Una emboscada de los ultras del Udinese, que pararon un tren con hinchas radicales del Venecia tras el partido que enfrentó a ambos equipos el sábado en Udine, se saldó con varios heridos, informó este domingo la policía local, confirmando informaciones de medios italianos.
Los hechos ocurrieron al anochecer en la estación de Basiliano, no lejos de Udine, en el nordeste de Italia, con un saldo de varios heridos, entre ellos tres policías, y ocho detenidos, informaron las autoridades locales.
Entre los heridos (de ocho a once según las fuentes), dos de ellos tuvieron que ser hospitalizados, aunque medios italianos informaron que no se teme por sus vidas.
Para saber más
Tras la victoria del Udinese (3-2) en partido de la 23ª jornada de la Serie A, medio centenar de ultras de este equipo, enmascarados, tendieron una emboscada a hinchas del Venecia, cuando se disponían a regresar en tres a su ciudad, a 135 kilómetros.
Los ultras del Udinese obligaron al conductor de tres a detenerlo con bengalas y ocupando las vías.
Tras lanzar piedras contra el convoy que transportaba a 300 aficionados del Venecia y a otros pasajeros que no tenían nada que ver con el fútbol, agredieron a sus rivales con palos y porras.
El tráfico ferroviario detenido una hora
La rápida intervención de la policía, que tuvo que utilizar hasta un helicóptero, hizo que los enfrentamientos acabaran pronto, “evitando males mayores para los aficionados del Venecia”, admitió la policía.
El tráfico ferroviario pudo reanudarse tras más de una hora detenido.
Este partido estaba considerado de alto riesgo luego de que en el partido de la primera vuelta, disputado el 30 de octubre pasado, aficionados del Udinese fueran agredidos por rivales del Venecia en la estación del tren.
La policía también confirmó que los ultras del Venecia estuvieron acompañados en su agresión por radicales del Salzburgo, club austriaco con el que están hermanados.
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AGENCIAS
Motril
Actualizado Jueves,
31
agosto
2023
-
11:15Ver 11 comentariosÁngeles Béjar ha recibido el alta tras ser ingresada por los...
Con el permiso de aquella inolvidable generación de principios de los años 80 con Ballesteros, Piñero, Cañizares, etc..., el golf español se aproxima a su momento más importante en la historia de este deporte. Nunca ha habido tanto talento reunido en una generación de golfistas y el Open de España que se disputa estos días en Madrid es un escaparate de ello.
A la sombra de Jon Rahm crece un grupo de jugadores preparados para asaltar el ranking mundial en los próximos años, si el LIV y las guerras internas del golf lo permiten. La sensación es que incluso el Open de España se queda pequeño ante tanto talento y cinco españoles acaparan protagonismo entre los diez primeros tras los primeros 18 hoyos disputados.
El amateur Luis Masaveu (21 años) pega tan bien a la bola, que el vendaval mañanero del Club de Campo no pareció afectarle, pese a que llegó hasta derribar un árbol a la altura del hoyo 6. Llegó a liderar el torneo, como ya hizo hace dos años y terminó octavo con 69 golpes (-2), empatado con David Puig (22 años), jugador del LIV que ha protagonizado una de las temporadas más solidas hasta llegar a jugar los JJ.OO.
Un resultado "estupendo"
Adri Arnaus (29 años) hace ya tiempo que se desbocó como promesa, incomprensible para un jugador con su potencia y calidad de bola, es quinto con 68 golpes tras un buen arranque en las condiciones más difíciles de juego.
Con el mismo resultado la estrella de este Acciona Open de España, Rahm (29 años), terminó muy satisfecho. "Imposible estar descontento con esta ronda. He hecho un par de tripateos, sí, pero también he metido varios putts muy buenos. Dadas las circunstancias en las que venía hoy, el resultado es estupendo. Ahora, a cenar bien y descansar para mañana intentar estar ahí, entre los 10 o 15 primeros de cara al fin de semana. Si lo consigo, todo es posible".
