¿Puede sobrevivir la Laver Cup? Federer como gancho y Alcaraz como nueva imagen

¿Puede sobrevivir la Laver Cup? Federer como gancho y Alcaraz como nueva imagen

Un raro partido de dobles; a un lado de la pista estaban Alejandro Davidovich y Arthur Fils y al otro, Christopher Eubanks y Milos Raonic. Podría ser la primera ronda de un torneo ATP 250 cualquiera, pero fue el cierre de la última Laver Cup con todo lo que ello suponía: escasa audiencia, escasa repercusión, escaso público en el Rogers Arena de Vancouver pese a la presencia de Raonic. El torneo de exhibición que enfrenta a Europa y el resto del mundo agonizaba el año pasado y, por eso, esta temporada la inversión es mayor, mucho mayor.

Con el enorme Uber Arena de Berlín como sede, la organización a cargo de Team 8, empresa de Roger Federer, ha conseguido juntar un cartel de los que sólo se ven en Grand Slam y Masters 1000. Pese a la ausencia de Jannik Sinner y Novak Djokovic, entre hoy y el domingo se enfrentarán en encuentros de individuales y de dobles tenistas como Carlos Alcaraz, Alexander Zverev, Daniil Medvedev, Taylor Fritz o Frances Tiafoe para tratar de reanimar la Ryder Cup del tenis y mantener su atractivo.

«A todos los tenistas les gustan las competiciones por equipo y queremos crecer, que la Laver Cup tenga un nuevo horizonte. Al principio, cuando empezamos, había mucha incertidumbre: ¿Iba a gustar? ¿Iban a venir los jugadores? ¿Iban a venir el público? Pero ahora creo que hay una hermandad que rinde tributo a la generación anterior y forma un concepto que funciona», comentaba Federer en la previa señalando una evidencia: la Laver Cup sobrevive gracias a él.

La imagen es él, los patrocinadores son los suyos -Rolex, Mercedes, incluso el Gobierno suizo- y la historia de la competición es la suya propia. En la primera edición, en 2017, la Laver Cup se dio a conocer gracias a la pareja de dobles que formaban Federer y Rafa Nadal y, con los mismos protagonistas, vivió su momento álgido con aquellas lágrimas compartidas en 2022 por la retirada del suizo. Entre ambas, buenos momentos, como aquellas charlas de Nadal y Federer al alocado Fabio Fognini o aquellas señas incomprensibles de Nadal a Stefanos Tsitsipas cuando jugaban juntos un dobles, y otros momentos no tan buenos. En 2021, ya sin Nadal y Federer en pista, sufrió su primer bajón y el año pasado, su mayor chasco.

La competición de otros torneos

Como siempre, es cosa de dinero. Pese a las apreturas del calendario ATP, los tenistas se entregan a exhibiciones, pero la competencia es dura para los organizadores. Las ofertas de los países árabes, especialmente de Arabia Saudí, son elevadísimas, como muestra el próximo Six Kings Slam y en Estados Unidos cada vez se montan más saraos, como el reciente Alcaraz-Nadal en Las Vegas. La Laver Cup tiene a Federer como gancho, pero igualmente necesita mucho capital para aguantar. Oficialmente reparte 250.000 dólares a los jugadores del equipo ganador y 125.000 dólares a los del equipo perdedor, aunque todos los tenistas negocian aparte un fijo según su caché.

El año que viene la competición se irá a San Francisco y, la siguiente, volverá a Europa, con Barcelona como opción. Para entonces ya se verá si la Laver Cup sobrevive. De momento, este viernes Alcaraz (alrededor de las 21.00 horas, Eurosport) volverá al dobles para enfrentarse junto a Alexander Zverev a la pareja yankee formada por Fritz y Ben Shelton.

kpd