Tres aficionados del Rayo Vallecano fueron hospitalizadas luego de un ataque contra dos autobuses que llevaban a hinchas del club madrileño a un partido de la Conference League en Polonia este jueves, informó la policía local.
Según la versión policial, los dos autocares con aficionados españoles fueron bloqueados por dos turismos en una vía rápida cerca de Ostrow Mazowiecka, en el este del país, en la madrugada del jueves.
A continuación, “una cincuentena de personas, algunas de ellas enmascaradas, surgieron del bosque cercano. Se produjo un enfrentamiento“, indicó la policía de la región de Mazovia en X, que destacó que la rápida actuación policial evitó males mayores.
En el lugar de los hechos, los servicios de emergencias médicas atendieron a los heridos y tres de ellos “fueron trasladadas al hospital”, indicó la misma fuente, sin precisar la gravedad de las lesiones.
Según medios polacos, los autocares transportaban a aficionados del Rayo Vallecano, que se dirigían a Bialystok (este) para asistir al partido que debe disputarse el jueves por la noche contra el Jagiellonia de la 5ª jornada de la primera fase de la Conference League (tercera competición europea de clubes de fútbol).
La policía informó también de la detención de siete personas por su participación en el ataque. En la operación, los agentes se incautaron, entre otros objetos, de “pasamontañas, porras extensibles, palos de madera y cizallas para metal”.
INMA LIDÓN
@inma_lidon
Valencia
Actualizado Viernes,
15
septiembre
2023
-
17:38El apoyo mayoritario, pero no unánime, de las territoriales le lleva seguir al...
"Mi consejo es que yo lo soñé... y que lo sigan soñando". Así terminaba la española Carla Bernat, de 21 años, su rueda de prensa como flamante ganadora de la versión femenina del Masters de Augusta, conocida como ANWA (Augusta National Women's Amateur). El matiz importante es que es una competición reservada a jugadoras aficionadas. Allí, en la misma butaca de piel donde Seve, Olazábal, Sergio García o Rahm se sentaron con la chaqueta verde, ella asimilaba convertirse en la primera jugadora española en ganar esta competición.
El golf nacional ya puede presumir de que lo ha ganado todo en Augusta National: seis chaquetas verdes, el premio de mejor amateur y, ahora, la campeona en el ANWA. Probablemente, y con el permiso de los majors, la competición más prestigiosa que puede ganar una mujer.
Es sábado, faltan cinco días para que comience el Masters de Augusta. El escenario vuelve a acongojar por muchas veces que lo hayas visitado; es la tercera participación de Carla en el torneo. Hoy, Augusta National habla español. Además de la victoria de Carla, Andrea Revuelta y Carolina López Chacarra han terminado entre las 10 mejores. El equipo español, entre técnicos, familias y compañeras, se hace notar, aunque contenido por las rígidas normas del club. Una de las entrenadoras de la Real Federación Española de Golf se pasea por las verdes praderas del campo más exclusivo sosteniendo una bandera española concienzudamente plegada. Augusta no permite exhibición de símbolos, leyendas o banderas.
Carla Bernat, en acción, en Augusta.MICHAEL REAVESGetty Images via AFP
El domingo será el día de los niños con la celebración del Drive, Chip & Putt en la final de una competición que se ha venido celebrando durante el año en diferentes fases por todo Estados Unidos. La coronación de los más pequeños dará paso al Masters de Augusta.
Hace solo unos años resultaba impensable que Augusta National albergara un torneo femenino. El club, fundado en 1934, presumía de su histórico oscurantismo: durante muchos años no acogió entre sus socios ni mujeres ni negros. En 1982 se levantó la obligatoriedad de que los caddies fueran negros y en 2012, por primera vez, una mujer se convertía en socia del club: Condoleezza Rice, ex secretaria de estado, fue la primera, mujer y negra.
