El español de Ferrari saldrá segundo, su primera línea de la temporada, mientras su compatriota, que sufrió una salida de pista, empezará noveno
Sobran las lágrimas ante la obviedad: estas cosas pasan. Un salida de pista de Fernando Alonso le alejó de la cabeza por primera vez este año y en Montmeló, ante su público, saldrá noveno. La Fórmula 1 es así, así es el deporte. La pretensión de que todo vaya bien, que no existan los disgustos, de que nada se tuerza, niega la realidad. Pero su mala posición de este sábado en clasificación también sirvió como confirmación de su buena temporada. Pese al incidente sufrido en la primera vuelta, pese a los daños sufridos en el fondo plano de su Aston Martin, salvó la Q1, salvó la Q2 e hizo lo que pudo en la Q3.
“Tuve un sábado malo. Por mi parte más que nada. Puse una rueda en la parte mojada y se me fue el coche en la última curva. Dañé el fondo y perdí prestaciones a partir de ahí toda la crono. Duele un poco más porque fue en la vuelta de salida. Si fuera en la vuelta buena, vale. Pero en la vuelta de calentamiento molesta más. Es lo que hay. No tuve el mejor sábado, a ver si tengo el mejor domingo”, comentó Alonso, apenado por primera vez este año, pero todavía con esperanza.
¿Será difícil que regrese al podio? Será difícil, pero no imposible. Porque, como demostró en entrenamientos, aquí es veloz. Y porque otros, muchos otros fallaron. De hecho, en el circuito español se vivió la primera rebelión del año, con pilotos de Alpine, McLaren e incluso de Haas peleando por las posiciones nobles de la parrilla de salida. Con Charles Leclerc noqueado en la Q1 y Checo Pérez y George Russell fuera en la Q2, delante de Alonso empezarán Lando Norris (tercero), Pierre Gasly (cuarto), Esteban Ocon (séptimo) o Nico Hulkemberg (octavo).
En ese contexto, la amenaza para Max Verstappen, dueño de la pole, favoritísimo este domingo (15.00 horas, DAZN), será Carlos Sainz, que brilló más que nunca este curso. De hecho, por primera vez partirá desde la primera línea. Después del hundimiento de su compañero en Ferrari y de algunos apuros en las rondas previas, en la Q3 sobresalió con una vuelta casi perfecta. “Antes de la qualy ha llovido y eso ha hecho que las condiciones de la pista fueran muy difíciles, que hubiera mucho peligro. Me he sentido muy bien pilotando y mañana el objetivo será subir si o sí al podio”, comentó el español.
Un rugido se escuchó en todo el circuito cuando Sainz pasó por meta después del lamento por el mal tiempo de Alonso. Los dos compatriotas empezaron su último intento juntos y, en esa salida de garajes, se llevaron el ánimo de todas las gradas, una por una. Luego todos los aficionados callaron, silencio total al norte de Barcelona, hasta que ambos finalizaron sus vueltas. Después de una jornada de lleno, de aguantar horas y horas bajo la lluvia, no hubo celebración, aunque se mantengan las opciones españoles de podio. Sobran las lágrimas ante la obviedad: estas cosas pasan