El capitán y canterano del Real Madrid, Nacho Fernández, abandonará la disciplina blanca la próxima temporada rumbo al fútbol saudí. El defensa ha firmado un contrato de dos años y 8 millones netos por temporada con el equipo de Míchel, el Al Qadsiah.
Al parecer, el entrenador madrileño ha llamado al futbolista los últimos días para convecerle de la propuesta deportiva en su equipo. El fichaje del defensa blanco se cerró el pasado martes, con el jugador en plena disputa de la Eurocopa de Alemania con la selección española.
Así, Nacho se despide del conjunto blanco tras levantar la decimoquinta Champions League como capitán del equipo. Este trofeo era el sexto que conseguía el defensa de Alcalá de Henares, el que más junto a Dani Carvajal, Luka Modric y Toni Kroos, quien también dejará el Real Madrid, aunque en este último caso es porque ha decidido retirarse.
En total, el madrileño ha logrado 26 títulos con el conjunto blanco. Es uno de los jugadores, junto a los antes mencionados, más laureados de la historia del Real Madrid.
Se han terminado por confirmar los rumores que rodeaban la salida de Nacho desde el final de temporada. Su no renovación con el club de Chamartín tras 23 años, 14 de ellos en el primer equipo, era un mal presagio respecto a su continuidad en el conjunto que dirige Carlo Ancelotti.
Se decía que la MLS podría haber tentado al madrileño, pero finalmente ha sido Míchel, otra leyenda en el Real Madrid, el que ha conseguido convencer al jugador de 34 años.
No se le da bien el mes de marzo a España. Perdió hace dos años ante Escocia metiéndose en un buen lío. Perdió el año pasado ante Colombia en un amistoso intrascendente, y estuvo a punto de perder este jueves de nuevo ante Países Bajos, aunque un fallo de Verbruggen le permitó salvar los muebles en el descuento. Decidirá Mestalla el domingo en la vuelta de estos cuartos de final de la Liga de Naciones, con la campeona de Europa obligada a ganar después de una noche gris donde las piernas pesaron más de la cuenta, donde el balón no transitó como suele y donde, en fin, España fue mucho menos España. [Narración y estadísticas (2-2)]
La selección ya se fue al descanso con mala cara. Después de muchos meses sin verse, en mitad de una temporada asfixiante, Luis de la Fuente apenas había tenido tiempo de juntarles para descansar, relajarles y recordarles mínimamente los automatismos que les han llevado hasta aquí, ganando Liga de Naciones y Eurocopa por el camino. España se fue con mala cara al descanso porque hacía mucho tiempo que un equipo no le metía en su campo para no dejarle salir. Y eso fue lo que consiguió Países Bajos en la primera parte.
Y eso que la noche no pudo empezar mejor. Con la alineación que todo el mundo esperaba, porque el seleccionador no es amigo de experimentos, el partido se rompió enseguida gracias a un jugador mayúsculo, seguramente el mejor centrocampista del mundo hoy. En el minuto ocho, lo primero que pasó es que Hato se hizo un lío morrocotudo y Lamine Yamal porfió hasta quitarle la pelota. Se la dio a Pedri, ese jugador mayúsculo, ese que es seguramente el mejor centrocampista del mundo hoy, e hizo algo que muy pocos hacen. Casi en el área pequeña, recibió de espaldas. Paró el balón, se giró, levantó la cabeza (todo esto, conviene insistir, con un central encima y cerca del área pequeña) y se la dio a Nico, que finalizó con un giro sobre sí mismo.
Sin balón se apaga la luz
Muy pronto, pues, España estaba por delante y todo parecía ir cuesta abajo, en la línea que acompaña a este equipo desde hace tiempo. De hecho, un rato después Morata tuvo el segundo tras una jugada colectiva impecable. Pero ahí se apagó la luz. Epaña perdió el balón y se fue metiendo atrás. Le costaba incluso atravesar el centro del campo, y eso permitía a los holandeses merodear por el área hasta que encontraron el hueco tras una jugada de Frimpong que terminó Gakpo en el otro costado.
