Jesús Navas, adiós al niño de ojos azules: “Mi hijo ya lloró en la despedida de Nadal y yo le dije que estaba igual”

Jesús Navas, adiós al niño de ojos azules: "Mi hijo ya lloró en la despedida de Nadal y yo le dije que estaba igual"

Hay dos Jesús del Gran Poder en Sevilla. Uno descansa en la Basílica del mismo nombre y sale, cuando la lluvia lo permite, en La Madrugá del Viernes Santo. El otro es el niño de los ojos azules, el de Los Palacios. Ya no tan niño, quizás, y con más cicatrices, pero su fuerza reside en los confines del estadio Sánchez Pizjuán del que saldrá, por última vez, este sábado a las 18.30 con el Celta como testigo.

¿Qué sentirá ese día?
No sé, muchas emociones, intentaré disfrutar del momento. Llevo tiempo con muchos sentimientos y va a ser muy complicado.

Jesús Navas (Los Palacios, 1985) dice adiós al fútbol, al deporte que se lo ha dado todo y desde el que hizo soñar a una ciudad, Sevilla, con cuatro Europa Leagues, y a un país, España, con dos Eurocopas y, sobre todo, un Mundial. Él es el último de la generación de 2010, la última punta de la única estrella que España tiene en el pecho. Las otras son Torres, Iniesta, Cesc y Puyol, los cinco que tocaron el balón en la jugada que dio inicio al gol más importante de la historia del fútbol nacional.

Es el último de la generación de 2010.
Al final es todo fruto del trabajo, el sacrificio. A pesar de mis dolores, aquí he seguido durante estos últimos seis meses en los que he querido estar con el equipo y mira, me ha hecho conseguir cosas.
Todos preguntan por lo que sintió Iniesta en aquel gol pero, ¿y usted?
Pensaba que, en el momento del partido que estábamos, había que llegar rápido arriba. El equipo contrario estaba desgastado y sólo quería transportar el balón delante y al final salió todo muy bien.
¿Ha sido el mejor momento de su carrera?
Es lo máximo, conseguir un Mundial… Es el sueño de todo niño.
También tiene cuatro Europa Leagues, Eurocopas y otros títulos…
Sí, todos son muy especiales. Sobre todo el primero con el Sevilla, el gol de Antonio Puerta que nos abrió las puertas de la final y todos los títulos que vinieron después, fue tremendo.

El jugador del Sevilla en la entrevista con El Mundo.Gogo Lobato

Es, en este momento, en el de los amigos perdidos, en el que Jesús Navas sí desearía tener el gran poder de traerlos de vuelta. El lateral del Sevilla adoptó el número de Puerta como homenaje a él y se emociona al recordarle, pero tampoco se olvida de José Antonio Reyes. “Siempre serás eterno amigo Antonio Puerta”, escribió hace tiempo en Instagram. Él ha tenido el poder de hacerlo realidad.

¿Qué le hace sentir el 16?
El número de Antonio y lo llevo con todo el cariño, con entrega, con sacrificio, como estoy haciendo, darlo todo por él y por la afición. Se lo merece y lo que intento hacer cada día.
¿Se acuerda mucho de él?
Sí, tanto de él como de Reyes. Fueron momentos muy duros, las pérdidas que tuvimos y además amigos míos. Pero los llevamos siempre con nosotros, tanto en los títulos que conseguimos como en las alegrías.

Han sido 21 años en la élite. Desde que aquel agridulce 23 de noviembre de 2003 en el que Joaquín Caparrós, «como un padre» para él, le da la alternativa ante el Espanyol en un partido en el que terminarían perdiendo en Montjuic por 0-1.

Navas, delante del estadio que lleva su nombre.Gogo Lobato

¿Se recuerdan los grandes escenarios, pero cómo vivía el fútbol cuando iba por Los Palacios?
Siempre en la calle, en la plaza del pueblo, jugando hasta altas horas. Todo el día fútbol y disfrutando de ello. Todo lo que he conseguido es gracias a esa ganas y a esa ilusión.
¿Soñaba con la carrera que ha tenido?
Sí, la verdad que todo ha sido maravilloso y me enorgullezco de no haber cambiado desde el primer día. He seguido siendo el mismo, con esa humildad, esos valores que me han enseñado mis padres, mi mujer, eso es lo principal.
¿Cuándo dice hasta aquí?
Hace un año fue a más y, sobre todo, cuando juego un partido entero sufro mucho.
La ansiedad sí la pudo superar.
La situación de estar jugando en tu pueblo y llegar con 15 años al Sevilla y en dos estar jugando en el primer equipo… fue todo muy rápido. Quien me conoce sabe cómo soy y es un salto muy drástico. Al final fui asimilándolo porque el fútbol es mi vida y poco a poco, con ayuda de la familia, todo salió bien.
Fue de los primeros en hablar de salud mental.
Yo creo que esto le pasa a mucha gente, es algo muy común. Manteniendo la ilusión y con la ayuda de la familia, lo pasas.

Navas en la ciudad deportiva del Sevilla.Gogo Lobato

¿Qué le diría el Jesús Navas de hoy al de entonces?
Le daría las gracias. Sobre todo por no haber cambiado desde el primer día.
¿Tiene alguna espina clavada ?
No, todo lo que he conseguido ha sido maravilloso, tanto en Sevilla, en el City como en la selección.
¿Qué deja Navas en el fútbol?
El legado aquí en Sevilla y en la selección es darlo todo, hasta el final. Y el cariño de todo el mundo.

La ‘jubilación’

¿Cómo será su primer día sin tener que ir a entrenar?
Nunca se está preparado para ello, pero a todo el mundo le llega e intentaré disfrutar de estos 15 días.
¿Qué le dice la familia, sus hijos?
Al pequeño le va a costar más, porque estuvo viviendo conmigo en la tele la despedida de Rafa Nadal y él estaba llorando. Entonces le dije que yo estaba prácticamente igual, que me dolía y que lo dejaba por algo así. Y bueno, yo creo que él seguramente se va a emocionar.
¿Qué echará más de menos?
Todo, es mi vida. Levantarte por la mañana, tocar el balón… es lo que llevo haciendo desde pequeño.
¿Qué es el fútbol para usted?
Es lo que amo y lo que me ha dado tantas alegrías.
¿Seguirá vinculado al Sevilla?
Ahora pienso en esta semana que viene por delante de tantas emociones y, con tranquilidad, veré. Al final Sevilla es mi casa y ya tomaré la decisión con tranquilidad.
¿Deja muchos amigos?
Todos los compañeros con los que he compartido vestuario en la selección, el Sevilla y el City nos tenemos un cariño increíble.
¿Ramos será especial?
Es como un hermano, hemos vivido muchos momentos, las familias. Hemos crecido juntos en el fútbol, en la selección, en Sevilla. Su vuelta fue espectacular porque tenía muchas ganas. Siempre le deseo lo mejor y ojalá siga disfrutando del fútbol.

El niño de los ojos azules, el del gran poder, ya no puede más y dice adiós.

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