El piloto lleva tres años más pendiente de los ojos y los huesos que del asfalto. En una charla con EL MUNDO, reflexiona sobre esta etapa en la que se ha planteado la retirada: “He bajado al infierno y quiero la gloria otra vez”.
Marquez, en una imagen de archivo.Steve WobserMUNDO
En 2019 tocó el cielo. Ganó su sexto Mundial, superó a Mike Doohan, se puso a uno sólo de Valentino Rossi y a dos de Giacomo Agostini, era insultantemente joven, iba camino de romper todos los récords… Y en ese momento, en el techo del motociclismo
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Los casos se repiten cada vez más. Raúl Ramírez, portero del CD Colindres, falleció en septiembre por un golpe en la cabeza durante un partido. El mismo mes, Billy Vigar, excanterano del Arsenal, se dejó la vida al chocar contra uno de los bordes de un campo. Antes, en marzo, el chino Guo Jiaxuan, del Beijing Guoan, murió por un rodillazo involuntario en la sien. La historia reciente está repleta de avisos, pero también de soluciones. El pasado viernes, Nemanja Gudelj, futbolista del Sevilla, llamó la atención de aficionados y rivales al jugar por primera con una sorprendente cinta en la cabeza. No era de algodón ni por postureo, sino más dura y por salud. Se llama Proteckthor B1 y ha llegado para ser «el casco de moto de los futbolistas», admite a EL MUNDO Carlos Pelayo, uno de sus fundadores.
La apuesta del proyecto de este madrileño es tan sencilla como revolucionaria: una cinta hecha de termoplástico unificado, dura pero más blanda que el cráneo, que absorbe el 93% del impacto recibido en la cabeza, reduce las probabilidades de sufrir enfermedades de la neurona motora y, en su versión más avanzada, registra en tiempo real los impactos, su gravedad y, por tanto, lo que está sufriendo el cerebro. «Cumple con la normativa. El último modelo lo sacaremos el año que viene y es como si te hiciera un mapeo del cerebro. Podremos decidir en el momento si un jugador debe jugar o no».
Según un estudio realizado por la Universidad de Glasgow en colaboración con la FIFA, los futbolistas profesionales tienen cinco veces más riesgo de desarrollar alzhéimer y dos veces más de desarrollar a parkinson que la población general. La investigación fue dirigida por el doctor Willie Stewart, que insiste en que los futbolistas «tienen mayores índices de demencia».
"El cerebro no olvida"
Un futbolista profesional remata entre 1.000 y 3.000 veces de cabeza al año, entre entrenamientos y partidos. «Es como una torta en la cabeza», compara Pelayo. Un hábito que, acumulado, es un riesgo silencioso, y que sin controlar, como en colegios o fútbol amateur, se vuelve todavía más dañino. «El cerebro no olvida, acumula. Tres impactos leves pueden terminar siendo moderados. Y no se trata sólo del balón. Un choque cabeza contra cabeza puede requerir meses sin jugar», explica Pelayo. La realidad, sin embargo, nos dice que los futbolistas vuelven lo antes posible al césped para seguir en el partido.
Jeff Astle, ex jugador del West Bromwich Albion, es el símbolo de esta problemática. «Falleció en 2002 por la llamada 'herencia de púgil'. Su familia había notado cambios drásticos: olvidos constantes, desorientación, incapacidad para recordar los nombres de sus propias hijas. Tras su muerte, pidieron que le abrieran el cráneo», cuenta Pelayo. El diagnóstico creó un precedente: encefalopatía traumática crónica. Su cerebro estaba destrozado.
Cinta de cabeza futbol
Desde entonces, cada vez más futbolistas se someten a análisis y pruebas para descubrir el alcance de los impactos diarios con el balón. Y el resultado preocupa: «Los futbolistas profesionales tienen cinco veces más probabilidades de padecer Alzheimer y el doble de Parkinson que el resto de la población», señala Pelayo. «A los 40 años tienen enfermedades que deberían tener con 80 o 90», añade. «Cuando te enseñan la frente, casi todos tienen cicatrices».
«Con el Mikasa en los 90 era peor», pensarán ustedes, que se cruzaron con el balón-piedra más mítico de la historia del fútbol español. Pues se equivocan. El Mikasa, pesado y lento, afectaba menos al cerebro que una pelota actual. «Es peor la velocidad que la fuerza. Si el balón pesa más, parece que el impacto es más grave, pero para el cerebro es mucho peor la velocidad».
Pelayo y su equipo analizan la sangre de los jugadores para detectar las proteínas liberadas tras los impactos, un indicador de daño neuronal. Además, han realizado pruebas de reflejos que demuestran que «en muchos casos» los futbolistas tienen «menos capacidad de reacción o tardan más en realizar una cuenta matemática básica» que una persona normal.