El empate no era, sin embargo, la peor noticia. La peor noticia es que no había noticias de jugadores como Zubimendi, Fabián o Pedri. Tampoco de Nico ni de Lamine. Morata bastante tenía con ayudar a achicar agua allá donde hiciera falta, lo mismo daba en una banda que por el centro que defendiendo un córner.
Al ritmo de De Jong, que ha recuperado el nivel con el que un día deslumbró, el equipo de Koeman se sintió cómodo ante la campeona, a la que arrinconó en su propio campo y a la que hizo correr detrás de la pelota durante demasiado tiempo. Porque a España, a esta España, no le incomoda meterse atrás. Pero un rato. No durante casi media hora. La lesión de Cubarsí, que dio paso a otro jovencísimo que llega, Huijsen, cerró un primer asalto en el que Reijnders pudo haber puesto las cosas peor si su remate desde la frontal hubiese encontrado la red en lugar del larguero.
Van Hecke salta con Ayoze.NICOLAS TUCATAFP
Falló antes del descanso, pero no después. No tardó ni un minuto en marcar el segundo gracias, de nuevo, al velocísimo Frimpong, cuyo pase atrás lo estampó el jugador del Milan en la red. Por debajo en el marcador, la selección reaccionó y al menos tuvo la pelota. No hizo gran cosa con ella, pero jugó en campo contrario. A falda de media hora, De la Fuente renovó al equipo metiendo a Oyarzabal por Lamine, a Olmo por Pedri y a Ayoze por Morata.
No cambió el panorama. Olmo sí fue capaz de hilar un poco más el ataque español, que terminó el partido en busca del empate, más cuando Países Bajos se quedó con uno menos por una entrada a destiempo de Hato sobre Le Normand. Pudo en un último suspiro igualar gracias a un error grosero de Verbruggen a disparo de Nico. Mikel Merino, que pasaba por allí y que le está cogiendo el gusto en el Arsenal a esto de jugar como delantero, salvó los dos años sin perder un partido oficial y puso a Mestalla bajo el foco.
Luis de la Fuente llegó a la sala de prensa de De Kuip sonriente. "No me situaba al principio, pero ya sí, ya sí", musitaba a un periodista, que le había recordado, antes de empezar a hablar, que aquí, en este estadio, en esta sala de prensa, levantó su primer título (junio de 2023) y empezó un camino que le ha llevado de ser cuestionado a ser un entrenador de primerísimo nivel que levanta más admiración que cualquier otra cosa. Aquella final de la Nations League contra Croacia, resuelta con un penalti a lo Panenka de Carvajal en la tanda, ¿ha cambiado al seleccionador?
"De aquel Luis De la Fuente queda todo. Voy de serie con unos principios y unos valores, pero sí, aquel es el momento en el que empezamos a construir una imagen, una idea, una personalidad. Pero Luis de la Fuente sigue siendo el mismo. He tratado de vestirme por los pies siempre, y lo sigo haciendo gracias a Dios", respondía ayer en el lugar, dicho queda, donde todo empezó.
Es tal el nivel de aceptación del técnico que ni siquiera una mala gestión como la del 'caso Iñigo Martínez' le va a penalizar. El futbolista ya había dado por cerrada su etapa en la selección, y en la Federación lo sabían, pero De la Fuente decidió llamarle. El lunes, una lesión le impedía incorporarse. "Hay un parte médico y el jugador no viene. No ha habido ningún tema más. Hablé con Iñigo cuando tuve que hablar, pero insisto: el parte médico es claro", zanjó ayer, dejando claro que ya sabe la pareja de centrales que jugará, y que todo apunta a que serán Cubarsí y Le Normand.
También parece claro que Unai Simón recuperará su lugar en la portería en la primera citación a la que puede venir tras la Eurocopa, y que ni siquiera las buenas actuaciones de David Raya en septiembre, octubre y noviembre le van a hacer cambiar de opinión. Se deshizo en elogios hacia Lamine Yamal, cómo no. "Si Dios quiere, veremos en él un futbolista de leyenda, alguien destinado a marcar una época, pero que quede claro que todavía le queda mucho por aprender", explicó antes del duelo con los Países Bajos, un equipo muy en forma que, de la mano de Koeman, representa una seria amenaza en la primera eliminatoria a dos partidos que debe afrontar De la Fuente.