El Almería eliminó este sábado al Sevilla en los dieciseisavos de final de la Copa del Rey al golearlo por 4-1 en el UD Almería Stadium con tres tantos del colombiano Luis Suárez y uno del serbio Marezi.
El Sevilla tuvo una buena arrancada y se adelantó en el marcador en el minuto 5 con un gol de Isaac Romero, pero perdió el control del partido en el último cuarto de hora de la primera parte, en la que los almerienses empezaron a sitiar el área de los de García Pimienta aunque sin gol.
La segunda parte fue coral del equipo de Rubi, que salió desatado. Marezi puso las tablas en el 49 y, tras una gran jugada de Bruno Langa, puso el balón a Luis Suárez para que hiciera el primero de su ‘triplete’ porque firmaría su segundo este curso tras el logrado en Ferrol. El colombiano hizo el 3-1, a pase de Arnau y haría el 4-1 de penalti.
Los errores defensivos le costaron caros al Almería en el primer tramo del duelo, en el que además del gol de Isaac, propiciaron acciones por la banda de Lukebakio e Idumbo para encontrar espacios. En el 7, la acción la salvó Pozo, mientras el Almería jugaba con mucha precipitación en la salida de balón.
Mejoró un tanto el Almería mediada la primera parte, en la que dispuso de acercamientos al área rival, aunque sin que apareciera el peligro. En el 44, en una falta en la frontal, el disparo de Melamed se marchó por encima del larguero de la meta hispalense, en la última acción de la primera parte.
El equipo local, sin un disparo entre los tres palos en la primera parte, empató en el primero de la segunda en una acción individual de Marezi que, desde más de 20 metros, se sacó un zapatazo que empató el duelo. Y sin mucho más tiempo, una acción coral de Melamed con Langa, deparó el 2-1. El mozambiqueño se la puso a Pozo, éste a Marezi, que apareció por banda, y el serbio se la cedió a Luis Suárez para que cruzara al fondo de las mallas, en el 54.
El Sevilla buscó las tablas en el marcador en una acción con fallo de Maximiano, en la salida de balón, que cogió Isaac, aunque en el minuto 77 llegó el 3-1 en una acción en la que el equipo local ya manejaba el partido a su antojo, ante un Sevilla llegando tarde.
Marc Pubill puso un balón a la banda derecha, por la que entró Puigmal, que tocaba el primer balón en el partido, y el centro lo aprovechó Luis Suárez para hacer el doblete, con el Almería disfrutando y tratando de aumentar las diferencias. El cafetero, ya en el descuento, fue objeto de un penalti de Badé que él mismo transformó en el 4-1.
En 2008, el día después de que el Barça le metiera seis goles al Atlético en el Camp Nou, un niño se presentó en su colegio de Vic con la camiseta de su equipo. No era azulgrana y en su espalda no se leía Messi, Eto'o o Henry; era rojiblanca, en la espalda aparecía Agüero y se pueden imaginar las burlas. «Me daba igual, ganase o perdiese el Atlético yo me ponía la camiseta», explica Kevin Fernández, coordinador del Unió Esportiva Vic y seguramente el único colchonero de Vic, que este jueves disfrutará de un premio a toda una vida de pasión solitaria
En primera ronda de la Copa del Rey, el equipo de su pueblo, el Vic, de Liga Élite catalana, la sexta división española, contra el equipo de sus amores, el Atlético (19.00 horas, TDP). «Es el partido de mi vida, con una foto con el Cholo seré feliz para siempre», reconoce quien desvela una curiosidad: las entradas online para el partido se han vendido desde un ordenador con el escudo del Atlético.
«Soy socio no abonado desde hace siete años. De pequeño me gustaba mucho Fernando Torres y gracias a él empecé a seguir al Atleti, a coger este sentimiento. Después llegó un momento en el que no dormía si perdía el equipo, en cada cumpleaños me regalaban camisetas... Ahora voy al Wanda cuatro o cinco veces cada temporada», comenta Fernández que fue jugador del Vic, entrenador del Vic y ahora es su coordinador. Si debe decidir entre Atlético y Vic, mejor no responde.
El coordinador, Fernández, posa para EL MUNDO.Pedro SaladoAraba
«Muchos me preguntan a qué equipo animaré, pero es un partido para disfrutar, es el partido más importante de la historia del Vic», proclama el coordinador que asegura que todo funcionará. El campo, el Estadi Hipòlit Planàs, llenará hasta gradas supletorias para un aforo de más de 7.000 personas y el césped artificial está impecable, instalado hace sólo tres años. Se han vendido entradas por 35, 50 y 75 euros, muchas de las cuales a los propios jugadores.
El sueño de Diaby
«Cada jugador podía comprar 12, pero yo he conseguido 18. Pagando, eh. Y aún estoy pendiente de si consigo más para unos amigos que vienen de Francia», apunta Seidou Diaby, delantero del Vic, que repite una frase del coordinador, Fernández: «Es el partido de mi vida». «Sé que puede ser mi momento. Tengo 27 años, pero contra el Atlético me verá mucha gente, será una gran oportunidad», explica el goleador de familia senegalesa que todavía sueña. ¿Y si aún puede ser profesional? Criado en el club de su ciudad, el Mataró, desde niño quiso dedicarse a la pelota y todavía hoy se agarra a esa ambición.
«Cuando tenía 17 o 18 años ya grababa vídeos de mis jugadas y los enviaba a diferentes países. Me llamaron de Noruega y me fui allí, al Fram Larvik, un equipo de la tercera división de un pueblo llamado Torstrand. Me costó, la verdad. Era un fútbol muy físico y el clima era muy duro. La liga se paraba en las épocas de más nieve y en uno de esos parones me fui a Inglaterra. Un primo mío [Bambo Diaby] que juega en el Sheffield de la Championship, la segunda división inglesa, me consiguió varias pruebas y lo intenté. Luego estuve en el Gran Tarajal de Fuerteventura, en Francia...», relata Diaby.
