El Madrid sale vivo de El Sadar sobre los hombros de Vinicius

El Madrid sale vivo de El Sadar sobre los hombros de Vinicius

LaLiga Santander


Osasuna – Real Madrid (0-2)

Actualizado

El brasileño falló tres mano a mano ante Herrera, pero tiró del carro cuando más lo necesitaba su equipo. Asistió a Valverde y le anularon dos goles. Asensio sentenció en el descuento.

El Madrid celebra el gol de Valverde.CESAR MANSOAFP

El Sadar es uno de esos campos donde se ganan Ligas. Quien sobrevive a Pamplona, tiene más pulmones que el resto para pelear el campeonato. Lo hizo el Barcelona antes del Mundial pese a la expulsión de Lewandowski y lo logró anoche el Madrid, en un ejercicio de supervivencia extrema gracias a un gol de Fede Valverde a pase de Vinicius.

La pasada temporada, los blancos tocaron la gloria con un principio y un fin: Courtois a un lado, Vinicius y Benzema al otro. Con el belga de regreso tras su lesión y sin el francés, recuperándose de una «fatiga muscular», el conjunto blanco entregó su destino en Pamplona a lo de siempre: las carreras del brasileño. Y en El Sadar le salió cara.

Arrancó Ancelotti con Camavinga, Ceballos y Modric para tratar de controlar el centro del campo. Sin Tchouaméni, su eje, ni Kroos, su timón, le costó ante la constante presión de Osasuna en salida de balón. El andaluz hizo del alemán, escorado al lado izquierdo en la base, mientras que el francés se situó en la posición de su compatriota. El croata, mientras tanto, se soltó.

El Madrid trató de contener la euforia navarra a base de amasar la pelota en el centro del campo, una vez superada la primera línea rival. Al conseguirlo, intentó conectar sin éxito con un Rodrygo demasiado pegado a los centrales, y sólo encontró aire cuando Vinicius apareció a la espalda de Moncayola. Así llegó la ocasión más clara de la primera parte. En el minuto 9, Ceballos avistó un hueco para la carrera del brasileño y éste se plantó mano a mano contra Sergio Herrera, al que intentó batir de caño. El portero, sin embargo, rechazó el tiro.

La amenaza de Vinicius no hizo temblar a Osasuna, sino que le convenció de sus ideas. Así es el equipo de Arrasate, fiel a sus principios. Los navarros dejaron jugar al Madrid cuando éste manejó la pelota en campo rival, ya en los pies de Ceballos, Camavinga y Modric, pero cuando el balón estuvo en la zona de Courtois, Nacho, Militao, Rüdiger o Alaba, mordieron todo lo que pudieron, asediando a los blancos y forzando pérdidas que casi acaban en gol. Budimir tuvo la primera, sacándole un cabezazo a Lucas Torró cuando éste ya pensaba en cómo batir a Courtois.

Osasuna quiso morir matando, pero con tanto fútbol como literatura. Se suele destacar el ambiente hostil que recibe siempre el Madrid en Pamplona, pero ayer se enfrentó a un gran equipo de fútbol.

Al descanso se llegó sin ocasiones claras, pero con polémica por un enganchón entre Moi Gómez y Vinicius que provocó que Ancelotti se acercara a protestarle a Munuera Montero.

La tensión camino del túnel de vestuarios le sentó bien al partido, que se transformó: de un duelo táctico sin demasiadas ocasiones a un correcalles en el que ambos pudieron triunfar. Rodrygo, más suelto al inicio de la segunda parte, y Vinicius tuvieron varias opciones clara para adelantar al Madrid. El primero con un gran disparo de rosca que rozó el palo de Herrera y el segundo con un gol anulado y una mala decisión ante la salida del portero tras un excelente regate sobre Moncayola. Crecía el Madrid como siempre: sobre sus brasileños.

Pero Osasuna, por si no ha quedado claro, no se arruga. Los mejores minutos de los blancos precedieron a las mejores ocasiones para los navarros, incluido un disparo de Moi Gómez al palo que sorprendió a Courtois.

Vinicius volvió a ponerse el Madrid a sus hombros y tuvo un tercer mano a mano con Herrera, pero falló de nuevo. Parecía el mismo infierno que había vivido Benzema contra el portero navarro, que le detuvo tres penaltis, pero cinco minutos más tarde el brasileño asistió con éxito a Valverde para poner el 0-1 tras un gran contraataque.

Con el Osasuna volcado, Vinicius vio cómo le anulaban otro gol por fuera de juego y Asensio sentenció en el añadido después de un gran robo del canterano Álvaro, que disputó los últimos minutos y dejó muestras de su calidad. El Madrid, a cinco del Barcelona.

kpd