Un gol de Berenguer deja a Mestalla sin fiesta de despedida

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Al Valencia la temporada le pesa ya demasiado, tanto que Mestalla no fue una fiesta ante el Athletic, y no solo por la derrota que le endosó Berenguer con un gol por la escuadra imposible para Mamardashvili. Liberado de la tensión, el desgaste dejó al equipo de Corberán sin ideas y sin reservas para intentar el milagro de verse en la pelea de Europa. Cerrará el año ante el Betis para agarrarse a la mitad de la tabla, una posición para la que fue concebido. El resto fue una pesadilla y un sueño. [Narración y estadísticas: 0-1]

No es fácil jugar un sinfín de partidos a la vez y los valencianistas no supieron hacerlo. Necesitaban una carambola para seguir a la cola de Europa y empezó por mostrarse incapaz de cumplir con la premisa inicial: vencer al Athletic.

Ninguno anduvo relajado, pero tampoco la bajo tensión de deparara un duelo vibrante que activara a la grada. Los leones ya tienen la Champions en el bolsillo y ni siquiera miraban de reojo lo que hacía el Villarreal en Montjuïc. Lo único que les queda en juego es la honra agarrar la cuarta plaza que han tenido casi todo el año . Eso sí, Valverde no alineó a Iñaki Williams de inicio pero sí recuperó el colmillo de Sancet para que arrancara inquietando a Mamardashivili, coreado y emocionado en su último partido como valencianista antes de marcharse a Liverpool.

La respuesta fue un tiro cruzado de Rioja que salvó Unai Simón y, de ese saque de esquina en jugada ensayada, casi saca oro Tárrega. El Valencia intentaba manejar el juego, con tantas imprecisiones que permitía al Athletic dejar que se asentara con comodidad. No había quien quebrara la igualdad porque los duelos estaban equilibrado. Gayà frenaba a Berenguer y le obligaba a vigilancias y Barrenechea, vigilado desde la grada por Unai Emery, recuperaba con un ojo en Sancet y otro en la pelea con Beñat Prados.

A partir de los 20 minutos, los leones empezaron a enseñar las garras. Lo hizo Guruceta con un taconazo a un centro de Lekue que a punto estuvo de sorprender al meta georgiano. Lo mismo le ocurrió a Unai Simón, esforzado en frenar a un Diego López endiablado a la contra. Dos ocasiones creó el Athletic antes del descanso, un remate alto de Sancet, muy forzado, un falta desde la frontal que estrelló en la barrera. Sin embargo, la parada de la tarde fue la de Unai en una mano al testarazo a bocajarro de Diakhaby a remate de córner.

El descanso no cambió el partido. Las escaramuzas seguían apareciendo… y los errores. Si entre Rioja y Sadiq forzaron a Yuri a evitar que el nigeriano fusilara a Simón, Mamardashvili salvó un derechazo de Guruceta, cómodo, desde la frontal.

Berenguer celebra el gol marcado a Mamardashvili.EFE

No había chispa en el duelo y los técnicos miraron a los banquillos. Aunque Sadiq andaba muy impreciso, Corberán prefirió sacar del campo a Diego López buscando el control de Iván Jaime. Valverde buscó su revolución con Unai Gómez e Iñaki Williams. Parecía que nada iba a cambiar cuando apareció Berenguer, cambiado de banda y, desde la izquierda fue perfilándose hasta llegar a la frontal para soltar un derechazo a la escuadra imposible de Mamardashvili. El Athletic ya había encontrado premio para enfado de Mestalla. Por momentos se olvidó el estadio de lo mucho que se había sufrido y reclamó algo más a sus jugadores. Y es que Unai Gómez obligó de nuevo al portero valencianista en un remate a centro de Iñaki.

El final del partido lo que desató fue la nostalgia. El golpe de realidad de que el Valencia perderá a su mejor portero en los últimos años, un guardameta que ha sumado muchos puntos, y también a uno de sus capitanes. Jaume Domenech acaba su etapa en el Valencia con el recuerdo de su figura subido al larguero de la portería del Villamarín tras ganar la Copa del Rey en 2019. La plantilla le manteó y Mestalla le ovacionó.

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