Entrevista
La medallista olímpica de kárate presenta su documental, donde muestra al mundo todo lo que hay tras las competiciones y entrenamientos.
Cuando Sandra Sánchez (Talavera de la Reina, 16 de septiembre de 1981) comenzó en el mundo del kárate, no se imaginaba que terminaría convirtiéndose en la mejor karateca de la historia, que conseguiría un Récord Guinness y la triple corona (europeo, mundial y Juegos Olímpicos). Ya retirada, y a días de estrenar su documental: Karate-do: El camino de Sandra Sánchez en Rakuten TV en el que muestra sus momentos más complicados, atiende a EL MUNDO, para contar cómo ha vivido toda su trayectoria profesional.
- El jueves el mundo podrá conocerla un poco más a través de su documental, ¿qué se podrá ver?
- Creo que la gente conoce sólo la parte de Sandra de la competición, los entrenamientos y las medallas, pero van a poder ver todo lo que hay detrás. Otra parte de Sandra, cuando las cosas no salían tan bien, cuando familiar y personalmente hubo problemas, y como Sandra se tuvo que reinventar para convertirse en la persona que soy.
- ¿Cómo fue esa reinvención?
- Todos hemos pasado por momentos complicados. Yo al hacer este documental he tenido que remover muchos sentimientos que estaban guardados en una caja. Hay momentos muy difíciles en la vida, que ojalá nadie tuviera que vivir, que se me acumularon. Sin embargo, ahora que puedo mirar atrás y ver en quién me he convertido, veo que todo pasa y me siento orgullosa de que todo eso no me convirtieran en una persona más apática o encerrada en sí misma. Decidí ver lo bonito y no darle tanta importancia a lo que no merece la pena.
- Dejó todo para estar con su madre en un momento dedicado de salud.
- No pensaba que estuviera abandonando el deporte. Había tenido la oportunidad de entrar en el Centro de Alto Rendimiento, en Madrid, pero mi familia vive en Talavera. Yo iba a volver a Talavera porque una enfermedad como la de mi madre es muy larga, pero lo que me había hecho llegar hasta el CAR, que era entrenar con mi maestro en Talavera, lo iba a seguir haciendo. Al final la vida tiene que continuar. No le di tanta importancia como tuvo, porque pensaba que iba a seguir entrenando y compitiendo, pero que iba a estar cerca de mi madre.
- Cuando vuelve, lo hace con un gran entrenador como es Jesús del Moral.
- Cuando vuelvo a la competición y le propongo a Jesús que me entrene, él me dice que no muchas veces y me costó mucho convencerle. Él vivía en Alcalá de Henares y yo iba con mi coche todos los días hasta allá para convencerle. Cuando lo conseguí fue especialmente duro. Creo que quería ponerme a prueba para ver que no le iba a fallar, pero yo aguantaba sus entrenamientos con una sonrisa siempre.
- Ha conseguido ser número 1 mundial, un Récord Guinness, el oro en los JJOO, ¿cómo ha encajado todo este éxito?
- Venía de estar perdiendo durante más de 20 años, estaba muy acostumbrada a intentarlo pero quedarte ahí. Y de repente, con mucho trabajo, todo empieza a salir, y a salir bien. Empiezas a tener ese reconocimiento que no era sólo de ese momento, sino de los 20 años anteriores. Te sientes orgullosa de saber que no te rendiste y me gusta tener la sensación de que cuando ganaba una medalla, no era sólo por mí, sino por los que estaban creyendo en mí.
- Y cuando empieza a subirse a los podios ya no se baja.
- Me costó tanto llegar que dije: “De aquí no me echa nadie” (risas). A pesar de ganar, tenía siempre la sensación de que había cosas que mejorar. Continuamente sacas detalles y, aunque ya no compita, sigo intentando mejorar mi kárate.
- ¿Le ha quedado algo por hacer?
- La realidad superó al sueño. Me acuerdo que cuando me propuse la triple corona pensaba que si la conseguía me retiraba, porque creía que era imposible y que en alguno de los campeonatos iba a fallar. Pero, de repente, se hace realidad y no te lo crees. Deportivamente me siento súper plena, pero a nivel personal sigo queriendo mejorar y transmitir kárate.
- Llega el momento de la retirada. ¿Le costó tomar la decisión?
- Me lo había propuesto en 2021, si conseguía la triple corona, porque pensaba que era imposible y que lo iba a poder alargar, pero cuando sucedió dije que todavía no me quería retirar. Lo alargué un año más, aunque me arriesgaba a que hubiera un traspiés, pero me lo propuse, y pude mentalmente ir asumiendo esa retirada poco a poco.
- Si en París 2024 el kárate fuera disciplina olímpica, ¿le hubiera gustado disputar otros Juegos Olímpicos?
- Sí. Sí hubiera habido París, casi confirmo que no me habría retirado. Porque además estaba muy cerca. Era un ciclo olímpico de tres años, que al hacer los juegos mundiales ya eran sólo dos. Dos años a nivel deportivo pasan rapidísimo. Me da mucha pena que no estemos porque significa que otras generaciones no van a vivir algo tan increíble como lo que yo he podido vivir.
- ¿Cómo ha visto que algo tan grande como ganar un Mundial quede empañado por algo extradeportivo?
- Lo primero, felicidades, que es lo que se tiene que decir y lo que se debería de leer. Sobre el debate que se ha abierto, me parece positivo que se hable de algo que existe. Hablar y debatir nos hace mejorar, y es lo que debemos sacar de todo esto.