Una de las grandes noticias que dejó la tarde en Berlín fue la ruptura de una racha de 16 años. Una racha de 136 partidos. La ruptura, en fin, de un tema casi tabú en España desde que la gran España encontró un camino para ganar entre 2008 y 2012. Pareció durante muchos años una herejía pensar en otro modo de jugar, insinuar que no había que tener la pelota para ganar partidos… Pues bien, esta España no necesita el balón para ganar partidos y eso, que ya se intuía, se confirmó contra Croacia.
España dispuso del balón un 46% del tiempo, por el 54% de los croatas. Y España ganó 3-0. Hacía esos 16 años que algo así no ocurría. La última vez que el rival tuvo más tiempo el balón que España fue la final de la Eurocopa de 2008, aquel 29 de junio donde Torres inició una era ¿irrepetible? Desde entonces, la selección ha jugado 136 partidos y siempre ha ganado eso tan poco útil que es la posesión, escrito así de forma aséptica. Por el camino, sesiones tan inverosímiles como los octavos de final contra Marruecos, resuelto, en contra, en los penaltis.
“No tenía ni idea de lo de la posesión. A ver, aquí al final lo que cuenta es ganar los partidos, no la posesión, y nosotros estamos muy felices porque hemos ganado”, resolvía ayer Fabián, uno de los jugadores que representan ese fútbol no tan ortodoxo que ha tenido atrapada a la selección desde 2014, año del cataclismo en el Mundial de Brasil, hasta la llegada de Luis de la Fuente, un tipo práctico.
Carvajal, de Wembley a Berlín
Hay pocos jugadores en el vestuario de la selección que entiendan tan bien eso de “lo que importa es ganar”. Dani Carvajal, quizás, es el que ha vivido esa expresión más de cerca. No es fácil ganar seis Copas de Europa de la misma forma. En unas sufrió, en otras disfrutó, a veces dominó y en algunas sobrevivió como pudo, pero ganó. Eso es lo importante. Y quizás por eso, el de Leganés es un capitán sin brazalete en la concentración de España.
No acumula tantas internacionales como otros compañeros, pero tiene el peso de los títulos y la experiencia, algo que necesita De la Fuente, que le permitió hablar en el corrillo previo al partido. “He sido uno de los que ha hablado. Soy un jugador que siempre intenta alzar la voz y motivar a los más jóvenes”, explicó el defensa en los pasillos del Estadio Olímpico.
Fue una tarde especial para Carvajal, una más en un mes de junio que no va a olvidar. Después de marcar el primer gol de la final de la Champions de Wembley, el canterano del Real Madrid disputó en Berlín su primer partido en una Eurocopa. Las lesiones no le habían dejado estar en las convocatorias hasta ahora.
Y claro, alguien que puso la primera piedra de Valdebebas y terminó con seis ‘orejonas’ no le hace ascos al destino. En su estreno continental, Carvajal repitió gol. Su primero con España 44 partidos después, insistiendo en eso del destino. Movimiento al primer palo y remate ante el portero.
“Es un gol de killer, ¡de killer absoluto!“, bromeaba en zona mixta. “De momento soy Pichichi de la Eurocopa, porque nadie ha metido dos goles”, añadió entre risas.
El cuerpo técnico de Luis de la Fuente ha copiado la idea del de Carlo Ancelotti. Carvajal no es el más alto, pero sí es inteligente a la hora de buscar el espacio en el área: “En el balón parado hay que estar listo, hay que tener determinación y hoy pues me he anticipado al primer palo y sólo la he tenido que empujar. Estoy muy contento de que confíen en mí para el balón parado”, explicó.