WTA FINALS
Se impuso por 6-1 y 6-0, en 59 minutos, en la final más concluyente de la historia de esta competición.
La jugadora más estable del circuito se llevó en Cancún las WTA Finals y recuperó el número 1 del mundo, que había cedido a Aryna Sabalenka tras el Abierto de Estados Unidos. Iga Swiatek pasó por encima de Jessica Pegula y se hizo con el decimoséptimo título de su carrera, sexto esta temporada. Apenas hubo final. La polaca venció por 6-1 y 6-0, en 59 minutos, sin dar opción alguna a una rival engullida por un desafío que le vino demasiado grande. Honores para Swiatek en el controvertido cierre de curso, en el que las jugadoras han aprovechado la discutible elección del escenario y la deficiente organización para plantear serias reivindicaciones a la WTA.
Mucho más cuajada, con tres títulos de Roland Garros y un Abierto de Estados Unidos entre sus ya 17 torneos conquistados, Iga Swiatek, de 22 años, cobró pronto ventaja. Le bastaba con replicar las atropelladas acometidas de Pegula, que estaba ante su primera final de peso en el circuito individual, ante el partido más importante de su vida. La estadounidense sintió desde el comienzo una responsabilidad excesiva, dejó escapar en dos ocasiones su servicio y vio cómo el primer set se esfumaba en tan sólo 24 minutos.
Sin ceder un set
Las dos protagonistas de la final se presentaban con impecables credenciales. Ninguna de ellas había cedido un solo set y en su camino hacia el encuentro definitivo contaban con víctimas de primera clase. Swiatek dejó atrás en la fase de grupos a Marketa Vondrousova, campeona de Wimbledon, y Coco Gauff, ganadora del Abierto de Estados Unidos, antes de arrollar en semifinales a Sabalenka, vencedora en el Abierto de Australia. Pegula también fue capaz de derrotar a la bielorrusa y a la norteamericana.
Todos los avales resultaron insuficientes para Pegula, de 29 años, que venía de ganar a Swiatek en Montreal, en su último enfrentamiento. Imperturbable, con su tenis sobrio y casi exento de errores (sólo cometió siete), la tenista de Varsovia, reciente campeona en Pekín, gobernó el encuentro con una autoridad insultante, a partir de un golpe de derecha con el que modificaba las alturas hasta encontrar los fallos de la norteamericana. Fue el resultado más concluyente en las finales de la historia de este torneo, la muestra inmisericorde del poder de Swiatek, segunda polaca que se lleva este torneo tras el triunfo de Agnieszka Radwanska en 2015.