"Bon dia desde Singapur gente! 6 horas de diferencia horaria, voy a hacerme fotos con mi banderita tan bonita, si queréis algún recado y puedo hacerlo, no dudéis en pedírmelo, pero que no sea acabar en la cárcel de Singapur que ese plan en luna de miel no lo acabo de ver". Este mensaje publicado en redes sociales es del jueves 3 de octubre. Fue el último día que Dani Cuesta tuvo móvil.
Él, muy valencianista y activista contra Peter Lim, convenció primero a su mujer para que la mesa en su boda se llamara Mestalla, para que sonaran los himnos del club y hubiera protestas contra el máximo accionista del Valencia. A su despedida, hace unas semanas, acudió con una camiseta hecha con sorna por sus amigos en la que aparecía abrazado con Peter Lim bajo el lema 'Nos casamos'. Por eso a Mireia, su mujer, no le extrañó que quisiera aprovechar la escala en el país del dueño del Valencia camino de su luna de miel en Bali para exhibir la bandera amarilla con el lema 'Lim Go home' que cada semana puebla la grada de Mestalla popularizado por el colectivo Libertad VCF. Ni imaginaba que aquel gesto iba a dar origen a un mal sueño.
Dani publicó fotos en X con su bandera en la bahía de Singapur, en el Merlion Park, uno de los principales centros turísticos, pero también en un edificio que creían era un hotel propiedad de Peter Lim. Además, en una de las puertas exteriores colocaron una pegatina con el mismo lema. Fue publicarlo y llegarle la confirmación de que era la casa del magnate, lo cual provocó una oleada de felicitaciones de las que Dani se mostró orgulloso. De hecho, y aunque el joven no lo reconoce así, otro conocido activista ratifica en sus redes sociales que él mismo le facilitó la dirección de la casa de Lim antes del viaje.
Ese mismo jueves, según han relatado a EL MUNDO fuentes de Libertad VCF, el grupo quiso ponerse en contacto con él para entrevistarle en un programa de radio online, pero no pudieron localizarle. Horas después, cuando lo hicieron, aseguró haber tenido el móvil activo pero no haber recibido ninguna llamada.
Su iniciativa se hizo viral en redes, con mensajes alabando su valentía de trasladar a la mismísima casa de Lim el malestar de los aficionados del Valencia, pero también otros alertando a la policía de lo ocurrido. En un país donde comer lanzar un chicle al suelo está castigado, colocar una pegatina en una propiedad privada se concibe casi como un acto de vandalismo.
Dani y Mieira apenas pasaron unas horas en el país, y la sorpresa vino cuando quisieron retomar su viaje hacia Bail y llegaron al control de aduanas del aeropuerto. Primero, según la versión que el joven ha trasladado a las autoridades españolas, dos hombres de paisano que no se identificaron como agentes de policía se les acercaron para, en inglés, recriminarles la protesta y advertir, siempre según su versión, de que Lim no vendería el Valencia. Sabían perfectamente qué significado tenía aquella pancarta y aquella pegatina.
Después apareció la policía para llevarse a Dani y, como no hablaba inglés, dejaron que su mujer le acompañara. Al joven le retiraron el pasaporte y el móvil y su mujer decidió quedarse con él. Fueron conducidos al hotel donde habían estado alojados y quedaron retenidos. "Les dicen que no pueden salir del país porque están siendo investigados", relata el presidente de Libertad VCF, José Antonio Pérez.
La asistencia de la Embajada de España fue inmediata, interesándose por su situación. El trato de la policía de Singapur ha sido calificado de "educado y excelente" por la pareja, que fue asistida por un traductor pero que, hasta el mediodía del martes, cuatro días después de perder el pasaporte, no conocían de qué se les acusaba.
La Embajada de España, como confirmó la Delegación del Gobierno en la Comunidad Valenciana, está pendiente de esta pareja, que tiene desde el primer momento apoyo consular. "Estamos en contacto con la Embajada y con los familiares. Ellos tienen todo el apoyo y están centrados en dilucidar su situación procesal, que se conocerá en los próximos días", aseguró la Delegada del Gobierno, Pilar Bernabé.
El Valencia, por su parte, hizo un comunicado en el que mostró su deseo de que este hecho "tenga el mejor y más rápido desenlace". "El Valencia CF y la Oficina de LaLiga están en contacto con la Embajada de España en Singapur, que ha asegurado que ambos están siendo asesorados y asistidos en todo aquello que pudiera ser necesario con el objetivo de que estos hechos se solucionen a la mayor brevedad posible", sentenció.
Multa de 700 euros
Dani y Mireia han tenido la asistencia de la Embajada, pero no de un abogado. Desde Libertad VCF han intentado contactar con penalistas en Singapur por si fuera necesario, aunque consultada la legislación creen que se podrían enfrentar al más leve de los delitos previstos en la Ley de Vandalismo de Singapur, que castiga actos diferentes que van desde robar, destruir o dañar propiedad pública hasta escribir, exhibir o colgar objetos en cualquier propiedad pública o privada sin consentimiento.
La pegatina que colocaron en casa de Lim podría entenderse como una Nuisance (Nuisance) que consiste en fijar "cualquier anuncio, factura o aviso, o cualquier papel contra o sobre cualquier edificio, pared o valla o escribir, desfigurar o marcar dicha pared o valla del edificio con tiza o pintura, o de cualquier otra manera". Esto está castigado con una multa de hasta 1.000 dólares singapurenses, el equivalente a 700 euros.
Libertad VCF ya ha movilizado para apoyar a Dani y que pueda hacer frente a esta sanción, teniendo en cuenta que deberá costearse los cuatro días extra el hotel de Singapur y que ha perdido su estancia en Bali.