Con Verstappen y Pérez en los primeros puestos, el español de Ferrari finaliza tercero y promete batalla para la carrera clásica de este domingo
Baja Carlos Sainz de su Ferrari, ¡alegría!, su primer podio de la temporada, pero apenas celebra: directo a la báscula, un vistazo a los Red Bull del primero y el segundo, Max Verstappen y Checo Pérez, y una pequeña charla con sus mecánicos. ¿Por qué no está eufórico? No es por ningún error propio, por un fallo de su equipo o por alguna maniobra de un rival: es por el formato.
El tercer puesto del español este sábado en el Red Bull Ring fue en la carrera sprint, que reparte un tercio de puntos que la carrera clásica, y por eso apenas le importó. Como ocurrirá en los libros de historia, donde no contará como su podio número 16 en la Fórmula 1, en la mente de Sainz el éxito fue sólo un anticipo de lo que debe ocurrir este domingo (15.00 horas, DAZN).
“Parece que tenemos buen ritmo. Espero mañana poder pelear”, comentó justo al acabar en una demostración de que la mayoría de pilotos piensa más en la carrera clásica que en el sprint. “Eran condiciones complicadas, la primera prueba con intermedios, no sabía si tendríamos grip”, resumió Sainz.
Su carrera, como la de todos, estuvo marcada por una primera vuelta apasionante, alocada, imprevisible. Por culpa de la lluvia caída sobre el circuito austriaco minutos antes del inicio, sólo había una trazada posible y muchos se aprovecharon. En esa salida, Pérez adelantó a Verstappen, Nico Hulkenberg se colocó detrás de ambos y Sainz se deshizo de Lando Norris con muchos rivales amenazando por detrás. Luego Verstappen devolvió la jugada a Pérez, Hulkenberg se aprovechó del mexicano y el espectáculo se multiplicó con múltiples adelantamientos en posiciones traseras. Por desgracia, la emoción duró poco. Más allá del lento retroceso de Hulkenberg, que acabó sexto, no hubo nada más.