En los últimos días, el nombre de Joan Laporta ha saltado a la palestra no por su cargo como presidente del Barcelona, sino por su presunta vinculación en una serie de irregularidades denunciadas por el documental Laporta Gate – El Caso Reus 2, del periodista Andreu Rauet y accesible a través de internet y que acabaron culminando en la desaparición del histórico club de fútbol tarraconense.
Las presuntas irregularidades denunciadas, en este caso, tuvieron lugar entre los años 2016 y 2019, cuando el propio Laporta y Joan Oliver, ex director general de la entidad azulgrana, buscaron inversores a través de sus empresas Core Store y CSSB para llevar al equipo a Primera División y exportar el modelo barcelonista a China a través del BIT, un equipo de fútbol universitario de Pekín. Las cosas, no obstante, no fueron como se esperaba, muchos de los inversores perdieron su dinero y la entidad reusense, tras ser vendida a la firma estadounidense US Real State Investment, finalmente fue disuelta en 2020.
Andreu Rauet, a través de sus redes sociales, ha publicado en los últimos días un fragmento del documental en que dos de las inversoras, las hermanas Paula y Carmen Tartas, aseguran ante la cámara que llegaron a prometerles que podrían recuperar su dinero siendo contratadas directamente por el propio Barça, sin necesidad de desempeñar realmente ninguna labor. Laporta, por su parte, ya ha anunciado a través de un comunicado la posibilidad de emprender acciones legales contra esta pieza audiovisual, a la que acusa de usar su apellido en el título «con afán propagandístico» y sin su consentimiento. «El documental está lleno de falsedades, medias verdades, injurias e informaciones tendenciosas que no responden a la realidad, y que atentan contra mi honorabilidad y contra la honorabilidad del club que presido», ha reiterado el máximo dirigente barcelonista.
«Este documental pretende abordar una cuestión tratada en sede judicial en la que he prestado declaración exponiendo la realidad de los hechos, aspecto que se ha ocultado deliberadamente», ha acusado el presidente del Barça, para quien la pieza «es una muestra más del intento de influir mediáticamente en procesos judiciales y crear un estado de opinión que atenta contra mi persona y honorabilidad, el buen nombre de mi familia y de la institución que los socios y socias del club me concedieron el honor de presidir».
Por tanto, Laporta ha dejado claro también en su comunicado que se reserva el derecho de «formular las acciones legales oportunas contra los autores, colaboradores e instigadores de este documento, así como aquellos que hagan una difusión injuriosa y sesgada de los hechos».
El Barça encontró la horma de su zapato en Anoeta. La Real Sociedad, con un Take Kubo dándolo todo tanto en defensa como en ataque y un orden capaz de desesperar a los azulgrana, le infligió al conjunto de Hansi Flick su segunda derrota en Liga en lo que llevamos de temporada gracias a un solitario tanto de Becker. Aunque los donostiarras tuvieron ocasiones para cerrar el partido mucho antes. [Narración y estadísticas, 1-0]
De nada les sirvió a los barcelonistas tratar de apretarle los tornillos a su rival como de nada tampoco le sirvió al entrenador teutón protestar el gol anulado por fuera de juego a Lewandowski. Flick entendió que el automático había tomado el pie del central txuri urdin por el del punta polaco, aunque lo que condenó realmente a los suyos fue perder la chispa mostrada hasta ahora en ataque.
Dominó el Barça los instantes iniciales del partido, pero a los azulgrana les costaba Dios y ayuda concretar ocasiones claras de gol y, de hecho, la más clara que tuvieron, en la que Lewandowski acabó enviando el balón al fondo de la red, acabó siendo invalidada por el protestado fuera de juego. Un fuera de juego por escasos centímetros y señalado tras intervención del sistema semiautomático.
El susto, en este caso, hizo que la Real Sociedad despertara de su aparente letargo de los primeros minutos, por medio, sobre todo, de un Kubo que se multiplicó tanto en ataque como en defensa. El 1-0, no obstante, llegaría gracias a la presión en la salida de balón barcelonista, con Sucic peinando el esférico y Becker marchándose por velocidad, tras un inoportuno resbalón de Cubarsí, para inagurar el marcador más que cumplida ya la primera hora del duelo.
