El tenista serbio Novak Djokovic colgó este sábado en sus redes sociales la imagen de la resonancia magnética a la que se sometió, como prueba de la lesión que padece en la pierna izquierda y que le obligó a retirarse de la semifinal del Abierto de Australia ante el alemán Alexander Zverev.
“Pensé en dejar esto aquí para todos los ‘expertos’ en lesiones deportivas que hay por ahí”, es el texto con el que Djokovic ha acompañado el resultado de la resonancia con el fin de responder a aquellos que pusieron en duda que estuviera lesionado.
El serbio, de 37 años y diez veces ganador en Melbourne, se practicó la prueba este sábado después de su marcha del primer Grand Slam de la temporada tras perder el primer set ante Zverev, entre los abucheos de parte de los espectadores de la pista central.
Las molestias del tenista serbio surgieron en el partido de cuartos de final frente al español Carlos Alcaraz que ganó en cuatro sets y a su término, reveló que estuvo a punto de retirarse tras el segundo set.
“Yo creo que alguien que está pensando en retirarse en el segundo (set) no hubiera jugado de la manera que lo ha hecho. No voy a entrar en detalles, pero no creo que se hubiera retirado”, comentó Alcaraz de Djokovic, quien no se entrenó en la víspera de la semifinal contra Zverev.
A Hansi Flick le gusta vivir al día. Por eso, según ha dejado caer ya en varias ocasiones, nadie tiene asegurado su puesto en el once titular del Barça. Hasta hace unas semanas, Marc Casadó parecía inamovible. No en vano, tuvo un gran protagonismo en las goleadas ante el Bayern y el Real Madrid en octubre. Pero ahora, Frenkie de Jong le ha ganado terreno en los planes del entrenador. Frente a Las Palmas, el canterano regresó a la titularidad. Tal vez, con el objetivo de que el internacional neerlandés tuviera algo de descanso para medirse hoy al Atlético de Simeone en la ida de las semifinales de la Copa del Rey.
«En las posiciones que clásicamente ocuparían los jugadores con los dorsales 6, 8 y 10 tenemos mucha calidad. Todos están en un nivel óptimo y todos nos dan cosas distintas. Ahora, tenemos que decidir qué es lo que necesitamos para este partido en concreto», argumentó el técnico barcelonista. De Jong, de hecho, ha sido titular en los tres partidos que ha jugado hasta ahora el Barça en la Copa del Rey, frente a Barbastro, Betis y Valencia.
En la Liga, mientras, desde el arranque de este año 2025, el neerlandés ha estado en la formación inicial frente al propio conjunto valencianista, Sevilla y Rayo. Además, De Jong ha acostumbrado a ser la apuesta preferida por Flick cuando había algún asunto que no acababa de gustarle en la medular o quería buscar un revulsivo. Y el jugador, cuyo contrato termina el próximo 30 de junio y que, por ahora, no ha llegado a un acuerdo para renovar su compromiso, ha mostrado un rendimiento notable.
Olmo y el recurso de LaLiga
Ha realizado un gran trabajo, como Dani Olmo, decisivo ante Las Palmas tras salir desde el banquillo en la segunda mitad y marcar el gol que le permitió al Barça abrir el camino hacia el triunfo. Flick está muy pendiente de su estado físico, pero su capacidad para redistribuir el balón como enlace entre el centro del campo y la delantera y sus peligrosas llegadas al área rival pueden darle también opciones de jugar tanto ante el Atlético como en próximos compromisos de Liga. Siempre y cuando no prospere el recurso presentado por LaLiga por la inscripción de su ficha. «No debería acabar la liga», sentenció ayer Javier Tebas, en los desayunos organizados por Europa Press.
«No quiero decir nada a este respecto. Ahora, puede jugar, es la situación que tenemos de momento y estoy muy feliz de que pueda hacerlo. No sé qué pasará. Me sorprenden las cosas que pasan en España y en este club», señaló un Flick que no acaba de tener claro si podrá contar con Lamine Yamal.
El delantero, que acabó el partido frente a Las Palmas con una aparatosa herida en su pie izquierdo, no se entrenó el lunes. «Habrá que esperar para saber si puede jugar, pero, por lo que ha dicho el doctor, creo que la situación es positiva y queremos que esté con nosotros», deslizó el técnico, quien pidió cuidar a todos los jugadores ante posibles acciones bruscas.
«somos casi una familia»
«No podemos pedir que se proteja únicamente a Lamine Yamal, hay que pedirlo también para Raphinha y para todos. Podemos protegerlos, y ya vimos que tampoco hubo tarjetas para las faltas que sufrieron Dani Olmo o Casadó. Hay que protegerlos a todos, no solo a los especiales. En España y en todo el mundo gusta el uno contra uno y eso hace que Lamine Yamal sea especial, pero también pasa es o con los jugadores del Real Madrid y de otros equipos», recalcó.
