuitos del Mundial.
- Los dispositivos de protección para los pilotos de MotoGP han mejorado con el paso de los años. Usted puso en marcha el primer hospital móvil en circuito.
- Como director médico de moto GP de Dorna y jefe del servicio de Medicina Interna del Hospital Dexeus del Grupo Quirón en Barcelona, asumí este proyecto hace seis años. En cada uno de los circuitos tengo un equipo seleccionado con el que trabajo muy bien. Uno de los grandes avances de este proyecto son los coches con equipos de intervención inmediata (UVI), que están estratégicamente ubicados para que cuando haya un accidente podamos llegar en un máximo 30 o 35 segundos a la zona del siniestro.
- ¿Quiénes van en estos coches medicalizados?
- Un piloto adiestrado, profesionales de medicina especializados en emergencias, un intensivista y personal de enfermería experto en politraumatismos severos. Ante un accidente salimos, estabilizamos las funciones respiratorias y hemodinámicas, evaluamos las lesiones traumáticas y neurológica. En definitiva, estabilizamos y derivamos al paciente al hospital de referencia de la zona. Mi misión es sacar vivos a los pilotos y eso siempre lo hago. Después, si hay lesiones incompatibles con la vida, no hay nada que hacer. Ocurrió desgraciadamente con Luis Salom en 2016 y con Jason Dupasquiere en 2021.
- Sin duda, habrán sido de los momentos más duros de su trayectoria en MotoGP.
- He tenido muchas situaciones complicadas, sí. Este deporte te da muchas alegrías, pero también mucha angustia, a veces impotencia y tristeza.
- Volviendo a su misión como ángel de la guarda de los pilotos MotoGP, aparte de la atención inmediata en caso de accidente, ¿Qué otros servicios ofrece su equipo?
- Nuestro sistema médico se divide en tres partes: la atención inmediata a pie de pista con los vehículos medicalizados, el servicio de rehabilitación a través de la clínica móvil y un centro médico en cada circuito que se coordina con nosotros para la realización de radiografías, ecografías, electrocardiogramas o lo que necesitemos en cada momento. Independientemente de las situaciones de emergencia, los pilotos son humanos. Tienen gastroenteritis, resfriados, toda una batería de enfermedades comunes. En la clínica móvil trabajan fisioterapeutas y médicos deportivos con el fin de que los pilotos se recuperen a nivel muscular si lo precisan después de las carreras.
- ¿Cómo ha influido la evolución de los dispositivos de seguridad y protección de los pilotos?
- Cada vez se mejoran más las condiciones de seguridad, tanto de cascos como protecciones y airbags. El mundo del motor, tanto a nivel de competición como civil, está mejorando muchísimo, por lo que se están eliminando riesgos de contusiones cerebrales y las consecuencias que estos suponen. Es cierto que la mejora en la estructura del casco y la presencia de airbags han disminuido lesiones cerebrales y eliminado gran cantidad de fracturas de clavícula o de omoplato.
- ¿Cuáles son las lesiones más frecuentes en este deporte?
- Abrasiones, fracturas de piernas, brazos o manos, traumatismos en el pecho, cerebrales…
- ¿La recuperación de un piloto es más rápida de lo habitual?
- Son jóvenes, están físicamente muy fuertes, entrenan constantemente, se cuidan a nivel alimentario y mental. En este deporte no entra cualquiera. Es muy exigente.
- ¿En su servicio médico cuentan con las últimas novedades?
- Como sigo activo en mi hospital, incorporo a las unidades de intervención inmediata todo lo que sale, tanto a nivel farmacológico como técnicas de abordamiento quirúrgico, RCP, todo el aparataje de ecografías y demás. Hoy hacemos aplicaciones de abordaje cerebral con mucha habilidad, las máquinas ecográficas son cada vez mejores. Ya contamos prácticamente siempre con TACS y resonancias en circuitos, por lo que la tecnología nuestra no tiene nada que envidiar a cualquier hospital de alto nivel.
- En Quirónsalud se apuesta por la investigación médico-científica. ¿Están desarrollando algún trabajo de este tipo relacionado con la salud de los pilotos de moto?
- Tenemos dos estudios en marcha hace ya tres años. El primero, de una compañía oftalmológica de Nápoles [sefi], en el que estudiamos a lo largo de todo el año la capacidad de retención visual de los pilotos. Cuando entran en carrera, aumenta la tensión y hemos observado en alguna ocasión que disminuye el grado de capacidad de fijación ocular. Estamos trabajando en ello para mejorar esta sequedad que se produce debido a la tensión que tienen dentro. El segundo estudio es cardiológico, sobre el control de las taquicardias de los pilotos, para que no vayan más allá de lo normal, que no pasen de 140-120.
- ¿Qué relevancia y cuidados se le da a la salud mental de los pilotos?
- Es muy importante en la vida de un piloto de MotoGP. No es fácil. Estamos fuera de casa alrededor de 150 días al año. Esta situación, sobre todo en gente joven, crea un desasosiego familiar importante. La familia queda muy alejada. Algunos tienen sus psicoanalistas personales, psicólogos deportivos. Nos interesa mucho y estamos muy encima de ellos en este sentido.
- Usted está en la lista Forbes de los 100 mejores médicos de España. ¿Cómo sienta esta nominación?
- Nací en 1955, acabé la carrera con 23 años. Me hice internista e intensivista y salir en Forbes me hace ilusión porque reconoce el trabajo que realizo. También creo que muchos médicos deberían estar en esta lista. Tengo un servicio de 60 médicos y todos ellos deberían ser Forbes. Me siento orgulloso.
- ¿Su andadura como médico en MotoGP tiene que ver con su pasión por las motos?
- Es cierto que me gustan las motos, pero empecé en esto de forma casual. Estaba en mi hospital y un día aparecieron los dirigentes de MotoGP ofreciéndome el nuevo proyecto. Fue a raíz de la muerte de Marco Simoncelli (Malasia, 2011). Al principio dije que no. Un día me fui a Qatar a ver una carrera y allí me decidí a poner mis condiciones para cambiar algunas cosas desde mi punto de vista humilde y austero. No se trataba de poner al piloto en una camilla, sino de darle opciones de vida y la única manera de lograrlo era y es trabajando a pie de pista. Esta es mi visión, mi función y mi misión aquí. Aceptaron mis condiciones y desde entonces trabajo con la máxima responsabilidad para sacar a los pilotos siempre con vida.