Becker celebra el único tanto en el encuentro.Juan HerreroEFE
El tanto espoleó aún más a los locales. Tanto, que incluso tuvieron una opción clarísima para poner aún más tierra de por medio, tras una acción de Kubo que Oyarzabal mandaría finalmente al limbo. El Barça, mientras, buscó también un poco más la portería de Remiro, con más corazón cabeza y más ganas que puntería. No obstante, su postrero arreón de la primera mitad no lograría evitar que la Real se marchara a los vestuarios con ventaja en el marcador y unas sensaciones absolutamente inmejorables para asegurar que los tres puntos se quedaran en casa.
En la reanudación, Flick optó por dar entrada a Dani Olmo por un Frenkie de Jong que no acababa de tener el día en Anoeta y que, además, se quejó de varios golpes a lo largo de los primeros 45 minutos. Becker, con una acción rapídisima, pero que moriría en las manos de Iñaki Peña, abrió fuego muy pronto.
Duelo bajo palos
El meta azulgrana, poco después, se resarciría de un fallo en el desplazamiento de balón con una plástica parada a remate de Oyarzabal para enviar el balón a córner y respiraría aliviado después de que Becker, forzado, no encontrara portería con su remate. Remiro, mientras, en la otra portería, tuvo que emplearse a fondo para evitar un gol en propia meta tras un intento de despeje de Zubimendi que acabó cargándose con mucho veneno.
Tras la efervescencia de los primeros instantes del segundo tiempo, el Barça empezó a diluirse paulatinamente en ataque. Con Raphinha y Lewandowski mucho menos atinados que de costumbre, ni siquiera las buenas maneras de Olmo parecían propicias a romper el orden de la zaga de los donostiarras.
El reloj, inexorable, provocó que los azulgrana fueran además actuando cada vez con más precipitación, condenando una y otra vez sus, en esta ocasión, escasas opciones de llevarse por lo menos un punto de Anoeta. El toque de corneta de los instantes finales, con los de Flick volcados en el área contraria, fue más vistoso que efectivo y no lograría evitar la segunda derrota barcelonista en la Liga.
"Aquí manda usted", le dijo en una ocasión Luis Aragonés a Xavi Hernández. Tras esas palabras, llegó la mejor selección española de la Historia, la única que ha logrado de manera consecutiva Eurocopa, Mundial, Eurocopa. El Sabio de Hortaleza sabía que en el pequeño mediocentro de Terrassa estaba la clave del juego del equipo y así se lo hizo saber. El fútbol, a día de hoy, debe mucho a una posición desde la que hay un especial conocimiento del juego.
"Yo a mis mediocentros, sólo tenía que mirarlos y ya me colocaban al equipo". Es Juan Antonio Anquela, 'Anquelotti', el entrenador de aquel maravilloso Alcorcón que sorprendió al Real Madrid en una Copa del Rey con un juego vistoso el que alaba esa posición y lanza la tesis del razonamiento: "Normalmente, son la conexión con el entrenador".
Carlo Ancelotti, Pep Guardiola, Xabi Alonso, Arteta, Simeone o el citado Xavi, entre otros muchos, fueron "conexiones con el entrenador" en sus carreras como jugadores. Ahora, ocupan los principales banquillos de Europa, unos con más éxito que otros. Estamos en la época de los entrenadores mediocentros.
Ancelotti en el encuentro ante el Leipzig.EFE
"Quizás la posición sí te permite entender mejor las fases del juego", comienza el gran organizador y hoy entrenador, Rubén de la Red. El que fuera futbolista del Real Madrid, Getafe y de la Selección Española tuvo que dejar el fútbol muy pronto. Tenía 25 años cuando anunció su retirada por problemas de salud, era 2010 y desde ese momento ya se puso con los carnets de entrenador. Probó un poco de comentarista de televisión, pero en seguida se dio cuenta que lo suyo eran los banquillos.
