“Descanse en paz, Jota the slotter”. Ese es uno de los mensajes más repetidos en el mural que Diogo Jota tiene en la esquina de Sybil Road y Rockfield Road a escasos metros de Anfield. Ese apodo, “el de las esquinas”, se lo pusieron al portugués por su facilidad para anotar poniendo el balón cerca de los ángulos de la meta. Hay decenas de miles de mensajes de aficionados en dos paredes que no dejan de crecer día a día. Quizás Jota no era ni fue el mejor futbolista del Liverpool, pero sí uno de los más queridos y ese amor se ha trasladado al resto del mundo del fútbol.
Sólo así se explica que los homenajes en su honor no hayan parado de llegar desde cualquier entidad seis meses después de su muerte y la de su hermano. Especialmente emotivos el del Atlético, club por el que tuvo un paso fugaz, y el del Real Madrid, con Trent Alexander-Arnold, uno de sus grandes amigos, como uno de los protagonistas. “Sonrío cada vez que pienso en ti y siempre recordaré los buenos momentos que compartimos. Te echo de menos, amigo, cada día”, escribió el inglés en una nota que le dejó en el espacio vecino de Anfield donde aficionados de todo el mundo le siguen dejando recuerdos en su honor.
En ese lugar de peregrinación son muy habituales los mandos de videoconsola, porque Jota combinaba una habilidad innata tanto en un terreno de juego de césped natural como virtual, ganando algún que otro torneo de eSports. De ahí su mítica celebración simulando sujetar un control y que han emulado otros grandes futbolistas en su honor como Ousmane Dembele o Jordan Henderson.
Esquina de Anfield en homenaje a Jota.EFE
No fue Jota, sin embargo, un futbolista especialmente goleador. Su temporada más prolija fue la 2021/22, la siguiente a su llegada al Liverpool, que consiguió 21 tantos y cinco asistencias. Se acercó en su primer año en el Wolverhampton donde firmó 18 y repartió otros cinco pases de gol, pero su valor no estaba tanto en los números sino en su inteligencia en el juego y su oportunidad, virtudes que también atesoraba el madridista Raúl González Blanco. “No son sólo sus goles”, destacó uno de sus técnicos, Jurgen Klopp, “es su implicación ofensiva y defensiva lo que le hace tan valioso para nosotros”, añadió el que fuera entrenador del Liverpool.
Pese a ese valor, no fue el portugués en su época red, club en el que alcanzó su fama mundial, un titular indiscutible precisamente. En su última temporada completa, fue el decimonoveno jugador en minutos, 1.711, y en la anterior el decimosexto con 1.396. En su año más goleador, se coló como décimo futbolista con más minutos con 3.573. No era un futbolista de cantidad sino de calidad. Un perfecto revulsivo, pero sobretodo, una gran persona. “No sólo era un jugador fantástico, sino también un gran amigo, un marido cariñoso y un padre afectivo”, destacó Klopp en su despedida.
Partido homenaje a Jota y a su hermano.EFE
Accidente
Todo ello se perdió un 3 de julio de 2025 en Cernadilla (Zamora) poco después de las 00:00 de la noche en circunstancias aún por aclarar. Un engorroso problema pulmonar, que impidió a Jota volar a Liverpool para presentarse en la pretemporada con el equipo, obligó al futbolista y a André a alquilar un coche, un Lamborghini Huracán Evo, para viajar en barco a la ciudad inglesa. Los hermanos terminaron empotrándose contra la mediana de la A52 tras realizar un frenazo de emergencia. Un problema en una rueda y “exceso elevado de velocidad”, según el informe preliminar de la Guardia Civil, fueron las causas del siniestro.
No obstante, seis meses después, aún hay cuestiones que siguen siendo una incógnita. Dos camioneros, testigos del accidente, aseguraron que el coche en el que viajaban los futbolistas no reflejaba una velocidad alarmante. Las llamas que calcinaron el vehículo impidieron también comprobar de manera fehaciente la teoría de la rueda y borraron las trazas del GPS donde podría haberse reflejado la velocidad. De hecho, el fuego también obligó al reconocimiento de los cadáveres a través de los objetos personales y estos determinaron que el conductor era el propio Jota.
Restos del siniestro en el que murieron los hermanos.GETTY
Mientras la jueza de Puebla de Sanabria, Elena Rubio, aún no ha podido cerrar definitivamente el siniestro que costó la vida a los dos futbolistas. Dos familias han quedado destrozadas y tres niños: Dinis, de cuatro años; Duarte, de dos; y Mafalda, de sólo uno, van a pasar las primeras Navidades sin su padre y su tío. El mundo del fútbol y especialmente Oporto, Liverpool y Wolverhampton, se acordará siempre de la tragedia de Diogo Jota y de su hermano, de 28 y 24 años respectivamente. La muerte de Jota, the slotter no fue sólo la de un gran futbolista sino la de una buena persona.
“La muerte nos llega a todos, pero ellos eran muy jóvenes”. Las palabras que Ana Oliveira, vecina de la infancia de los Teixeira da Silva, expresó a ELMUNDO en su visita al barrio de Gondomar mientras irrumpía en llanto son las que siguen resonando en cada campo, en cada compañero y en cada club por el que pasaron los hermanos Diogo y André. También en la viuda de Diogo, Rute Cardoso, que en cada publicación se sigue acordando de su marido porque se fue demasiado pronto.