Seidou Diaby, antes del entrenamiento.Pedro SaladoAraba
Trabajador en una fábrica de material hospitalario en Mataró, aún sigue en el camino de ser futbolista, cueste lo que cueste. La temporada pasada, por ejemplo, no vivió un descenso, ni dos, vivió tres descensos y pese a ello no desiste, no desiste, no desisten. No pudo salvar ni al Granollers, con quien empezó el año, ni al Etoile Maritime francés, que le llamó en invierno, ni a su Mataró, pero igualmente ahí sigue. «Cuesta aceptarlo, te planteas cosas, pero hay que seguir», anima Diaby que celebra el actual momento de su Vic.
El técnico forestal, el biólogo...
Líder absoluto de la Liga Élite catalana frente a históricos como el Palamós, goleó al Sporting de Mahón para hacerse un hueco en la Copa del Rey. Con más de 100 años de historia -fue fundado en 1922-, su techo siempre ha sido la Tercera división, la actual Segunda RFEF, aunque guarda en sus libros otros partidos frente a grandes. En la Copa del Generalísimo del curso 1951-1952 se enfrentó al Barça, que también visitó la ciudad para un amistoso la inauguración del Estadi Hipòlit Planàs en 1986.
«Es el partido más importante de siempre del Vic. Estamos en una burbuja, en un sueño. Debería ganar de mucho el Atlético, pero me llevaré el gusto de defender a Sorloth, a Julián Álvarez, a Rodrigo de Paul, al que juegue», reconoce Gil Bertrana, central, segundo capitán y técnico forestal.
A 70 kilómetros al norte de Barcelona, Vic vive de su industria agroalimentaria, de la carne, de los embutidos, aunque pocos jugadores están relacionados. Algunos han estudiado Administración y Dirección de Empresas (ADE) e incluso otro defensa, Joan Castanyer es biólogo con un máster en genética y luce en su palmarés un bronce en la Olimpiada Española de Biología.
Gil Bertrana posa para EL MUNDOPedro SaladoAraba
«También hay quien trabaja en un almacén. Somos un grupo normal de jóvenes que jugamos juntos a fútbol. Llegar a las diez de la noche a casa después de los entrenamientos es un esfuerzo, pero ante el Atlético vamos a disfrutar de la recompensa», finaliza Bertrana, antes de jugar el partido de sus vidas.
El Barça vivió una plácida eliminatoria de dieciseisavos de final de la Copa del Rey ante el Barbastro. El equipo que dirige Hansi Flick, sin pasar grandes apuros, se las arregló para imponerse por 0-4 a un equipo local que amenazó con darles un tremendo susto el año pasado. Robert Lewandowski con dos tantos, Eric García, el encargado de abrir el marcador, y Pablo Torre, tras un error del guardameta local, se encargaron de marcar los goles para un conjunto azulgrana que, en esta ocasión, no dejó ni el más mínimo resquicio para la sorpresa. [Narración y estadísticas, 0-4]
Una forma excelente, además, de ganar una buena dosis de moral con vistas a la Supercopa que se disputará a partir de este miércoles en Arabia Saudí, por mucho que la plantilla se vea también algo trastabillada por la rocambolesca situación que están viviendo Dani Olmo y Pau Víctor, actualmente sin opciones para ponerse bajo las órdenes del técnico germano más allá de en los entrenamientos.
El conjunto barcelonista, con el polaco Wojciech Szczesny por primera vez bajo los palos y Ronald Araujo como titular en el centro de la defensa, saltó al terreno de juego más que dispuesto a acosar la portería rival.
Inicialmente, a sus llegadas les faltaba encontrar opciones claras de remate. Por lo menos, hasta que Eric García, tras un saque de falta y después de que Araujo prolongara el balón, encontrara al fin el camino para poner el 0-1 en el marcador cuando el reloj se encaminaba hacia el minuto 21.
Lewandowski, 10 minutos después, también de cabeza y después de que su remate se estrellara con el brazo de Arroyo, se encargó de anotar el 0-2. Con algo más de puntería ante un Arnau Fàbrega con mucho trabajo, los azulgrana podrían haberse marchado al descanso con más renta en el bolsillo, si bien el resultado parecía dejarlo todo claramente decidido.
Lewandowski, nada más empezar la segunda parte y al límite del fuera de juego, se encargaría de anotar un 0-3 que dejaba el camino aún más despejado para los barcelonistas al aprovechar una buena asistencia de Pablo Torre y plantarse solo ante Arnau Fàbrega.
No mucho más tarde, un escalofrío recorrería la grada tras un choque entre Íñigo Martínez y Jaime Ara en el que el jugador del Barbastro quedó conmocionado y tuvo que ser evacuado, ya consciente, para pasar una revisión médica exhaustiva. Aún con los ecos de esa acción en el ambiente, Pablo Torre aprovecharía un fallo con los pies del meta local para poner el 0-4 en el luminoso.
Los locales, ya sin nada que perder, trataron de estirar un poco más sus líneas para llevarse, por lo menos, un gol que les permitiera salvar la honra. La zaga azulgrana, no obstante, lejos de mostrar las peligrosas lagunas de no hace tampoco tanto tiempo, se las arregló para desbaratar una y otra vez sus intentos y vivir un final de partido tranquilo que propició el debut oficial, con 16 años, de otra joven perla barcelonista: un Toni Fernández que apunta muy buenas maneras como extremo derecho.