Sergio Rico, portero español del Paris Saint-Germain, agradeció con un mensaje en sus redes sociales todo el cariño que ha recibido durante estos “días complicados”, tras sufrir un accidente con un caballo en la romería de El Rocío (Huelva) el pasado 28 de mayo. El futbolista también confirmó que su estado ha mejorado, aunque todavía permanece ingresado en el hospital Virgen del Rocío de Sevilla, donde continúa recibiendo atención médica y cuidados de enfermería.
“Quería agradecer a todas y cada una de las personas que me han mostrado y mandado su cariño en estos días complicados”, publicó en su primer mensaje desde el accidente en una historia en su cuenta oficial de Instagram.
El mensaje de Sergio Rico en sus redes socialesE.M.
Tras abandonar la UCI del hospital , donde permaneció cinco semanas, Sergio Rico aseguró en el mensaje a sus seguidores que “sigo trabajando en mi recuperación, que cada día va mejor. Me siento muy afortunado, una vez más, gracias a todos y espero veros pronto”.
Álex Márquez celebró el subcampeonato del mundo a lo grande. El menor de los Márquez, tras una salida en la que Pecco Bagnaia pareció más que dispuesto a repetir su victoria en la sprint race y tras un intercambio de adelantamientos con Pedro Acosta, supo esperar el momento oportuno para darle su particular zarpazo al italiano en los primeros compases de la segunda vuelta y encaramarse a un liderato que ya no abandonaría en toda la prueba. El murciano, mientras, se las arregló también para encontrar el momento perfecto para arrebatarle la segunda plaza a un dos veces campeón del mundo que tendría que retirarse finalmente por problemas mecánicos y que cedería así su momentáneo tercer puesto a un Joan Mir que remontó desde la séptima plaza de la parrilla de salida para completar un podio 100% español.
"Esto es lo que pasa cuando aprietas, empujas, das el 100%, nunca tiras la toalla... A veces haces entrevistas y no sabes qué decir, así que esos momentos hacen que esto sea realmente especial. Nunca nos hemos rendido y estamos más cerca del objetivo, que es apuntar más arriba", recalcó el piloto de Honda al término de la prueba. "He tenido mis momentos, Pecco ha ido súper agresivo al principio y yo estaba enfadado con el warm up, porque hemos tocado un par de cosas y estaba perdiendo mucho, así que he dicho 'si la jorobo, que sea por mí y vamos a competir'", confesó por su parte un Pedro Acosta que firmó su cuarto podio de la temporada. "A nivel de sensaciones, ha habido fines de semana mejores. Tuvimos dos caídas el viernes, pero hoy la estrategia ha sido inteligente y ganadora. He sido agresivo en el momento justo, porque sabía que por allí pasaba la carrera, el año pasado perdí por no adelantar a Enea al principio. Es una victoria importante y mis pensamientos están con los pilotos de Moto3. Ahora mismo tengo unas sensaciones extrañas en el estómago", sentenció por su parte Álex Márquez.
El vencedor del Gran Premio de Malasia de MotoGP quiso acordarse en su celebración de un incidente que marcó la jornada en Sepang. En la vuelta de formación de la carrera de Moto3, José Antonio Rueda, ya vencedor de la categoría, tuvo un fuerte golpe con el suizo Noah Dettwiler, quien estaba rodando muy lento cerca del piano, a raíz del cual ambos acabaron en el asfalto. Los dos pilotos fueron trasladados al hospital en helicóptero y, pese a que la información fue cayendo con cuentagotas, las primeras especulaciones señalaban que al menos el sevillano iba pasando satisfactoriamente las diferentes pruebas a las que le sometieron en el centro médico. A raíz del accidente, la carrera de Moto3 se disputó a 10 vueltas y la de Moto2 fue pospuesta hasta después del final de la prueba de MotoGP.
