Induráin, “sorprendido” por la “revolución” de la bicicleta en París

Induráin, "sorprendido" por la "revolución" de la bicicleta en París

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“Ha cambiado mucho París desde que gané el Tour: veo mucha bicicleta y mucho carril-bici”, reconoció Miguel Induráin en su celebrado regreso la capital francesa, treinta años después de su último recorrido triunfal por los Campos Elíseos. El pentacampeón del Tour fue galardonado junto a Joanne Somarriba (triple vencedora de la carrera francesa) con el Premio Diálogo que promueve los vínculos entre los dos países.

“El ciclismo rompe las fronteras”, aseguró Induráin. “Es lo que tiene este deporte, que la gente te reconoce cuando ganas, aunque ellos tenían también muy buenos corredores. Siempre me he sentido arropado en Francia y en Italia (doble vencedor del Giro), y lo conseguí andando fuerte en la bici y haciendo lo mío”.

“Hay corredores que conectan y otros que no: los aficionados lo captan y reconocen el esfuerzo”, precisó Induráin, en el momento de recordar los momentos “agónicos” de los cinco Tours consecutivos, que le valieron el título de ‘El Extraterrestre’. “En su momento agradecí mucho también el apoyo de los españoles viven en Francia y que se lanzaron a la carretera para animarme”.

A los Alpes y a los Pirineos regresa ocasionalmente el mejor ciclista de nuestra historia. Por París no ha vuelto a pedalear desde el entonces, aunque se confiesa “sorprendido” por la revolución de las dos ruedas que ha cuajado en la última década bajo la batuta de Anne Hidalgo: “Veo la ciudad muy ágil, he caminado por el centro y no se nota tanto la aglomeración de coches que había en mi época”.

En París, los viajes en bicicleta han adelantado efectivamente a los desplazamientos en coche en el centro de la ciudad. El 11,2% de los parisinos se mueve en dos ruedas, frente a al 4,3% que lo hace en coche. El 30% utiliza el transporte público y el 53,5% se mueve a pie.

A su paso por la embajada española, en las inmediaciones del emblemático Pont d’Alma, el navarro de oro rememoró las cinco ocasiones -entre 1991 y 1995- en que salió al balcón (también lo hizo en 1996, aunque quedó undécimo) para agradecer el apoyo de sus paisanos: “Era un momento grato, después de la tensión de la carretera”.

“El Tour no es solo una carrera de ciclismo, es una historia de superación”, declaró por su parte la ciclista vasca Joanne Somarriba, ex campeona del mundo contrarreloj, ganadora del Tour en el 2000, 2001 y 2003 y doble vencedora del Giro. al igual que Induráin.

Somarriba rompió una lanza por el auge del ciclismo femenino y reconoció que su sueño desde niña era coronar etapas en los Pirineos. “Algo que sigo haciendo como aficionada, aunque ahora me permito el detalle de tomar un refresco tras superar un puerto”, comentó.

kpd