Rahm venia directamente del paritario y sin tocar un palo desde el jueves pasado, afortunadamente el clima fue más benévola con él en su turno ronda, y sin su mejor juego sacó un gran resultado adelante. Rahm terminó a tres golpes del líder, el malagueño Ángel Hidalgo (26 años), que protagonizó un autentico recital. Tras rascar un golpe al campo ya en el primer hoyo y arañar dos más mediante un eagle en el 4, siguió embalado con cinco birdies más hasta plantarse con -8 en el tee del hoyo 16. Sin embargo, fue cruel el final con dos bogeys en los últimos tres hoyos, aunque le permite dormir como líder en solitario y soñar con su primera victoria.
Hace sólo unos meses Hidalgo se clasificó para su primer major, el Open Championship. Y aquel viernes, tras fallar el corte, observaba con admiración a Tiger Woods en la zona de medios, cuando Rahm pasó fugaz con sus auriculares directo a la zona de prácticas antes de su salida, sin percatarse de la presencia de su compañero, que se quedó con las ganas de desearle suerte. Hoy es él quien cuenta con tres golpes de ventaja.
Más nombres para la ilusión del golf patrio: Joel Moscatel, dos veces ganador en el Challenge este año terminó con -1, aunque no rodaron bien las cosas para Eugenio López Chacarra (+1) o Joselu Ballester +4).
Greg Norman, protagonista
Para sorpresa de muchos, Greg Norman, cara visible del LIV Golf, estuvo en Madrid y aprovechó para pasearse por el Club de Campo y seguir las evoluciones de algunos jugadores, especialmente en el partido de David Puig, donde estaba el citado Josele Ballester, reciente ganador del US Amateur, y uno de los jugadores que podría estar en la diana del circuito saudí, como también Luis Masaveu.
Norman también sigue contemplando la posibilidad de que un torneo del LIV Golf pueda disputarse en la capital. La empresa promotora del Open de España estaría muy interesada en traer un evento de la multimillonaria gira al Club de Campo y Norman estuvo visitando las instalaciones. El LIV Golf tiene un acuerdo con el Club de Golf de Valderrama, donde ya ha desarrollado dos torneos de los cinco que tiene firmados.
Un contrato de unos 10 millones de dólares (dos por cada edición) que asegura la disputa de los cinco eventos en el plazo de 7 años, eso significa que podría alternarse con un posible torneo en Madrid, aunque una cláusula en el contrato obliga a que Valderrama tendría que autorizarlo expresamente. Independientemente de lo que suceda, lo que queda claro, es que el golf, lo español está de moda y razones hay, y muchas.
El 22 de junio de 2008, pasadas las once y media de la noche, Cesc Fábregas enfiló hacia Gianluigi Buffon para afrontar su primer penalti en seis años. Luis Aragonés le había elegido como quinto lanzador y el centrocampista del Arsenal, pese a su palmaria inexperiencia en las tandas, quiso responder a la confianza. Durante los entrenamientos solía chutar a la derecha del portero, el mismo lado que eligió el capitán de Italia para lanzarse. Sin embargo, en el último instante, Fábregas cambió su disparo. Ahí viró, para siempre, la historia del fútbol español. Ese gol en Viena no sólo acabaría con la maldición de los cuartos, sino que supuso el preámbulo de una época inigualable, con dos títulos de Eurocopa y otro en el Mundial de Sudáfrica. Hoy, pocas horas después de la gesta en Stuttgart, España se prepara para emular aquellos días de gloria.
El cabezazo de Mikel Merino guarda indudables paralelismos con la semifinal del Mundial 2010. Durban, escenario de la derrota inaugural ante Suiza, no suscitaba precisamente buenos augurios y el rival, tras desintegrar a Inglaterra y Argentina, provocaba pavor. España nunca había ganado a Alemania en sus tres cruces previos en una Copa del Mundo. Se había desbordado la expectación ante la primera semifinal de La Roja, justo siete décadas después de aquel cuarto puesto en Brasil. Luis Rubiales, presidente de la AFE, contaba que le pidieron 1.800 euros por una noche de hotel. Cifra acorde a lo que todos ven como una final anticipada. En esas costas del Índico, infestadas de escualos, será Carles Puyol, El Tiburón de Andrés Montes, quien ejerciese de héroe.
