“Jueces cansados” y la eterna polémica en el bronce del Profeta Reyes Pla: “A ver lo que suelta ahora por la boca…”

"Jueces cansados" y la eterna polémica en el bronce del Profeta Reyes Pla: "A ver lo que suelta ahora por la boca..."

Con el ojo izquierdo a la virulé y sudoroso, Enmanuel Reyes Pla celebraba en las entrañas del Paris Nort Arena como si hubiera vencido. Un grupo de aficionados españoles le vitoreaba y le abrazaba. Y él no perdía la sonrisa, aunque sólo hacía un momento, su compatriota “de sangre”, el también cubano nacionalizado azerbayano Loren Berto Alfonso, hubiera resultado ganador del combate de semifinales (-92 kilos) por decisión dividida.

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No muy lejos, con su calma y sabiduría habitual, Rafael Lozano rumiaba la derrota. Trataba de razonar lo imposible, la subjetividad arbitral en un deporte tan marcado por ella. “Mira, yo creo que tienen que estar cansados los jueces. Quiero pensar eso, porque no es normal. Los golpes más claros los ha conectado Enmanuel. Pero no te puedes quejar, porque encima te sancionan”, explicaba el Balita un problema estructural. A los Juegos muchos jueces no quieren acudir. Por ejemplo, no hay ninguno español. Todos están con la IBA (Asociación Internacional), que fue rechazada por el CIO por sus influencias rusas. Los Juegos los regula ahora World Boxing, una asociación nacida hace un año a tal propósito.

“Muchas veces Alfonso gana casi sin querer. No le gusta fajarse, pero hace mucho daño con el resto de derecha. Buscaba desesperarle y le desesperó”, escudriñaba Lozano el boxeo técnico de un rival que sacó de quicio al Profeta, con su guardia baja, su esquiva y su movimiento de piernas. “Y bueno, a ver lo que suelta ahora por la boca…”, avisaba el seleccionador mientras Reyes Pla se acercaba.

El encuentro con los medios del púgil fue un tanto surrealista.

“Estoy contento. Agradecido con Dios. No me voy con la medalla que quería, pero es un bronce. Un granito de arena para el boxeo español. Ahora a recoger la medalla en Roland Garros”.

Pregunta.- “Enmanuel, ¿te ha costado leer el combate?”

Respuesta.- “No, para nada. Los árbitros vieron un combate completamente distinto. Yo hice más por la victoria, conecté más golpes efectivos”.

P.- “¿Te ha desesperado?”

R.- “Sabía que ese era su boxeo. Le había ganado en Italia hace poco, pero los árbitros lo vieron diferente. No es algo que dependa de mí”.

P.- “¿Sabor agridulce?”

R.- “Me sentí ganador en todo el combate. Es el arbitraje”.

P.- “¿Fueron más claros tus golpes?”

R.- “El último asalto conecté más golpes efectivos. Ahora parece que lo que se busca es el boxeo de levantar la mano y chillar sin dar golpes. Es lo que hay”

P.- “¿Te costó leer el primer asalto?”

R.- “Salí a buscarlo, pero los árbitros no lo vieron. Le vieron a él, que bailaba y levantaba la mano sin dar un golpe. Fueron golpes fantasmas. Y ya vas a remolque”.

P.- “¿Algún pero Enmanuel?”

R.- “No, no. El árbitro estaba ciego”.

La realidad es que había resultado un extraño e igualado duelo en el Parque de Exposiciones de Villepinte. El Profeta buscaba ser el primer campeón olímpico en boxeo español, igualar al menos la plata de Lozano en Atlanta 96. Con su verborrea habitual, no había dejado de proclamarlo en los días previos -“va a recibir palos, voy a arrancar cabezas…”-, mientras avanzaba rondas, primero ante el chino Han, después ante el belga Schelstraete.

Reyes Pla y Alfonso, en acción.MIGUEL GUTIÉRREZEFE

Pero no hubo forma con la desafiante guardia baja de Alfonso, que se impuso en el primer round y ya marcó el resto del combate. A Reyes Pla le costó sentirse cómodo con la técnica rival y, ya a la desperada, no pudo hacer nada en el asalto definitivo. Cuando sonó el “In blue” y el árbitro levantó la mano del azerbayano, el Profeta sonrió irónicamente.

También había sido un combate curioso, dos cubanos representando banderas dispares, ambos huidos de la isla hace años. “Yo eso no lo pienso. Arriba del ring no hay amistad. Abajo nos llevamos bien. Somos cubanos de sangre, pero defiendo la bandera española, la del país que me dio la oportunidad”. Enmanuel y Loren no habían coincidido en el equipo nacional -“él era de provincias”-.

También irónicamente, Alfonso se deshizo de otro compatriota en primera ronda, el mismo que derrotó (también con quejas y polémica) a Reyes Pla en Tokio. Entonces en el cuadrilátero hubo algo más que boxeo. “Patria y vida no, patria o muerte. ¡Venceremos!”, gritó Julio César la Cruz ante los medios, un canto al castrismo en oposición a las reivindicaciones de quien tuvo que huir de la isla.

kpd