«Lo que más me gusta es la unión que tenemos. Defendemos unos colores, somos casi una familia y eso es lo más importante. Todo el mundo sabe lo que tiene que hacer, eso me hace muy feliz, todos encajan, y lograr algo así no es fácil. Todo el staff está haciendo un trabajo fantástico», apostilló un Flick que, este lunes celebró su 60 cumpleaños. «Tengo salud, una familia fantástica y estoy en un club maravilloso», sentenció.
Miedo en los 11 metros. Podría ser el titulo de un thriller, pero es el titular de una crónica de fútbol, el diagnóstico de un mal que atrapa al jugador que llegaba al Madrid para ser el mejor del mundo y, hoy, es el futbolista más débil del mundo. Mbappé no ha perdido ninguna de sus cualidades, como demostró en el disparo que dio origen al efímero empate blanco, gracias a Bellingham, pero ha perdido la fe cuando se sitúa en el lugar en el que se encuentra a solas con sus pensamientos. Dos penaltis fallados y uno rechazado en tres partidos lo demuestran. El Madrid tiene un problema que va más allá de una derrota ante un Athletic mejor en todo lo que puede serlo, la intensidad o la fe. Lo demás es cosa de Vinicius, ausente, y Mbappé, de alguna forma también ausente. [Directo y estadísticas]
Sin lo mejor de esos dos futbolistas y muchas bajas en defensa, Ancelotti recompuso el equipo con sentido de la precaución. El regreso de Tchouaméni no fue un regreso a la defensa. Era una buena noticia para Asencio, cuyo trabajo había dejado buen sabor para el chef Carlo. Poco se le podía reprochar de lo que sucedió en Anfield. En San Mamés, dura plaza, una mala lectura suya y de Rüdiger dejó en ventaja a Sancet y Berenguer en la acción del primer gol. En descargo del canterano hay que decir que estaba cojo por una acción precedente.
Luis TejidoEFE
Tchouaméni volvió a situarse en el pivote, acompañado de Ceballos. Es un rol donde no se ha encontrado ni el Madrid ha encontrado lo que quiere. La inserción del francés, además, condicionó la disposición del equipo, al restar una pieza al ataque y dificultar la transición ofensiva, con Mbappé y Rodrygo a demasiada distancia. Era un Madrid muy largo. Valverde, a su vez, estaba más preocupado de auxiliar a Lucas Vázquez que de las conducciones con las que abre en canal a los rivales. El gallego y Fran García, en los laterales, eran dos talones de Aquiles, no uno, para el Madrid frente a tipos como Nico Williams o Sancet.
La ausencia de Vinicius
La presión alta del Athletic, intensa y constante, tenía una parte de la responsabilidad, pero no toda, ya que el Madrid en ocasiones encontraba caminos para superarla. El problema era cómo enlazar con sus piezas ofensivas antes de que el Athletic replegara, con un Vivian omnipresente. No lo consiguió. Mbappé recibía al pie, no al espacio. En mitad del tráfico se movía mejor Rodrygo, aunque ninguno, con metros o sin ellos, se mueve como Vinicius. Su baja para el Madrid es como decirle a un púgil que en el ring no use el directo.
Rodrygo pudo ser objeto de un penalti por parte de Gorosabel, que puso la pierna con la que contactó el brasileño. De ese modo lo entendió Figueroa Vázquez en el VAR, pero no Sánchez Martínez al revisarlo en el monitor. No es lo habitual. La jugada había acabado con un remate a la red de Mbappé, en posición de fuera de juego. Fue lo más cerca que el Madrid estuvo del gol en el primer tiempo. Poco, muy poco y poquísimo del francés frente a una defensa en la que Ernesto Valverde realizó hasta tres cambios con respecto a la última victoria, en Vallecas. La dinámica del partido, volcado el juego sobre el área de Courtois, no ayudaba al francés, pero un jugador de su jerarquía está para cambiar dinámicas por sí mismo. No es uno más. Se supone.
La mirada al césped de Mbappé
Esa dinámica, pese a no haber disfrutado el Athletic más que de una ocasión de Gorosabel tras un taconazo de Iñaki Williams, le llevó finalmente al gol tras volver del descanso. El mayor de los Williams fue quien volvió a lanzar un balón al área cargado de veneno y, tras la pasividad de los defensas blancos, Berenguer no tuvo más que empujar el balón en la llegada conjunta con Sancet, ambos hasta la línea, superado ya Courtois.
LUIS TEJIDOEFE
El Madrid se estiró, pero fue un error de Aguirrezabala al medir mal la salida y golpear en la cabeza de Rüdiger, lo que ofreció la reválida a Mbappé. Lanzó como un niño, blando, blando. El portero del Athletic detuvo el lanzamiento. El francés volvió a mirar al césped.
El impacto del error lo sufrió todo el equipo, también Ancelotti, que agitó el banquillo en busca de soluciones. El disparo que propició el empate de Bellingham era una prueba de vida, algo a lo que aferrarse, pero es difícil hacerlo tras una derrota debido al error del Valverde en el tanto de Guruzeta. No todo es culpa de Mbappé, pero esta caída que frena al Madrid en la caza del Barça, lleva su nombre, su miedo.