De Lim a Ronaldo, la derrota de la propiedad extranjera en la Liga: protestas de la afición, desarraigo… Y pocos puntos

De Lim a Ronaldo, la derrota de la propiedad extranjera en la Liga: protestas de la afición, desarraigo... Y pocos puntos

Los tres últimos clasificados de esta Liga y dos de los tres descendidos a Segunda la temporada pasada tienen un denominador común. Ganaron o están ganando menos partidos que sus rivales en la lucha por la permanencia y todos, sin excepción, tienen propietarios extranjeros. Hace unos meses, el Almería y el Granada volvieron al infierno de la Liga Hypermotion y este año el Valladolid, el Valencia y el Espanyol estrenarán el 2025 como los peores clubes del primer tramo de curso.

La situación social y deportiva de los tres es muy complicada, con una afición desesperada y crítica con unos propietarios que, desgraciadamente, parecen alejados de la realidad del club. El caso de Peter Lim en el Valencia es el más famoso, el más longevo en el tiempo y el de más actualidad. El empresario de Singapur lleva diez años al mando del conjunto ché a través de Meriton Holdings Limited y la situación del equipo no ha dejado de empeorar, con la destitución de Rubén Baraja como última gota de un vaso colmado hace tiempo.

Hace unos días, Layhoon Chan, presidenta del Valencia, aseguró que Lim no había dado «instrucciones ni comentarios para cambiar el entrenador», pero este lunes se anunció el adiós de Baraja. Algo similar sucedió en Valladolid hace un mes. El brasileño Ronaldo Nazario, propietario del conjunto pucelano, aseguraba confiar en Paulo Pezzolano, entrenador al que le unía una buena relación personal y laboral y con el que ya había trabajado en el Cruzeiro, pero el uruguayo terminó despedido tras caer 0-5 ante el Atlético.

En ambos casos, las decisiones llegaron después de semanas y meses de presión por parte de dos aficiones que consideran que sus propietarios no están centrados en el club. «Lim, go home (Lim, vete a casa)» es una pancarta habitual en Mestalla, donde han repetido manifestaciones multitudinarias en muchas ocasiones. Un eslogan que han copiado en Pucela: «Ronaldo, go home», rezaban las pancartas de la afición en el encuentro contra el Atlético, cuando ya todo el mundo daba por hecha la destitución de Pezzolano.

Ronaldo, que compró el Valladolid en 2018 y ahora quiere presidir la Federación Brasileña de Fútbol, lleva meses intentando vender el club, pero no termina de encajar la operación. «Tengo tres ofertas y tengo que pensar», admitió en mayo. Y en el caso de Lim está pendiente de ver qué pasa con la construcción del Nou Mestalla para hacer al club «más interesante», dicen los directivos chés. «Si hay una oferta atractiva, la estudiará, pero no tiene prisa por vender», aseguró Layhoon en la última Junta. Juzguen ustedes.

El tercero por la cola de la Liga, el Espanyol, va camino de llegar al nivel de desesperación de Valladolid y Valencia. El grupo chino Rastar compró el 56% del club catalán en 2016 y, tras jugar Europa en 2019, lleva dos descensos y dos ascensos en cinco temporadas, y esta ha empezado con mal pie y con la afición en la calle. Hace unas semanas, centenares de pericos se manifestaron a las puertas de la embajada china de Barcelona.

Los tres casos son parte de las discusiones que genera la llegada de propietarios y capital extranjeros a los equipos del fútbol español, con el acuerdo entre LaLiga y el Fondo de Inversión británico CVC como último ejemplo. Algunos lo ven como un salto económico que permite la mejora de las instalaciones y de la plantilla, pero otros, en los casos en los que los extranjeros se hacen con el gobierno de la entidad, ven peligrar el sentimiento de pertenencia. Hay ejemplos para todo.

La Liga cuenta con tres equipos más que tienen dueños extranjeros: Girona (City Football Group, Abu Dhabi), Mallorca (Andy Kohlberg, EEUU.) y Leganés (Robert Sarver, EEUU). Los catalanes están en Champions, el Mallorca disputó la última final de Copa y es sexto en Liga y el Leganés, recién ascendido, ha terminado el año tres puntos por encima del descenso. Les va bien.

Otros clubes, como Atlético de Madrid o Sevilla, cuentan con capital extranjero aunque la propiedad siga siendo española, una constante que parece ir a más, porque el valor medio de un club de Primera es de 174 millones y no deja de subir, potenciado, entre otras cosas, por la inversión de CVC. Un nicho interesante para los inversores. Equipos como el Celta también han recibido ofertas de fuera de España. Sólo se libran, de momento, Real Madrid, Barça, Athletic y Osasuna, todos propiedad de sus socios.

El interés extranjero tiene su eco en Segunda: Granada, Almería, Sporting, Oviedo, Elche, Albacete, Alcorcón o Zaragoza tienen propietarios o inversores de fuera. De ellos, Almería, Elche, Oviedo y Granada están en puestos de ascenso o de playoff. El impulso en Segunda es evidente, pero Primera es otro cantar.

kpd