En 2002, la presión de la activista Martha Burke, con diferentes movilizaciones frente a la entrada del club, visibilizó el problema. La presión social y mediática fue parte del proceso para que Augusta National se abriera por fin a las mujeres. Más tarde llegarían Darla Moore, inversionista conocida como la reina de Wall Street; Virginia "Ginni" Rometty, ejecutiva de IBM; la jueza Diana Murphy; Ana Patricia Botín, presidenta del Banco Santander y única española socia; Heidi Ueberroth, del Comité Olímpico Americano; y la jugadora y leyenda del golf Annika Sörenstam.
Fue precisamente Annika una de las primeras en abrazar a la nueva campeona española del Masters. Carla se formó en el Club de Golf Costa Azahar en Castellón, precisamente el mismo club de Josele Ballester, que en solo unos días debutará como amateur en Augusta, y a muy pocos kilómetros del Club de Campo Mediterráneo, el club que vio triunfar a Sergio García. De hecho, Víctor García, padre de Sergio, fue también el primer instructor de Bernat.
Es la sexta edición de este torneo de tres días donde solo las mejores 30 jugadoras que se clasifican para la última jornada tienen el privilegio de jugar en Augusta National el último día. Los dos primeros días, la competición se desarrolla en un campo cercano. En sus primeros años, el ANWA coincidía con el primer major de la temporada profesional. Las audiencias televisivas de las amateurs compitiendo en Augusta prácticamente doblaban a las del major con las mejores profesionales del mundo. Tan exagerados eran los ratings en Estados Unidos que el Chevron Championship decidió cambiar sus fechas y no competir. Todo lo que Augusta toca, lo convierte en oro.
Carla terminó la semana con tres tarjetas de 68 golpes y un resultado global de -12, un golpe menos que la norteamericana Asterisk Talley y tres por delante de la inglesa Lottie Woad, número uno del mundo y campeona defensora del torneo. Los 12 golpes bajo el par suponen el resultado más bajo en los seis años de historia del torneo y la primera vez que una ganadora baja de 70 golpes en las tres rondas (Carla firmó 68 golpes los tres días). Su triunfo fue incontestable y la jugadora que compite en la Universidad de Kansas tuvo el control en todo momento.
José María Olazábal, ya en Augusta para la disputa del Masters, ha querido seguir la ronda de la española en este emocionante último día. "Significa mucho para mí porque es un símbolo de España", reconocía Bernat, antes de desvelar una divertida anécdota: "Estaba tensa porque justo el año pasado, al verlo después de jugar, ¡le llamé por el apellido equivocado! Le dije 'Larrazábal 'en lugar de 'Olazábal'. Me dijo: 'Ese no soy yo. 'Y yo: '¡Lo siento!', ha contado entre risas la española.
La nueva campeona, que tuvo la colaboración como caddie toda la semana de la japonesa Rinko Mitsunaga, su coach assistant de Kansas State University, piensa ya en inmortalizar esta semana para siempre como parte de la celebración. "Quiero cenar con toda la gente que ha venido a verme. También me gustaría quedarme a ver el Masters, pero no sé si podré. Y quizás un tatuaje... ya veremos (risas). Estaba pensando en la flor de Augusta, pero tengo que decidir. Es una gran decisión".
De momento, Carla Bernat es ya uno de los nombres del golf español en esta exitosa temporada 2025.
El primer clásico de Mbappé ha sido el clásico de Hansi Flick, que en unos meses ha transformado a un muerto futbolístico en un equipo sólido, valiente y optimista. Hay que ser todo eso para imponerse en el Bernabéu, depositario del poder del fútbol, y hacerlo por aplastamiento. El Barça no se traicionó en el riesgo, con su defensa en el centro del campo, fue mejor que el Madrid en la presión y arrebató a los blancos su arte predilecta: la pegada. Hubiera escogido el arma que hubiera escogido para el duelo, el Madrid habría perdido.
