Zana vence antes de la ascensión a las tres torres de Lavaredo, cumbres de Merckx y Fuente

Zana vence antes de la ascensión a las tres torres de Lavaredo, cumbres de Merckx y Fuente

Giro de Italia

Actualizado

El italiano superó a Pinot y Almeida cedió 20 segundos con Thomas y Roglic en la jornada previa a la etapa reina de la carrera

Zana supera a Pinot en la meta de Val Di Zoldo.L. ZennaroEFE

Los Dolomitas guardan la llave del tesoro de un Giro que avanza hacia su punto culminante. El secreto se esconde en esos tremendos picos y valles de una cordillera que proporciona estampas gozosas para los sentidos pero que nublan la vista a los hombres fuertes que escalan entre cumbres adornadas por nieve perpetua. Un escenario imponente para una carrera que este jueves encumbró a Filippo Zana, nuevo referente de los tifosi, que amargó la existencia a Thibaut Pinot. El francés volvió a liderar la escapada buena del día, pero otra vez fue derrotado por sus compañeros de fuga.

Una jornada en la que Primoz Roglic desafió a un Geraint Thomas, que en su 37 cumpleaños, mantuvo la maglia rosa sin excesivos problemas. El portugués Joao Almeida cedió 20 segundos y perdió la segunda plaza de la general en la previa de la etapa reina de este viernes, con el infernal trayecto hasta las Tres Cimas de Lavadero .

Zana, 24 años y campeón de Italia de fondo en carretera, certificó las excelentes condiciones mostradas en la última semana y conquistó la victoria más importante de su trayectoria tras aguantar los acelerones del siempre impulsivo Pinot. El galo, que ya fue superado por Einer Rubio en Crans-Montana, asumió el protagonismo de la jornada, al meterse en una fuga que rondó los seis minutos de ventaja y que virtualmente le situó en la lucha por el podio de Roma. Junto a él se fugaron Paret-Peintre, Barguil, Gee, Frigo, Zana y Pronskij, todos controlados desde la distancia por el Ineos de Thomas, con Arensman y De Plus, como vigilantes atentos.

El grupo de los mejores avanzó compacto hasta que Roglic aceleró a falta de nueve kilómetros para la meta y descolgó a Almeida. El luso aguantó la ofensiva con dificultades y el daño hubiera sido grave si no hubiera contado con el auxilio de Jay Vine, uno de los gregarios más notables del Giro. El australiano es tan bueno como Sepp Kuss, que también hizo un trabajo supremo en beneficio de Roglic.

Una gran ronda no se gana sin escuderos de garantías. Unos ayudantes que serán vitales este viernes en una cita de dureza extrema en los Dolomitas, con ascensiones a los colosos Campolongo, Valpariola, Giau (Cima Coppi), Tre Croci y final en Tres Cimas de Lavaredo, con sus imponentes y enlazados picos Piccola, Grande y Ovest. Más de siete kilómetros de subida, con rampas del 18% de desnivel.

Escenario para el drama y la épica. En los dominios de las tres torres de caliza, Eddy Merckx y José Manuel Fuente rubricaron páginas gloriosas. El Caníbal, en 1968, cimentó la conquista de su primer Giro. En la jornada 12ª presentó sus credenciales el joven Luis Ocaña con una ofensiva que generó una peligrosa escapada. Merckx, en un día de frío, lluvia y niebla, atacó a falta de 25 kilómetros para la conclusión, descolgó a Julio Jiménez y sólo soportó su acometida el italiano Vittorio Adorni, su compañero en el Faema. El belga neutralizó a los fugados a falta de un kilómetro, ganó la etapa, se enfundó la maglia rosa y no la soltó hasta la clausura en Nápoles. El primero de su repóquer de Giros.

Seis años después, El Tarangu, animado por los tifosi’ porque era el único que no temía a Merckx, retó el control del equipo Molteni y se lanzó en solitario por las rampas de las Tres Cimas de Lavadero cuando restaban ocho kilómetros para la meta, en el Refugio Auronzo. Nadie aguantó el acelerón del asturiano. Por detrás, Gianbattista Baronchelli apretó a Merckx y tomó unos segundos de ventaja, por unos instantes fue líder virtual, pero no mantuvo el desafío y el belga le cazó. Por delante, Fuente, en otro día de perros, escaló ajeno a esa pugna y se anotó su quinto triunfo en la edición de 1974. Los tres picos de Lavadero le coronaron, por cuarta vez en el Giro, como rey indiscutible de la montaña. Ahora, esta montaña volverá a ser determinante para la resolución de la ronda.

kpd