Una muchedumbre procesionaba pasados unos minutos de las siete de la mañana por las avenidas de entrada de Augusta National. En la cabecera de la ‘manifestación’, agentes de seguridad contenían las ansias de los afortunados, algunos de ellos han llegado a pagar casi tres mil dólares diarios por pisar la tierra sagrada del Masters de Augusta. A medida que la gigantesca comitiva avanza, el ritmo se va acelerando. Casi al final, más de la mitad del gentío se queda en la tienda de merchandising, donde las colas durante la mañana llegan a los 80 minutos, el resto se queda esperando a que el campo quede oficialmente abierto para lograr la mejor ubicación posible.
Una de las tradiciones más bonitas del Masters es el golpe honorífico que volvieron a protagonizar este año Jack Nicklaus, Gary Player y Tom Watson, 11 chaquetas verdes entre los tres. Nueve meses después de la última gran cita del golf comenzaba el primer major en unas condiciones propicias para los buenos resultados.
El día D y la hora H llegaron para Josele Ballester, llevaba esperando este momento desde el mes de agosto pasado, la gente abarrotaba el tee del hoyo uno. Llegó Josele concentrado tarareando el tema ‘Pa siempre’, fetiche para los minutos antes de la competición desde su victoria en el US Open. La salida del uno fue perfecta. “He estado mucho mejor mentalmente que en otros torneos de profesionales que he jugado, he podido dormir fantástico, he disfrutado del camino hasta el hoyo uno, estoy muy contento con la actitud”, concretaba el español que finalizó su ronda con +4, 76 golpes, los cuales no reflejan su solidez de tee a green, pero sí dejan a las claras sus carencias en el juego corto este primer día. Solo dos birdies en dos pares 3 y fue incapaz el de Castellón de sacar partido de su enorme potencia en los pares cinco. Muchos putts se escaparon, aunque el español amateur se mostraba optimista con sus sensaciones al lado del número uno del mundo. “Yo creo que no tengo mucho que envidiarle a Scottie Scheffler, no he estado nada acertado en los greens y ahí es donde ha estado la diferencia, de tee a green no me he visto muy lejos”, comentaba Josele tras su ronda. “No falla, es muy impresionante de ver”, concluía en referencia al jugador que domina el golf.
La anécdota del día llegó en el hoyo 13. La bisoñez y naturalidad del amateur español le llevó a comentar que necesitaba hacer pis, “me olvidé que había un baño en el tee de salida del 13 y no sabía dónde estaba el siguiente, entonces digo me meto aquí que no me van a ver mucho y cuando he salido, me han empezado a aplaudir”. El alivio del español en el hoyo 13 del sagrado Augusta National ha acaparado muchos titulares de medios americanos.
Josele asistió a la exhibición de Scheffler, que sin despeinarse terminó con 68 golpes en el que probablemente será el mejor día de putter del tejano en Augusta, casi ganó tres golpes a la media del torneo en una ronda sin bogeys. Scheffler comparte la segunda posición junto al canadiense Corey Conners (-4). Segundo también marchaba el norirlandés Rory McIlroy, en su asalto al Grand Slam, pero de nuevo el recorrido se mofó del número dos del mundo, que sucumbió con dos doblebogeys en el Amen Corner para terminar al par del campo.
José María Olazábal volvió a protagonizar una ronda luchada de 77 golpes (+5). “Las he luchado, el hoyo 10 me ha matado, he pegado dos golpes muy malos y he hecho triple bogey, los hierros es lo que más he fallado”, comentaba el ganador de dos chaquetas verdes, que disputa su major número 96 esta semana, aunque se enteraba del dato por la prensa: “Ahora que has dicho eso, cuatro más y nos cortamos la coleta”, sentenciaba entre risas.
El mejor español fue precisamente Sergio García, de celebración ante el centenario de majors esta semana, una ronda de par que sabe a poco. El putter privó al español de un resultado que le hubiera dejado mucho más arriba: “Mañana intentaremos jugar bien como hoy y meter algún putt más… mi idea es intentar hacer algunos bajo el par y ponerme en buena situación”, comentaba el español empatado en el puesto 27 a siete golpes de la cabeza.
Justin Rose ha igualado con Jack Nicklaus con el récord de lideratos en primera jornada del Masters. El inglés ha tomado inicialmente el mando del torneo hasta en cuatro ocasiones. Hoy completó el recorrido con 65 golpes (-7) y una interesante renta de cuatro impactos de ventaja. Solo 26 jugadores lograron hacer bajo el par en unas condiciones perfectas de juego.
Finalmente, se confirmaron los malos presagios y Jon Rahm concluyó con 75 golpes (+3) y pone en riesgo lo que sería fallar su primer corte en el Masters después de nueve participaciones. “Nada bueno. Todo, ha habido fallos en todo, si no la pones en calle, es imposible hacer pocas, demasiados hoyos donde he tenido que rezar para hacer pocas, todo empieza desde el tee”, contestaba lacónico. “Ha habido swings muy buenos, cuando se está trabajando en algo en torneos grandes como este es complicado”, ante la pregunta sobre el trabajo que está desarrollando, tampoco concretó el español demasiado. “Es difícil de explicar, son compensaciones que llevo haciendo año y medio y que siguen saliendo en momentos que hacen falta”. No decepció el Masters en su inicio, aunque el golf español necesita un giro radical en la segunda jornada para mantener sus ilusiones.