Serán cinco oros seguidos y cuatro de ellos para Kevin Durant, lo que nadie hizo nunca jamás. Serán. Porque nadie duda de este Dream Team, tan golpeado en los Mundiales (no lo gana desde 2014), afrentas que asume y recoge, con las que pinta las paredes de su motivación, la venganza como estímulo, tan americano. Nadie duda de que en los Juegos el USA Team no falla y eso que a su alrededor todo tenga aroma NBA. Los 11 rivales poseen ya jugadores de esa liga (hasta 52…), incluso el debutante Sudán del Sur, los herederos de Manute Bol; España, con sólo Santi Aldama, es ahora el más raquítico en ese sentido.
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Desde Atenas 2004, EEUU únicamente ha perdido un partido olímpico, en el estreno de Tokio contra Francia. Quizá el único rival que les puede amenazar esta vez, espoleados bajo el efecto patrio pero sobre todo con el gigante Victor Wembanyama, uno de los grandes nombres propios de estos Juegos. También Canadá, una especie de USA Team 2 a las órdenes de Jordi Fernández. Y, para empezar, este domingo (17.15 h.), la Serbia de Nikola Jokic.
A la espera del arranque y con la duda de alguno de los resultados de la preparación (apenas consiguió derrotar por un punto a una Sudán del Sur, que ganaba de 14 al descanso), el escaparate yankee luce pletórico, con el abanderado LeBron James a la cabeza y la novedad, poderosa en la pintura y no sin polémica (nació en Camerún y coqueteó con unirse a la selección francesa), de Joel Embiid. También está el mencionado Durant, Steph Curry en busca de su primer oro, Jayson Tatum o Anthony Davis. Una plantilla carne de comparaciones. Y ninguna tan recurrente como la del Dream Team original.
La mecha la encendió el veteranísimo Svetislav Pesic, entrenador serbio, que nunca tira sin bala. «Esta plantilla es más fuerte que el Dream Team», afirma. Él era entonces seleccionador alemán y hoy comprobará sus propias palabras, que pronto fueron respondidas hasta por el rival. «Nuestro equipo es sin duda tan fuerte como el Dream Team, pero en 1992 el mundo no era tan bueno como hoy, ni mucho menos», razonó Steve Kerr, que añade: «En aquel momento, sólo Yugoslavia podía haber puesto en dificultades a los estadounidenses, pero Serbia y Croacia acababan de obtener su independencia. Por eso nunca fueron amenazados. Puede que nuestro equipo sea igual de fuerte, pero el nivel general ha evolucionado. En París nos espera un desafío mucho más difícil».
Y, aunque la comparación es golosa, resulta complicado pensar que este equipo que perdió por lesión a Kawhi Leonard puede fascinar del modo que lo hicieron Michael Jordan, Larry Bird, Magic Jonhson y compañía en la Ciudad Condal. La profundidad de aquel roster nunca podrá ser superada (Barkley, Olajuwon, Karl Malone…). El Dream Team, que hubiera establecido también un récord de selfies, amaneció en el torneo olímpico ganando por 46-1 contra esa Angola (finalmente 116-48), de la que Charles Barkley dejó una frase para la historia: «No sé nada de ellos, salvo que están en problemas». Los de Chuck Daly terminaron ganando sus siete partidos con una diferencia media de 43,8 puntos (algo que esta vez no va a pasar) y sin pedir un tiempo muerto. En la final en el Olímpico de Badalona, la Croacia de Drazen Petrovic resistió 10 minutos (23-22) y terminó cayendo por ‘sólo’ 32.