La que iba a ser en principio la última carrera del día no fue en este caso muy propicia para el resto de pilotos españoles. Álex Rins finalizó en la decimotercera posición y Augusto Fernández, que competía con una wild card de Yamaha fue decimoctavo, mientras que Fermín Aldeguer, Raú Fernández, vencedor en el Gran Premio de Australia, y Pol Espargaró, relevo del lesionado Mavercik Viñales, por su parte, no pudieron completarla a causa de sendas caídas.
El Giro son detalles, jornadas tachadas en el calendario, pruebas de resistencia, rasguños que no vayan más allá. En la fugaz contrarreloj de Tirana (menos de 14 kilómetros) del segundo día, Juan Ayuso perdió a las primeras de cambio el bidón en un bache. Una anécdota no tan intrascendente, pues es parte aerodinámica de la bicicleta y estudiado (y demostrado) está que beneficia en esa pelea tecnológica de milímetros por arañar segundos al cronómetro. El día antes se había ido al suelo, en la inauguración de la Corsa Rosa en Albania. Como durante el sterrato hacia Siena del domingo, una gymkhana, lo que le costó un feo corte en su rodilla derecha con tres puntos de sutura.
Inconvenientes intrínsecos a una gran vuelta de tantos días y vicisitudes. Se trata de resistir. Como el martes en la crono de la Toscana, ya casi 30 kilómetros, donde únicamente el diluvio impidió que, tres años después, un español volviera a vestir de rosa (entonces Juanpe López tras la etapa del Etna, tanto tiempo después de Alberto Contador). Ayuso, que ya rozó la maglia tras su victoria en Tagliacozzo del viernes, acabó sonriendo a medias. Se supo el más fuerte, mandó un mensaje al resto, pero acabó perdiendo casi 20 segundos con Primoz Roglic cuando entró como pudo sobre los charcos de la plaza del Duomo de Pisa, a orillas de la torre inclinada. En el anterior punto intermedio le aventajaba claramente, pero el desenlace, peligroso bajo el manto de agua, le acabó por penalizar. «El balance sigue siendo positivo de cara a lo que resta de Giro», aseguraba un rato después, ya desde el autobús del UAE Team Emirates.
Roglic tampoco es que pueda presumir de fortuna, ni en este Giro ni en su extensa carrera en general. Ayer le salió cara y se confirma como su gran oponente. Por veteranía, por palmarés y porque es el único de todos que sabe lo que es ganar una cita así (el Giro del 2023 y cuatro Vueltas). Porque también es capaz de sobrevivir a la mala suerte, a los golpes, más duro el suyo el domingo en los caminos blancos de tierra (y pinchazo después), hasta ayer mismo besó el asfalto mojado en el reconocimiento matinal de la contrarreloj. Por ver está si será el único rival, pues a este Giro 2025 le faltan por escribir todos sus capítulos trascendentes, la gran mayoría a partir del próximo martes, cuando acudan de golpe los Dolomitas, el Mortirolo, el Colle delle Finestre... Antes, hoy, un aperitivo en los Apeninos, con el imponente San Pellegrino in Alpe, casi 14 kilómetros al 9% y temibles picos de casi el 20, eso sí, muy lejos de la meta de Castelnovo.
Isaac del Toro, con la maglia rosa del Giro.LUCA BETTINIAFP
Ayuso acecha el rosa mientras salva obstáculos, es de lo que se trata. El último fue el diluvio de ayer, del que no sólo sobrevivió. Menos Roglic -al que sigue sin derrotar en una crono y ya van siete con ambos en liza-, todos los demás favoritos en la general cedieron tiempo ante el español (Carapaz, Ciccone, Bernal, Storer...). Incluido Isaac del Toro, quien por momentos temió hasta por su liderato. Bien es cierto que era la contrarreloj más larga que afrontaba en su precoz carrera profesional, que es un melón por abrir el mexicano de 21 años, pero se dejó casi 50 segundos con su (en teoría) líder. Y gracias: eran 30 en el primer punto intermedio, donde volaban las piernas, los sueños y las expectativas de Ayuso. «No quería arriesgarme, pero el objetivo era terminar de rosa. Tenía un poco de miedo en las curvas. Ahora, jugaremos con todas las piezas», festejaba el Torito, mejor sin embargo que la otra baza del UAE, un Adam Yates que sí parece más alejado de la pelea por la general en la que también hay que contar con Antonio Tiberi y con el otro Yates, Simon (como líder del Visma).
