Mundial 2022 Qatar
El gobierno argentino decretó este martes festivo nacional para facilitar otra larga jornada de celebraciones como la del domingo, con más de un millón de personas a lo largo de la avenida 9 de julio
Con Lionel Messi en cabeza cargando la Copa del Mundo, la selección argentina ha llegado este martes de madrugada a Buenos Aires, donde esperaban decenas de miles de aficionados para empezar los festejos por la tercera estrella de la albiceleste.
El avión de los campeones de Catar-2022, decorado con el eslógan “Un equipo, un país, un sueño”, aterrizó a las 02.40 hora local en el aeropuerto internacional de Buenos Aires.
Al ritmo del popular “Muchachos”, el himno oficioso de Argentina en este mundial, cantado en la pista del aeropuerto por el grupo La Mosca Tse tse, Messi salió del avión levantando la Copa del Mundo justo al lado del seleccionador Lionel Scaloni.
Recibidos con una alfombra roja en la pista, los argentinos se subieron a un autobús descapotable de dos pisos con el que se dirigieron al predio de entrenamiento de la selección a pocos kilómetros del aeropuerto, de donde luego saldrán hacia el centro de Buenos Aires.
A pesar de la hora, decenas de miles de personas se encontraban en la carretera para saludar a los campeones, cuyo autobús avanzaba con grandes dificultades.
Los jugadores pasarán la noche en el centro de entrenamiento de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) antes de darse un baño de masas a partir del mediodía del martes, que el gobierno declaró festivo.
Sin embargo, los aficionados más ansiosos ya pasaron horas esperando, provistos de sombrillas o guarecidos en automóviles y tiendas, en los alrededores del aeropuerto internacional de Ezeiza.
Los fanáticos empezaron a llegar casi 12 horas antes de la llegada del vuelo y poblaron de los colores celeste y blanco los 10 kilómetros que separan el aeropuerto del predio de la AFA.
Entre bombos, banderas argentinas y camisetas con la estampa del ’10’ Lionel Messi, familias enteras pasaron la noche tratando de hacerse un lugar para ver, aunque sea fugazmente, el paso de sus ídolos.
Durante el día, pasaron las horas entre mate (infusión rioplatense) y ‘picaditos’ de fútbol.
Procesión albiceleste
El gobierno argentino decretó para este martes un feriado nacional para facilitar otra larga jornada de celebraciones como la del domingo, con más de un millón de personas a lo largo de la avenida 9 de julio.
Se espera que el obelisco porteño sea una vez más el epicentro de los festejos y el lugar hasta donde lleguen los jugadores en un autobús especial que recorrerá la céntrica arteria porteño.
A lo largo de los 30 kilómetros que separan el aeropuerto internacional del centro de la capital se apostó un operativo de seguridad con desvíos de tránsito y postas policiales para prevenir desmanes.
El domingo, con una de las mayores movilizaciones espontáneas de los últimos tiempos en la ciudad, no se reportaron incidentes de magnitud y hubo apenas 17 detenidos, por daños y hurtos.
Ese día, inmediatamente después de que terminó la final, una enorme procesión celeste y blanca se adueñó de todos los ingresos a la ciudad. Algunos caminaron más de 10 kilómetros para llegar al Obelisco, imposibilitados de llegar en automóviles y con los servicios del metro y autobuses suspendidos.
La movilización fue el anticipo de la fiesta que se espera este martes con el desfile de los campeones.
Este nuevo título mundial llega 36 años después del conseguido en 1986, que se sumó al de 1978, y luego de dos finales perdidas (1990 y 2014).