Ime Udoka, que llevó al equipo hasta las últimas Finales contra los Warriors, habría roto el código interno de la franquicia.
Ime Udoka, entrenador de los Celtics.Steven SenneAP
Escándalo en la NBA. Los Boston Celtics, actuales subcampeones de la competición después de perder las Finales contra los Golden State Warriors, tienen decidido suspender durante una temporada entera a su entrenador, Ime Udoka, por haber tenido relaciones con una mujer del staff de la franquicia.
Según la organización de Massachusetts, dicha relación “consentida” es considerada una vulneración de su código interno, por el que se prohíbe cualquier relación sentimental entre dos trabajadores, tal y como ha informado ESPN.
Udoka, artífice de la primera presencia de los Celtics en las Finales desde 2010, no sería despedido, sino que quedaría apartado de sus labores hasta el próximo mes de junio y un asistente, seguramente Joe Mazzulla, asumiría el trabajo de entrenador interino.
El fichaje de Udoka (47 años) en el verano de 2021 fue una apuesta personal de Brad Stevens, exentrenador ‘verde’ y ahora Presidente de Operaciones de la franquicia. Udoka, que en su etapa como jugador llegó a vestir las camisetas de Murcia y Gran Canaria en la Liga ACB, venía de ser asistente en los Spurs, los Sixers y los Nets y afrontaba en Boston su primera oportunidad como técnico principal de la franquicia. No la desaprovechó y se convirtió en el quinto entrenador en los últimos 25 años que llega a las Finales en su primera temporada como entrenador jefe de un equipo.
La polémica llega además a la familia de Udoka, que desde hace doce años mantiene una relación con la actriz Nia Long, que hacía el papel de Lisa, novia de Will Smith en la ficción de ‘El Príncipe de Bel-Air’. Con ella, Udoka tiene un hijo en común.
LaLiga EA Sports
ABRAHAM P. ROMERO
@AbrahamRomero_
Madrid
Actualizado Lunes,
16
octubre
2023
-
16:25Estima en parte el recurso del Madrid, que pedía sólo...
"Este no es mi Mbappé", admitía Florentino Pérez en los meses más duros de las negociaciones con el futbolista. Una frase que llegó a todos los aficionados del Real Madrid. "Este sí es mi Mbappé", debieron pensar ayer el presidente y las miles de personas que llenaron el Santiago Bernabéu. El delantero se transformó en superstar, anotó dos goles que pudieron ser más, guió la remontada de los blancos ante Las Palmas y asaltó el liderato de LaLiga. [Narración y estadísticas (4-1)]
Y eso que el partido empezó cuesta arriba para el Madrid. Todavía asentándose en el mismo césped sobre el que había sufrido en la noche del jueves copero, los blancos se encontraron por debajo en el marcador en el segundo 28 del partido. En la primera jugada, Moleiro zigzagueó entre rivales, Silva abrió a Sandro en la derecha, el ex del Barça dibujó un buen centro y Silva, llegando a la espalda de Lucas, anotó ante Courtois.
El gol pudo poner al Madrid y a Ancelotti contra las cuerdas en un domingo que parecía propicio para dar un golpe a la moral de Atlético y Barça tras sus pinchazos del sábado. Otro tropiezo madridista provocaría más silbidos en un Bernabéu con más dudas que alegrías. Y ahí apareció Mbappé. El galo había señalado el escudo y había negado con el dedo al anotar contra el Celta después de los abucheos de la grada, y contra Las Palmas hizo directamente suyo el logo del equipo. El Madrid creció a sus hombros.
Rodrygo, en la izquierda
Sin Vinicius, Rodrygo se acomodó en la izquierda y cuajó uno de sus mejores partidos, dejando el centro libre para los movimientos de Bellingham y Mbappé. El francés, más ágil, coordinado y acertado que nunca, empató de penalti en el 17 tras una clara zancadilla de Sandro a Rodrygo. Cillessen ya había salvado varias veces la igualada, pero no pudo detener la pena máxima.
Tras las tablas, el Madrid fue un huracán y sólo los vuelos del portero holandés evitaron más goles, siempre con Mbappé en modo superstar, bailando sobre la marca de los centrales canarios, cayendo a banda, moviendo el ataque y gustándose por momentos. Quitándose toda la presión de los primeros meses.
En el 32, el galo arrancó un contraataque tras sortear la entrada la Herzog. Llegó al borde del área, probó a Cillessen y el despeje del portero llegó a Lucas, que asistió a Brahim para el 2-1. Era un Madrid eléctrico, activo con y sin balón en una versión totalmente distinta a la del equipo espeso y sin ideas que había mostrado en Arabia Saudí y por momentos contra el Celta.
Brahim anota el 2-1, el domingo en el Bernabéu.EFE
Con Ceballos, extraordinario, y Valverde en el eje, Las Palmas permitió demasiados metros a Bellingham, Rodrygo y Mbappé y la movilidad de éstos rompió su defensa. En el 36, Rodrygo apareció en izquierda, cedió a Jude dentro del área, el inglés dejó pasar la pelota y Mbappé, de primeras, encontró la escuadra de Cillessen.
Sin tiempo para saborearlo, Mbappé anotaría su hat-trick a los cinco minutos al empujar un pase de Rodrygo tras una gran asistencia de Bellingham por encima de la defensa. El gol, eso sí, acabaría anulado por fuera de juego del francés en el inicio de la jugada. Mbappé era un vendaval y se fue a vestuarios tras disparar al palo izquierdo de Cillessen.
El regreso de Alaba
Después del intermedio, el Madrid mantuvo la marcha. Incansable, necesitado de alegrías y sensaciones. Bellingham perdonó el cuarto al rematar desviado tras regatear al portero y Rodrygo culminó una buena combinación entre Mbappé y Fran García para anotar con facilidad en el centro del área.
El Madrid disfrutó después de varias semanas complicadas, asalta el liderato de LaLiga en solitario y coge aire de cara a las dos últimas jornadas de Champions, claves para conocer su rival en las eliminatorias.
Los canarios jugaron la última media hora en inferioridad tras la roja a Benito, que golpeó en el muslo de Lucas. De modo que Chamartín siguió con el día festivo. Ancelotti le dio minutos a Alaba, de vuelta 13 meses después de su grave lesión de rodilla, Bellingham y Valverde marcaron pero sus goles fueron anulados por fuera de juego y el técnico le dio la oportunidad de debutar a Chema, joven centrocampista del Castilla.