Lewandowski, autor de los dos primeros goles, y Lamine Yamal y Raphinha, que cerraron la goleada, la personifican. También Vinicius, a la espera de recoger su Balón de Oro, pero unos y otro no están acompañados del mismo modo. Ni por compañeros ni por ideas. Mbappé no se encuentra actualmente en ese grupo, en ese nivel. El Madrid no ha encontrado quien mueva al equipo como Kroos y el Barcelona ha encontrado en su armario a Casadó, otro mediocentro de la inagotable Masia, otro que llama a la puerta de la selección. Esa era otra de las incógnitas con Flick, y era la de si un entrenador extranjero y recién llegado miraría a la cantera, tan necesaria en tiempos de crisis. Lo hizo.
COLOSAL CASADÓ
Casadó realizó un partido colosal frente a un Madrid que buscó su oportunidad en un arranque a fuego, con dos ataques en cuatro minutos. Presionó y puso ritmo, como si estuviera todavía en el segundo tiempo frente al Dortmund. Si el gol no llegaba, lo único que podía hacerlo era su falta de rumbo. Ancelotti no lo ha encontrado. Volvieron al once Tchouaméni y Camavinga, los señalados por la autoridad para el futuro. Mejor será que a ese futuro se añadan más cosas.
La 'línea maginot' apareció en el Bernabéu. Por amenazantes que fueran las baterías madridistas, el general Flick no dudó. El mensaje es claro: así jugamos. Claro y acertado, fuera cual fuera el resultado, porque es un mensaje que va más allá del Bernabéu. Lo contrario sería un síntoma de debilidad. Cruyff solía poner pañales a su 'Dream Team' cuando acudía a este estadio, y la desfiguración no le sentaba nada bien. El actual entrenador azulgrana la ha mantenido en la semana crítica, frente a Bayern y Madrid. Las dudas, en otra ventanilla.
la reivindicación de iñaki peña
Ancelotti intuía que el Barça no cambiaría, como no cambiaba el Milan en el que jugó y que inspiró los sueños de entrenador de Flick. Por eso mandó a su equipo a hurgar en las miserias del riesgo. No lo consiguió. Los fueras de juego eran continuos en el Madrid, fueran de Vinicius, Mbappé o Bellingham, con llegadas que después rectificaba el VAR, pero llegadas en las que la definición no era la adecuada. Vinicius y Mbappé lanzaron fuera. Bellingham, en cambio, encontró los tres palos tras un centro del francés. La mano de Iñaki Peña, sobre la línea, fue prodigiosa.
El fuera de juego blanco fue, en realidad, una maldición para el portero del Barça, porque la acción merecía entrar en la antología de paradas de los clásicos, junto a las de Zubizarreta, Buyo, Casillas, Valdés o Courtois. El suplente de Ter Stegen necesitaba acciones decisivas. Encontraría la primera nada menos que frente a Mbappé, un mano a mano que vale por 10. Después, en el desespero del Madrid, llegarían más. Mantenerlo en la titularidad mientras no cometa grandes errores, pese a la llegada de Sczcesny, responde al sentido de la justicia. Ahora el portero y Flick recogen su premio. Lunin ya acreditó lo que había de demostrar Iñaki Peña. En el primer mano a mano que tuvo con Lamine Yamal, el ucraniano salió ganador. Yamal estuvo blandito. Frente a Lewandowski, que remató con un sextante en sus dos tantos, no sirvió de nada su envergadura, propia de un cóndor. Cuando mejor lo tenía el polaco, lanzó al palo.
Con Raphinha, Yamal y Lewandowski en estado de gracia, el Barça estaba en condiciones de entregarse al intercambio de golpes que tanto gusta al Madrid, pero la realidad es que la pérdida de control no le sienta bien. De ahí la entrada de De Jong por Fermín tras el descanso, al que se llegó en igualdad. El holandés debía darle más control y el paso delante de Pedri, más precisión en el último pase. Entonces llegaron ambas cosas, el dominio del juego y los goles.
Después de los logrados por Lewandowski, el Madrid no tuvo las mismas sensaciones que ante el Dortmund, no sentía la remontada. Vinicius se desesperaba mientras los espacios que no encontraba se abrían al otro lado del Bernabéu para Yamal y Raphinha, que cerró el clásico de vaselina, como el matador que se observa en la suerte desde el centro de la plaza. Ese matador es, hoy, el Barça.