Pero la batalla no es solo tecnológica, es también cultural. «Para un club, un futbolista es un producto que dura dos, tres o cuatro años. Lo que le pase a los 40 no es su problema. Dice que sigue las normas de la FIFA y listo», critica Pelayo, que recuerda el caso de Gavi, que sufrió un golpe en la cabeza y «no sabía dónde estaba».
Se observa, además, el negocio más allá de la salud. «No hay mayor espacio publicitario que la cabeza de un futbolista. Vale ocho veces más que el resto de la equipación. En el futuro podríamos poner publicidad en la cinta», reconoce sobre un producto que absorbe hasta el 93% del impacto en zonas críticas y no otorga más fuerza a los cabezazos. «No es doping tecnológico», bromea.
El proyecto de Proteckthor ha recibido un gran impulso en los últimos meses. La están probando jugadores como Álvaro Morata y diferentes clubes de divisiones inferiores del fútbol español, ha levantado casi dos millones de euros entre rondas de inversión y ayudas públicas y representará a España en la final internacional de los prestigiosos premios al emprendimiento Global eAwards de la Fundación NTT DATA. Logros que les acercarán todavía más a la industria del fútbol. «Vamos a trabajar con varios clubes en sus canteranos, realizando análisis con y sin cinta para valorar el impacto en adolescentes», finaliza. Una revolución.
ABRAHAM P. ROMERO
@AbrahamRomero_
Madrid
Actualizado Martes,
1
agosto
2023
-
11:07Ver 76 comentariosOriente se lleva a los jugadores a golpe de talonario:...
Thibaut Courtois llevaba algo más de tres semanas de silencio desde el derbi del Metropolitano, en el que le lanzaron mecheros y objetos desde la grada del Frente Atlético y el duelo se detuvo durante unos minutos. Con tiempo para reflexionar sobre el tema y después de las acusaciones de Simeone, que denunció que el belga había provocado a la grada, el guardameta del Real Madrid habló sobre ello en la previa de la tercera jornada de la Champions League ante el Borussia Dortmund.
"Respeto la opinión de Simeone, pero no la comparto. Tenemos ideas distintas sobre lo que es una provocación. Los organismos que han decidido ya lo han hecho y no quiero comentar nada más", dijo el portero sobre las palabras del técnico rojiblanco.
Courtois, eso sí, reflexionó sobre los ultras en la siguiente pregunta, justo después de avisar que no hablaría más del tema. Para el portero, la rivalidad sana está bien, le gusta, admite en eso los cánticos y el pique entre un futbolista y la grada, como el que él tenía con el fondo del Atlético, pero advierte que el límite es la violencia.
"Lo importante es que no haya violencia. En Bélgica he vivido cosas así, hay mucha cultura ultra. No tengo problemas con los que animan a su equipo y crean rivalidad, tampoco con los derbis calientes, con grandes ambientes... Eso me gusta, me da más adrenalina jugar en esos ambientes y con esos cánticos, pero siempre desde el respeto al que juega", argumentó, e insistió: "A veces hay juego entre el jugador y la afición y yo no tengo problema en que me canten, pero si metemos gol puede haber una reacción pequeña. Pero sin violencia no hay problema. Hay que eliminar a esos que quieren hacer daño", finalizó el portero.
Ancelotti: "Es un problema de condición física"
Antes, Carlo Ancelotti había contestado sobre los problemas del equipo y sobre lo que le pide a Mbappé y a Bellingham. "A Mbappé le pido que marque goles. Prefiero que marque goles a que presione. Le pido lo mismo que a Benzema, posicionarse bien y ser listo cuando recuperamos el balón para hacer una transición rápida", respondió el técnico.
Al británico, por su parte, reconoció que le pide más trabajo que goles. "No nos faltan sus goles porque siempre hemos marcado y siempre vamos a marcar. En este momento es más importante el trabajo que está haciendo. La banda izquierda está más ocupada este año porque a Mbappé le gusta combinar ahí con Vinicius, y pensamos que en la derecha Bellingham y Rodrygo pueden ser igual de efectivos".
El italiano admitió que "no estamos al 100%". "El equipo es menos sólido, es un problema de condición física. No están todos al 100%, y poco más", valoró, haciendo hincapié en el cansancio acumulado de sus futbolistas durante estas primeras semanas: "A veces tienes idea de presionar arriba pero los automatismos todavía... Nos falta solidez cuando tenemos el bloque medio"
Ancelotti, eso sí, rechazó la defensa de tres centrales. "Sin balón, siempre estaremos con cuatro. Siempre. Necesitamos replegar más con los delanteros y salir más con la defensa. Tenemos que leer mejor la situación de los partidos, a veces se olvida", advirtió.