Talentos en fuga o por qué las perlas del baloncesto español ya no quieren jugar en el Madrid o en el Barça

Talentos en fuga o por qué las perlas del baloncesto español ya no quieren jugar en el Madrid o en el Barça

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Izan Almansa, Baba Miller o Juan Núñez salieron de la cantera blanca para progresar en su formación. Aday Mara pretende jugar en UCLA. Conrad Martínez lo hará en Arizona. “Es un ajuste de mercado. La ACB es la liga con menos presencia nacional de toda Europa”

Izan Almansa, con Nowitzki, tras recibir el MVP del Mundial.FIBA

Las estrellas del porvenir del baloncesto español ya no visten de blanco o azulgrana, se fraguan lejos, sueños de NBA, caminos novedosos hacia la elite. Izan Almansa, el fenómeno murciano que acapara MVP’s -el último, el domingo en el Mundial sub 19- no dudó en dejar sin mirar atrás hace dos años la cantera del Real Madrid para dar el salto a EEUU. Lo mismo Baba Miller. Antes, Santi Aldama dijo tantas veces no a los grandes y ahora brilla ya en los Grizzlies. Los penúltimos, Aday Mara y Conrad Martínez, que volarán a UCLA y Arizona State. «Ocho de los 10 mayores proyectos de estrella del baloncesto español están formándose fuera», cuentan a EL MUNDO los expertos sobre esta llamativa fuga de talentos.

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Hace 24 años, los 12 integrantes de los júniors de oro que ganaron el Mundial en Lisboa estaban enrolados en las tradicionales canteras nacionales. Pau Gasol y Juan Carlos Navarro eran las perlas de La Masia (Barça), Felipe Reyes de Magariños (Estudiantes), Berni Rodríguez, Carlos Cabezas y Germán Gabriel de Los Guindos (Unicaja) y Raúl López del Bressol (Joventut). Ahora, los dos principales referentes del equipo que conquistó el oro el domingo en Debrecen hablan inglés. Almansa se enroló hace dos veranos en una novedosa academia (Overtime) y el próximo curso, siguiendo esa línea, competirá con el NBA G League Ignite para maximizar sus opciones en el draft de 2024. Miller seguirá en la Universidad de Florida State por segunda temporada seguida.

«Es un ajuste de mercado. Una reacción al hecho de que la Liga Endesa sea la competición europea de baloncesto con menos presencia del jugador nacional», admiten conocedores del sector, que hablan de las facilidades que se presentan con una NCAA «más flexible» y con la apertura de mente de chicos sin miedo a rechazar a los grandes y aventurarse en otros países.

Dinero en la NCAA

Una de las claves reside en el aspecto económico. Desde julio de 2021, los jugadores universitarios en EEUU pueden recibir ingresos de forma oficial, despejando una eterna polémica. Todo se desencadenó después de que varios estados aprobaran leyes para hacer legales los acuerdos y el Tribunal Supremo fallara a favor de los derechos de los deportistas a ser compensados. La lucrativa NCAA se vio obligada a autorizar que cada estudiante-atleta pudiera recibir dinero por la venta de su imagen con patrocinadores y otras variedad de actividades, redefiniendo el carácter amateur de la competición. Porque todavía no pueden pagar a sus estrellas por sus logros deportivos, pero sí, por ejemplo, por su presencia en redes sociales o por participar en campañas publicitarias.

El problema, entonces, se centró en los jugadores internacionales y sus visados de estudiantes. Aunque para todo hay atajos. Las Universidades pagan los emolumentos por esos derechos de imagen cuando los chicos regresan a sus países en los periodos de vacaciones. «El mercado de jugadores de formación se ha convertido en una agencia libre, se pagan cantidades tan altas que los clubes europeos no pueden competir», asegura Juan Lasso, de la agencia Romaior. «Ahora puedes compensar a los jugadores universitarios de una forma muy considerable. Todo eso hace que si quieres proteger tu talento tengas que también cuidarlo, tengas que compensarlo», confesaba hace unos días Pau Gasol, quien alertaba: «Hay que espabilarse y ofrecer cosas distintas y de valor también para que las personas, ya sean jóvenes o los profesionales, decidan ir por aquí o por allá».

MUNDO

La alarma hace tiempo que se desató entre los clubes. Hace unas semanas, durante el Campeonato de España infantil celebrado en Badajoz, varias de las canteras nacionales con más tradición tuvieron contactos con miembros de la Federación para, a su vez, intentar activar algún mecanismo junto al CSD que evite o limite esta fuga de talentos. La polémica con Aday Mara y el litigio que mantiene con el Casademont Zaragoza por su intención de acudir el próximo año a UCLA fue uno de los desencadenantes. El club maño exige una compensación económica (600.000 euros); en el entorno del jugador piensan que nunca tuvo un contrato profesional como tal. Un juez decidirá.

Es tal el abanico de posibilidades que un jugador en formación tiene ahora ante sí que lo extraño empieza a ser jugar para el filial de un grande. Otro caso llamativo es el de Juan Núñez, quien prefirió acabar su relación con el Madrid y fichar por un club fuera de la ACB (y así evitar el derecho de tanteo futuro), el Ulm alemán. Sediq Garuba, hermano de Usman, otro oro sub 19, también es pionero. Dejó plantado al Madrid para fichar por por el Cartagena de LEB Plata. Ahora, acaba de ser elegido en el draft de la G-League (número tres por Salt Lake City Stars) y está meditando sus opciones de futuro.

Y el fenómeno no es sólo nacional. El esloveno Jan Vide, MVP de la última Euroliga júnior con el Real Madrid, jugará también en UCLA el próximo curso. El francés Alexandre Sarr, uno de los mejores de la selección francesa plata el domingo, en 2021 siguió los pasos de Almansa, dejó la cantera blanca y se enroló en la Overtime Elite.

kpd