Ramón Díaz, entrenador del Al Hilal: “Ojo, no vayamos a fichar a Messi…”

Ramón Díaz, entrenador del Al Hilal: "Ojo, no vayamos a fichar a Messi..."

Mundial de Clubes


Entrevista

Actualizado

El entrenador del Al Hilal, que mañana se enfrenta al Madrid en la final del Mundial de Clubes, bromea sobre el futuro de su compatriota en Arabia. El Pelado, “mito de River”, charla con EL MUNDO y recuerda sus enfrentamientos con Ancelotti.

Ramón Díaz, entrenador del Al Hilal.KHALED DESOUKIAFP

Ramón Díaz (La Rioja, Argentina, 1959) escucha a alguien hablar su idioma y se gira inmediatamente. «Vení, vení». El Pelado, el que iluminó el futuro del fútbol argentino compartiendo delantera con Maradona en el Mundial sub’20 de 1979 (metió 8 goles y El Pelusa 6), «el mito de River» como le definen sus jugadores, el técnico que este sábado, en caso de vencer al Real Madrid a los mandos del Al Hilal en la final del Mundial de Clubes, podría empatar con Helenio Herrera como entrenador argentino con más títulos (16), ese hombre, como todos, también desayuna un café con leche y un croissant.

Mientras come, charla con EL MUNDO sobre su época como futbolista en River y en Italia, donde se enfrentó y goleó varias veces a Carlo Ancelotti, y su etapa como entrenador, de nuevo en River, ganando la Libertadores del 96, siendo el padre de los Ortega, Crespo, Aimar, Saviola… Tras varias idas y venidas al conjunto argentino decidió aventuras más exóticas que le han llevado hasta Arabia Saudí, donde ha ganado tres ligas y la Champions asiática. «Es la vida, la historia, el adaptarse…», reflexiona, pausado, en la perfecta definición de ser argentino. «Estuve en todos lados, Italia, Francia, Japón, México… A veces es lindo estar un poco fuera de Argentina. Me falta España, pero pagan poco», bromea.

¿Se cree el Al Hilal que le puede ganar un Mundial de Clubes al Real Madrid?
En la vida, si te propones algo, lo puedes conseguir. Lo que sea. Y los pibes también. Si el entrenador les transmite temor no es un gran entrenador. No sirve. Son once contra once. Tenemos una oportunidad única en nuestra primera final mundial.
Hábleme del equipo.
Me faltan siete jugadores de la selección de Arabia Saudí. Pero están todos bien, anímicamente bien. Tenemos buenos futbolistas y un estilo de ataque. Es lo único que pido. Eso y no fallar un pase.

La conversación se detiene por unos segundos ante la llegada de varios asistentes saudíes del Al Hilal. «Ojo, no vayamos a fichar a Messi la próxima temporada», avisa Díaz. Desde la llegada de Cristiano a su liga, los rumores sobre el aterrizaje de otras estrellas del fútbol, como el argentino, Luka Modric, Sergio Ramos o Karim Benzema no cesan. «En teoría, Cristiano iba a jugar con nosotros. De verdad. Somos el club más rico de Arabia Saudí», admite el técnico. ¿A quién le gustaría fichar? «Yo tengo dudas, quiero pibes jóvenes. Hoy en día los jóvenes están mucho mejor preparados que antes», vacila el argentino, que confiesa los eternos debates alimenticios que tiene con los futbolistas saudíes: «Les cuesta el tema de la nutrición. Comen mucho cordero y si se lo quitas te dicen que así no corren… Luego lo comen y vuelan», bromea.

El Pelado se considera de la escuela menottista desde que estuviera bajo las órdenes de Menotti en el famoso Mundial sub’20 del 79. «Creo que lo más importante del fútbol es estudiar y entender el juego. Si tú entiendes el juego, ganas. A mí me lo enseñaron así, que tenía que estudiar a mis rivales, verles jugar, saber hacia dónde le gusta jugar a un central, a un portero… Así lo intento transmitir a los chicos, aunque ahora muchos están todo el día con el móvil y no escuchan», admite.

Aquella Copa del Mundo juvenil fue el inicio de su breve amistad con Maradona, truncada por el estrellato de ambos en Boca y River y el odio mutuo entre aficiones y futbolistas. Los rumores decían que Maradona le vetó para la selección, aunque el Pelusa lo negó constantemente asegurando que Bilardo no quería a Díaz. Pero aquellos adolescentes estuvieron 37 años sin hablarse y Ramón no volvió con la selección después del Mundial 82. «¿Saben quién le enseñó a definir a Ramón? ¡Yo, en el 79!», repetía Diego. «No fui a la selección porque Diego le hizo elegir a Bilardo a sus amigos. El resto me quería a mí. Hasta el presidente Carlos Menem», aseguraba Díaz en los 90.

Me dice Barovero, ex portero de River, que es usted «un mito de River, una palabra mayor. Sentado en la mesa de los grandes con Gallardo, Ortega y pocos más».
No… Bueno. Nacimos ahí, hicimos toda la vida, toda la carrera. Ganamos millones de campeonatos, ya sea como jugador o entrenador, y eso queda marcado. Es un gran club, pero por su gente. Yo decidí volver después del histórico descenso a la B, una época durísima, con muchísima presión. Se tuvo que armar todo de vuelta y ganamos la Liga. Una emoción…
Cómo son de pasionales los argentinos.
Lo que tenemos los argentinos es que damos la vida por el fútbol, somos muy exigentes con uno mismo en todas las facetas de la vida. Se vio en este Mundial, por ejemplo, todo lo que era Argentina, le demostramos al mundo lo que somos.

Mientras Maradona levantó el Mundial de 1986, Ramón Díaz brillaba en el calcio, curiosamente contra el mismo Carlo Ancelotti al que se enfrenta mañana. Anotó seis goles frente a Carletto. «Somos grandes amigos de mi época en Italia. Le admiro como entrenador porque se supo adaptar a lo que eran las ligas alemana, inglesa, española… No todos pueden hacer eso, es lo más difícil», responde a EL MUNDO.

Marcó seis goles ante Ancelotti. ¿Qué recuerda de esa época en el fútbol italiano?
¿Seis? Vaya… A ver mañana (risas). Era muy difícil el fútbol italiano. Ahora es todo más fácil. Hay ocho extranjeros en cada equipo, entonces había tres. En el Inter recuerdo que estábamos Matthaus, Andreas Brehme y yo, después subieron a cinco y ahora ya lo que se quiera. Era un fútbol muy duro y tenías que estar físicamente bien preparado. ¿Por qué dicen que se corre más ahora? No sé por qué. Son boludeces. Siempre se tuvo que correr.

kpd