"Estar en el medio te obliga a entender mejor la situación de cada uno de tus compañeros, ahí sí creo que tenemos un plus a la hora de ser entrenadores", apunta De la Red, aunque no cree que el hecho de haber sido mediocentro te convierta en un buen entrenador per se sino que hace falta mucho "trabajo y capacidad de adaptarte a nuevas situaciones".
Esas características son las que ensalzan en la Escuela de Entrenadores de la Real Federación Española de Fútbol de la que Pep Sansó fue director. "Ser capaz de entender el juego es un punto diferencial", destaca Sansó porque es lo que te permitirá posteriormente "crear tu propia idea de juego". Los mediocentros no juegan solo por intuición sino que añaden conocimiento de juego y eso, "sin ser un requisito imprescindible, ayuda mucho a ser luego entrenador", aprecia el formador.
Simeone observa el partido ante el Sevilla.EFE
Por la escuela en el tiempo en que Sansó era director han pasado los Raúl, Xavi o Xabi Alonso, entre otros muchos. "Alumnos especiales", les califica el formador por las vivencias que han tenido en su carrera, pero les divide en dos tipos: los que llegan con una idea fija como Xavi o Guardiola y los que se adaptan al equipo o a la idiosincrasia del club en el que recalan. "Xabi Alonso ha bebido de muchísimas fuentes y esa influencia se nota en su potencial como entrenador", destaca Sansó. El donostiarra ha pasado por las manos de Mourinho, Benítez, Guardiola o Ancelotti. Casi nada a la hora de ampliar su riqueza táctica en los banquillos.
Porque eso, el estilo o la idea, es lo que define a los técnicos más allá de lo que hayan sido en sus carreras como futbolistas. No obstante, como dice el refranero español, la cabra tira al monte, así que muchos entrenadores tienen un modo de juego, normalmente, parecido al que desarrollaron en el campo. "Mira al Cholo o Xavi. Es un rasgo que aportas al equipo. Inconscientemente tiras hacia lo que más te llena y son tus condiciones como futbolista", cuenta De La Red.
Xavi en el duelo ante Granada.AP
Otra de las cosas que beneficia a los mediocentros a la hora de convertirse en entrenadores es su capacidad de "hablar, mandar y corregir", como destacaba De La Red de su época de jugador. Esa personalidad ayuda a llevar plantillas, que no es una parte pequeña del trabajo de técnico. "Lo más difícil de un entrenador es manejar el vestuario y que los futbolistas crean en lo que les dices", expresa Anquela.
No se puede decir, precisamente, que José Mourinho sea un mal entrenador. Sin embargo, el mensaje dejó de calar en el vestuario de la Roma. Llegó Daniele De Rossi y el equipo romanista obtuvo 4 victorias en sus primeros cinco partidos. La derrota se la infligió el Inter de Milan, líder destacado de la Serie A italiana. "Soy hijo futbolístico de Spalleti, él dice: 'si juegas bien y pierdes, significa que algo has hecho mal", valoró el que fuera mediocentro y capitán del equipo de la capital italiana.
Mayoría en LaLiga
Xavi, Xabi Alonso, Guardiola, Arteta, Ancelotti, Simeone, cada uno en su estilo, pero todos observando el campo desde los 360º, como le gusta decir a De la Red. Otro jugador que militó en esa posición acaba de ocupar un puesto de entrenador en LaLiga EA Sports. Íñigo Pérez, ex mediocentro de Athletic Club y Numancia entre otros clubes, es el sustituto de Francisco en el banquillo del Rayo Vallecano.
Los mediocentros están de moda en los banquillos. Nueve entrenadores de LaLiga EA Sports han desempeñado su carrera de jugadores en esa posición. Hay una anécdota que cuenta Sansó en unas jornadas de evaluación a los nuevos técnicos en 2018, en las que Luis Enrique bromeó diciendo que no se podían hacer más cursos de entrenadores porque allí había 800 aspirantes a sólo 40 banquillos profesionales.
Afortunadamente, como dice el ex director de la escuela, "el entrenador español es muy valorado en todo el mundo" porque entiende muy bien el juego, lo que le abre la puerta a otros lugares del globo. Si además ha sido mediocentro, en los tiempos que corren, parece que las posibilidades se multiplican.