La baja por lesión de Thomas Müller supone un alivio y la novedad de Pedro en el once, una desesperación para Joachim Löw. Durante más de una hora, al fútbol de alta escuela, al hoy casi denostado tiqui-taca, Alemania apenas opuso un disparo de Toni Kroos. Apenas unos minutos más tarde, Xavi se prepara para botar un saque de esquina desde la izquierda. Puyol ya ha acordado en la víspera con Vicente del Bosque que pretende repetir la estrategia del Barça. La misma que dio réditos en el Bernabéu dos meses antes durante el 2-6. Sergio Ramos debía arrastrar a los defensas en el primer palo. Del resto se ocuparía él: "Tú ponla, que entro en carrera. O marco o un alemán entra dentro de la portería".
Apelación a La Furia
Hasta entonces, nuestra única victoria en un gran torneo ante la Mannschaft se había concretado gracias al flequillo de Antonio Maceda. Fue en la Eurocopa de 1984, sólo tres días después de que un error suyo facilitase el gol de Antonio Sousa para Portugal (1-1). El segundo empate complicaba en extremo las opciones de alcanzar las semifinales porque ya sólo quedaba medirse a la vigente campeona de Europa y finalista del Mundial. Poco antes del descanso, Harald Schumacher detuvo un penalti a Lobo Carrasco. El más difícil todavía en el Parque de los Príncipes para la flor de Miguel Muñoz.
Santillana y Maceda, tras el gol del triunfo en París.UEFA
El empate sólo valía si Rumanía tumbaba a los portugueses. En el minuto 81 hubo un momento de zozobra, cuando los chicos entendieron al revés las noticias que llegaban desde Nantes. Había marcado Nené, así que sólo quedaba apelar a La Furia. Maceda dejó sus obligaciones como líbero en busca del último cartucho, servido por Juan Señor desde la derecha. Aquel cabezazo en plancha sólo pudo rozarlo el guardameta del Colonia.
Según confesaron los protagonistas, hasta Luis Miguel Arconada esbozó la mejor de sus sonrisas durante los festejos del 1-0. Josep Lluis Núñez, responsable financiero de la Federación, había acordado una prima de un millón de pesetas por alcanzar la penúltima ronda. El triunfo ante Dinamarca en los penaltis y aquella infausta final perdida ante Michel Platini.
Minuto 115 en el Bernabéu
Justo dos décadas antes, el ambiente en el Bernabéu, aquel 17 de junio de 1964, distaba mucho de la normalidad. En primer lugar, porque el Jefe de Estado, que por la mañana había recibido en El Pardo a altos cargos de su Ejército, no tuvo a bien acudir finalmente al palco. Además, Televisión Española retransmitía en directo esa semifinal, lo que terminó disuadiendo a la afición. Poco más de media entrada a las ocho de la tarde en Chamartín. La balbuciente Eurocopa, en su segunda edición, aún no había calado entre la gente.
Hungría ya había jubilado a Ferenc Puskas, Zoltan Czibor y Sandor Kocsis, pero contaba con jugadores de la talla de Ferenc Bene y Florian Albert. Bene, extremo derecha, anotaría 12 goles en cinco partidos en los Juegos de Tokio para el oro olímpico magiar. Albert, apodado El Emperador, ganaría el Balón de Oro en 1967. España se había concentrado a las afueras de Hoyo de Manzanares, bajo el mando castrense de José Villalonga.
El once de España, en la semifinal de 1964 ante Hungría.
Una de sus decisiones más controvertidas fue sentar a Paco Gento para dar entrada a Carlos Lapetra, pero arriba contaba con un rematador como Marcelino y el descomunal talento de Amancio. Tres semanas después de la lúgubre final de la Copa de Europa ante el Inter, la estrella del Real Madrid se redimió con una aparición en el minuto 115. Un córner de Lapetra, un cabezazo de Marcelino y su pícara aparición para el 2-1 que otorgaba billete a la final ante la abyecta Unión Soviética.