«La rodilla me dolía bastante, pero he podido tirar bien. He tenido un poco mala suerte con el tiempo. Tanto en la salida, porque justo cuando he salido yo [20 minutos después que Roglic] ha empezado a llover, como meta, donde otros rivales han llegado en seco y yo en mojado. Pero lo bueno es que había muchas rectas y ahí por lo menos la lluvia no me ha afectado tanto», resumió el ciclista de Jávea, todavía con tantas incógnitas por despejar, a 25 segundos de su compañero (y en teoría gregario) Del Toro y con 53 de ventaja a su rival.
El apetito de Fernando Alonso, dos décadas después de su primera victoria, sigue intacto en Mónaco. El asturiano cerró el viernes con otra alentadora actuación, que confirma lo apuntado la pasada semana en el GP de Emilia Romagna. Más que su séptimo puesto, a 53 centésimas de Charles Leclerc (1:11.355), otra vez la referencia, el principal motivo para el optimismo en Aston Martin estriba en la ambición de su líder.
Cuatro veces empujó Alonso en busca de otra vuelta rápida y cuatro veces se vio ralentizado. En ese último tramo, el bicampeón intentaba superar los cronos de Isack Hadjar y Liam Lawson, que se habían inmiscuido entre la nobleza. Sin embargo, a la salida del túnel, llegando a la piscina, en esa Nouvelle Chicane donde hasta hace no tanto aún se podía adelantar en Mónaco, Fernando terminó topándose con diversos obstáculos.
"Se les permite saltar la curva 10, sólo por diversión, sin dar más explicaciones. Pueden salir de la pista sin consecuencias, así es como funciona esto", lamentó Alonso por radio. Una vez se había topado con los Ferrari. Más tarde con otros novatos, poco acostumbrados al vértigo de estas calles. Aunque había liderado la tabla, desde entonces ya no pudo arañar más décimas al reloj.
Stroll, antepenúltimo
Aston Martin estrena en Montecarlo piezas específicas para este circuito, con las que generar mayor carga aerodinámica. Ninguna tan importante, claro, como el alerón trasero. Sin embargo, la atención de Adrian Newey en el garaje parecía centrarse en el ala delantera. Esa zona crítica, junto a las suspensiones y frenos, que cambiará por completo a partir de la próxima semana en Montmeló.
Las aportaciones del gurú del diseño parecen sentirse también en un trazado tan particular como Mónaco. Al menos en las manos de Alonso, 62 centésimas más rápido que Lance Stroll, antepenúltimo de la tabla. Ahora queda por juntarlo todo el sábado, donde el ovetense debería batallar con Alex Albon y Carlos Sainz.
Leclerc, a la salida del túnel, el viernes en Mónaco.AFP
El madrileño, con los neumáticos medios, no pasó esta vez de la decimotercera plaza, por detrás de otros favoritos como Max Verstappen, décimo, o George Russell, decimosegundo. Mad Max, segundo por la mañana, sabe esconder sus bazas. Poco importa que el viernes eluda uno de los muros tomando una escapatoria. Las curvas lentas de Mónaco y Singapur se le atragantaron en las dos últimas temporadas, pero nadie osa descartarle.
El desorden clasificatorio, aprovechado por Alonso y los Racing Bulls, deberá aclararse en la qualy más emocionante del año. El dominio de McLaren parece algo desvirtuado aquí, aunque Oscar Piastri cerró la jornada a sólo 38 milésimas de Leclerc. De momento, nadie tose al ídolo local, autor de tres de las últimas cuatro poles en el Principado.