LaLiga Santander 2022 – 2023
En una temporada difícil para el Espanyol, el centrocampista brasileño se ha convertido en una de las mejores noticias. Atiende a EL MUNDO y confiesa qué le llevó a dedicarse al fútbol
Vinicius de Souza Costa (Río de Janeiro, 1999), más conocido en el mundo del fútbol como Vinicius Souza, es un jugador clave para el Espanyol. Cedido por el Lommel belga, a la postre propiedad de un todopoderoso Manchester City que parece tenerlo muy en cuenta con vistas al futuro, no se amilana ante nadie. Al hablar con él, no obstante, destaca la sonrisa que tiene siempre en los labios. Incluso, al abordar el triste detonante de su decisión de convertirse en futbolista profesional: la muerte de su hermano pequeño, Caio, a causa de una bala perdida en un tiroteo entre la policía y unos traficantes. Decidió que sería jugador de fútbol por él y, con su trayectoria, le ha estado rindiendo un hasta ahora tácito homenaje.
- ¿Cómo fue crecer en el barrio de Padre Miguel?
- Siempre estaba en la calle, jugando al fútbol. Disfrutaba todo el día, no hay otra palabra mejor para definirlo.
- ¿Cuál es el mejor recuerdo que tiene de cuando era niño?
- Yo creo que eso, poder disfrutar con los otros niños sin ninguna responsabilidad. Ahora todo es diferente, pero tengo muy buenos recuerdos de esa época.
- Yo creo que eso, poder disfrutar con los otros niños sin ninguna responsabilidad. Ahora todo es diferente, pero tengo muy buenos recuerdos de esa época.
- Cuando perdí a mi hermano pequeño. Creo que casi nadie sabe eso, es la primera vez que lo cuento. Yo tenía 12 años, y él, siete u ocho. Hasta entonces, no me lo tomaba demasiado en serio. Jugaba con mis amigos, sin pensarlo mucho, medio en broma, para divertirme, aunque había un staff y un entrenador.
- ¿Su fallecimiento se debió a una enfermedad o un accidente?
- Estaba yendo a entrenar, con la abuela, y, al pasar por un foro, se había desatado un tiroteo entre la policía y unos traficantes. Intentaron cruzar la calle para marcharse, pero una bala perdida le dio en la cabeza. A raíz de eso, lo decidí. Por él.
- ¿Cómo se lo tomaron sus padres cuando les dijo que quería dedicarse a este deporte?
- Siempre me apoyaron. Mi padre incluso dejaba de lado el trabajo para llevarme a entrenar. Con 13 años, fiché por el Flamengo y entonces cambió toda mi vida. El campo estaba muy lejos de mi casa, tenía que salir como a las cuatro y media de la madrugada para estar allí a las nueve. Mi padre me puso por delante de su trabajo, por delante de su propia vida.
- ¿Fichar por el Flamengo fue una confirmación de que iba en buen camino?
- Todo fue muy nuevo para mí. Jugaba al fútbol para pasármelo bien y entonces se transformó en un trabajo. Con el paso de los años, fui implicándome cada vez más y, gracias a Dios, al final logré debutar con el primer equipo.
- Allí coincidió con Vinicius Júnior. ¿Cómo es compartir vestuario con él?
- Vinicius es increíble. La gente sólo conoce al jugador y, como persona, es mil veces mejor. Sólo hace falta echarle un vistazo a sus redes sociales: siempre pone fotos con su familia y sus amigos. Es muy humilde y estoy muy feliz por todo lo que está consiguiendo.
- ¿Le sorprende toda la polémica que le está rodeando en los últimos tiempos?
- Me sorprende, porque es muy buena gente. Todo lo que quiere es disfrutar de jugar al fútbol. En Sudamérica somos así, siempre peleamos al máximo por nuestro equipo. Yo también lo hago, peleamos como locos. En su caso, por ser Vinicius y estar en el Madrid, todo se magnifica.
- Según tengo entendido, al saber que el Espanyol le quería, se olvidó de cualquier otro destino. ¿Conocía el club de antemano?
- No es que lo conociera demasiado, pero sí escuché muchas cosas del club, siempre miraba muchos partidos de la Liga y, cuando me dijeron que quería ficharme, decidí olvidarme de todo lo demás y vine a Barcelona. Había algo dentro de mí que me llamaba a fichar por el Espanyol.
- ¿Le gustaría seguir vinculado al club más allá de este verano?
- Por mí, por supuesto. No puedo hablar mucho de ello, porque no está en mi mano, pero me encantaría quedarme.
- El Atlético, el Wolverhampton e incluso el City, propietario en última instancia del Lommel, han sonado mucho como posibles destinos. ¿Para usted sería un golpe tener que marcharse o se lo tomaría como un nuevo reto?
- Prefiero no pensar en eso ahora mismo. En este momento, mi cabeza está del todo centrada en el Espanyol y en la Liga. Sí es cierto que he ido escuchando cosas, pero ahora mismo me da igual. Mi mente está al 100% en este club.
- El Real Madrid encadena dos tropiezos consecutivos. ¿Eso lo convierte en un rival aún más peligroso?
- El Real Madrid es el Real Madrid. Hay que estar siempre alerta, ya vengan de encadenar dos tropiezos consecutivos o de sumar una buena racha. Da igual. Tenemos que ir al Bernabéu muy concentrados. Nuestra obligación es estar al 100% metidos en el partido porque si no te matan. Aprovechar las oportunidades de marcar que podamos tener será también fundamental. Creo que tenemos que ir allí con confianza, pensando que podemos hacer un buen partido, pero siempre respetando a un rival de semejante categoría.
- ¿En qué factores debe centrarse más el Espanyol?
- La clave es estar metidos al máximo en todo lo que pase, estar siempre muy concentrados. Si no, en cualquier jugada, con los futbolistas que tienen, pueden dejarte fuera del partido.
- El Espanyol ya arrancó un punto del Camp Nou en el último derbi y el Madrid sufrió casi hasta el final para doblegarles en Cornellà. ¿Cree que el equipo rinde más ante este tipo de adversarios?
- Sí, pienso que el Espanyol se crece en estos partidos, aunque quizás no sea justo generalizar. Yo sólo puedo hablar por mí, y desde mi punto de vista, cuanto más concentrado estoy en el juego, más puedo ayudar a mi equipo. Pienso que ese factor es determinante para cualquiera, tanto si hablamos del primero como del último de la clasificación. Lo fundamental es ser positivos. Por eso nunca miro la clasificación.