Un misil de Ruibal apaga el brillo de Rodrygo y Bellingham en el Villamarín

Un misil de Ruibal apaga el brillo de Rodrygo y Bellingham en el Villamarín

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Real Betis – Real Madrid (1-1)

Actualizado

El Madrid se deja dos puntos en el campo del Betis. El inglés marcó el 0-1 y el lateral, con un golazo, empató el duelo. Rodrygo, el mejor.

Bellingham y Rodrygo celebran el gol del inglés.Jose BretonAP

El Benito Villamarín es una de esas plazas marcadas en rojo en el calendario del Real Madrid, uno de esos estadios en los que sobrevivir es clave para pelear por el campeonato. Y el conjunto blanco, en un partido de más a menos, se dejó dos puntos en el camino por el título de Liga. Bellingham, sí, otra vez Bellingham, marcó el 0-1 pero Ruibal, con un golazo desde fuera del área, puso las tablas definitivas. [Narración y estadísticas (1-1)]

Arrancó Carlo Ancelotti con su once de gala, consciente de la trascendencia de la penúltima visita a domicilio de este duro inicio de temporada. Los blancos ya han viajado a San Mamés, al Metropolitano, a Montilivi, al Sánchez Pizjuán, a Montjuic y al Villamarín, y todavía no ha terminado el 2023. Seis de las salidas más complicadas de la Liga que el Madrid ha solventado con tres victorias, dos empates y una derrota.

En Sevilla, el cuadro madridista salió con Lucas Vázquez en la derecha sustituyendo al lesionado Carvajal y con unas ideas en ataque algo diferentes a los que hemos visto en las últimas semanas. El dibujo antes del pitido inicial invitaba a pensar en un 4-4-2 en rombo con Rodrygo y Brahim arriba, pero en cuanto el balón empezó a rodar Ancelotti situó al brasileño pegado a la línea de la banda izquierda y el malagueño pegado a la derecha, con Bellingham y Modric llegando desde segunda línea. Quería abrir el campo el italiano, evitar el embudo por el centro y aprovechar los espacios a la espalda de la defensa bética. Y lo consiguió por momentos.

Al estilo Vinicius

La primera media hora fue una continuidad del buen juego del conjunto blanco durante las últimas semanas, fluyendo en sensaciones corales y en acciones individuales ante un Betis que no sabía como hincar el diente al dominio madridista. Modric, de cabeza, estuvo a punto de poner el 0-1 a los cinco minutos, y Ruibal, lateral derecho por el sancionado Bellerín, sufrió en sus carnes el momento ideal que está viviendo Rodrygo. El brasileño fue el mejor del Madrid en el Villamarín, alejándose del centro y pegándose a la banda, al más puro estilo Vinicius.

En el 9, encaró y regateó a Ruibal dentro del área y cayó derribado, pero Soto Grado no consideró que fuera penalti a pesar de las protestas del futbolista. Cinco minutos después, el brasileño volvió a aparecer en la frontal, dibujó una pared con Bellingham, el inglés le cedió de tacón y se metió dentro del área, sin suerte para rematar porque un defensa se le adelantó a despegar. El rechace del despeje rebotó en el propio delantero y llegó a Brahim, que empujó el balón a portería para el 0-1. Pero desde el VAR avisaron a Soto Grado y anularon el gol por fuera de juego en el inicio de la acción.

Todo el peligro del Madrid llegaba por el costado izquierdo, en esos triángulos que construyen siempre entre Bellingham, Modric y Rodrygo y en los balones a la espalda de la defensa que tanto el brasileño como Brahim castigaron. Enfrente, un Betis que sólo encontraba inspiración en las botas de Isco. El ex del conjunto blanco tuvo la mejor oportunidad de su equipo en el primer tiempo, pero disparó mordido tras una asistencia de Ayoze.

El disparo de Ruibal que valió el 1-1 en el Villamarín.EFE

A partir del minuto 30, los locales empezaron a despertar y el Madrid comenzó a ser mucho más impreciso. Lunin salvó el 1-0 ante un disparo de Ayoze, que se había plantado en el área a pesar de haber realizado falta sobre Mendy, y Willian José lo intentó tras una pérdida de Kroos en salida. El Madrid agradeció el descanso.

Tras el intermedio, Bellingham volvió a aparecer. Cuando más denso era el ataque de los blancos, que habían ‘olvidado’ a un Rodrygo que había hecho muchísimo daño en el inicio del duelo, el inglés se inventó el 0-1. Recogió un balón en la banda izquierda, avanzó en diagonal y cedió para Brahim, continuando su desmarque hacia el área. El malagueño picó el balón de primeras sobre la defensa rival y el británico, tras un control extraordinario con el pecho, definió con calma ante Rui Silva. Su 16º gol con el Madrid esta temporada, el 12º en Liga, donde sigue Pichichi con tres más que Griezmann.

Isco y Joselu, en el tramo final

El gol hizo daño al Betis y asentó la posición dominadora del Madrid, que se sintió cómodo en esas largas posesiones en campo rival. Pero en la tarde sevillana, el conjunto blanco cometió errores inesperados. No sólo en salida, también en la construcción, algo extraño. En una de esas posesiones, a Bellingham se le quedó corto un cambio de juego y Ruibal arrancó una contra. Cedió a Willian José, que volvió a encontrarle a dos metros de la frontal, y el lateral, sin presión de la defensa madridista, no se lo pensó. Soltó un misil cruzado que se coló por la escuadra derecha de la portería de Lunin. Un señor gol.

El empate elevó la moral y el esfuerzo físico del Betis y dejó en shock a un Madrid que no volvió a encontrar facilidades hacia las redes de Rui Silva. Lo intentó sin parar Rodrygo, el mejor de la tarde, pero le faltó acertar en el último pase o en la última acción para decidir el choque. Eso sí, el brasileño volvió a dejar un recital en esa posición zurda que suele ocupar Vinicius. Suerte de elección para Ancelotti. En uno de esos eslalons, el brasileño acabó derribado, pero Soto Grado dejó continuar al ver que el balón le caía a Joselu, que disparó cruzado ante Rui Silva.

Antes, Isco, el faro local, estuvo a punto de poner el 2-1 con un gran remate de cabeza, pero la pelota se estrelló en el palo. Tablas en un intenso Villamarín para un Madrid que podría perder el liderato si el Girona es capaz de ganar en Montjuic al Barcelona.

kpd