A España le tocó sufrir, apretar los dientes. Pero, al fin, hubo desenlace de película y pudo alzarse con su primer oro en un Europeo de waterpolo. Nada más y nada menos que ante la vigente campeona, una Croacia con grandísimos nombres y que contaba con la ventaja de jugar ante su gente. Dos grandes apariciones postreras de Álvaro Granados, en un último cuarto con parcial de 0-3 para los españoles, fueron al final determinantes para decantar la balanza a favor de los de David Martín, por mucho que Marko Bijac les amargara la vida durante casi toda la noche. Especialmente destacable fue la última, al límite del tiempo, con un revés precedido de un escorzo casi imposible que catapultó los sueños hasta el primer escalón del podio y aseguró, además, su presencia en los Juegos de París.
Los primeros ocho minutos, por mucho que el final fuera el soñado, no obstante, fueron del todo terribles para los intereses de una selección española que cerraría el primer cuarto con cinco tantos en contra. Algo que llevaba muchísimo tiempo sin sufrir en sus carnes. El triunfo en el sprint inicial croata se vería acompañado prácticamente acto seguido por un penalti que Marko Zuvela no dudaría ni un ápice en aprovechar para poner por delante a los suyos cuando apenas se habían cumplido los primeros instantes.
De poco sirvieron las oportunas respuestas de Bernat Sanahuja y Granados, con un giro de muñeca cargado de clase, para igualar tanto en primera instancia como tras la primera aparición de un Luka Bukic letal en los dos primeros cuartos. Tampoco, que Alberto Munárriz lograra colocar un momentáneo 2-3. Croacia, con un parcial de 3-0 de las manos de Vukicevic, de nuevo Bukic y Marinic, castigó duramente a los españoles y logró abrir una brecha de dos tantos (5-3).
Siempre Bukic
El castigo era tal que a Martín no le quedó otra que que gastar su primer tiempo muerto antes incluso de que acabara el primer periodo. El hecho de que Croacia le echara más sal a la herida aumentando un poco más las diferencias con un 6-3 que cayó nada más empezar el segundo cuarto. Cómo no, obra de Bukic. Pero España, lejos de caer en la desesperación, mejoró sus prestaciones.
A nivel ofensivo, con dos goles consecutivos de Munárriz y Marc Larumbe, compensados levemente otra vez por Bukic. Y, a nivel defensivo con un paso al frente grupal que contaría a su vez con las buenas intervenciones de un Unai Aguirre capaz de firmar una espectacular doble parada que precedería también a un 7-6, obra de Álex Bustos, que parecía abrir el camino hacia la esperanza.
Una esperanza que, además, Sanahuja y Roger Tahull alimentarían muy pronto llevando la igualada hasta en dos ocasiones en los primeros compases del tercer cuarto, pero que pareció diluirse terriblemente en un final de periodo en el que Croacia, por medio de Marko Zuvela y Loren Fatovi, puso todo tremendamente cuesta arriba, enviando el partido al último y cuarto con un 10-8.
Pero España, en un tercer parcial en el que los croatas cometieron el error de descuidar demasiado pronto su faceta ofensiva y en el que los de Martín multiplicaron su compromiso en defensa, logró un parcial de 0-3, construido también en las buenas intervenciones bajo los palos de un Edu Lorrio que relevó a Unai Aguirre bajo los palos, el 10-9 de Sanahuja y, sobre todo, dos apariciones finales de Granados, la segunda de ensueño, que valieron, al fin, su peso en oro. El primero en un Europeo.