Un Barça caótico sólo es capaz de empatar con el Granada

Un Barça caótico sólo es capaz de empatar con el Granada

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El Barça firmó otro sonado tropiezo en Montjuïc. Esta vez, de hecho, sin merecerlo. Ni siquiera el talento de Lamine Yamal bastó para evitarlo. Los azulgrana cedieron un punto ante un Granada que aprovechó la mala suerte del retornado Ter Stegen para volver a sumar lejos de casa después de haberse llevado su único punto a domicilio ante el colista Almería. Un resultado que da esperanza al equipo nazarí y que sólo permite a los barcelonistas recortar un punto con respecto a un Girona que sigue encaramado en la segunda plaza. [3-3: Narración y estadísticas]

El Barça vivió una primera parte de sensaciones muy encontradas. Por un lado, aprovechó su primera llegada clara a la portería rival para adelantarse en el marcador por medio de Lamine Yamal antes de que se cumpliera el primer cuarto de hora de juego. Pero, por el otro, vio también cómo el Granada, que apenas había amenazado seriamente hasta entonces el área de un Ter Stegen menos atinado con los pies que de costumbre, marcaba el tanto del empate unos minutos antes de llegar al descanso con un tremendo zapatazo de Ricard. Tan potente que, a pesar de que el meta alemán pudo tocar el balón, no logró evitar que acabara besando la red.

Fue quizás la llegada más clara de un Granada que, a decir verdad, no encontró en ningún momento las facilidades defensivas que tantas veces les habían dado los azulgrana a sus rivales. En ataque, mientras, a los de Xavi les costó contrarrestar el juego físico por el que apostaban una y otra vez los visitantes. Pero, incluso así, tuvo una grandísima ocasión para poner más tierra de por medio en el marcador. A la gran combinación entre Lamine Yamal, Pedri y Gündogan sólo le faltó el habitual instinto asesino de un Lewandowski que acabó estrellando su disparo contra un defensor rival. Y, cómo suele pasar, del posible 2-0 se pasó al 1-1 en apenas un suspiro.

El descanso, en esta ocasión, le sentó mucho mejor al Granada . Desde muy pronto, Cancelo evidenció que su banda iba a ser el punto más débil. Pellistri le superó por velocidad, pero se encontró con una buena respuesta de Ter Stegen. A la segunda, en cambio, no perdonó. Los azulgrana, lejos de hundirse, empataron muy pronto con un buen disparo de Lewandowski tras una atinada asistencia de Gündogan. La desgracia, con todo, se cebaría acto seguido con el portero barcelonista, que sacó el remate de Ricard, pero que vio como el balón acababa también dentro después de que su rechace se estrellara consecutivamente en el poste y en la misma mano izquierda con la que había evitado inicialmente el tanto.

Los azulgrana deambularían KO varios minutos. Hasta que Lamine, con una recuperación y un zarpazo desde fuera del área, puso el 3-3 en el luminoso. Ter Stegen, casi acto seguido, tuvo que emplearse a fondo para evitar el 3-4. En la larguísima recta final del partido, el Barça redoblaría su acoso al área contraria, en una suerte de ataque y gol que, a pesar de sus esfuerzos, no tendría éxito.

kpd