Una audiencia potencial de 650 millones de personas pudo observar cómo en el minuto 28 un córner rematado por Lamine Yamal terminaba en un gol fantasma en la portería del Real Madrid. Lunin terminaría echando el balón de nuevo a saque de esquina. Se tardó unos dos minutos en que se reanudase el juego, en uno de los mejores partidos que se pueden ver en el mundo del fútbol actualmente.
Los jugadores reclamaban en uno u otro sentido al árbitro del encuentro, César Soto Grado, y Gündogan le pedía que se mirase el reloj para comprobar si el balón había entrado o no. No sabía el germano ex del Manchester City, que en España, al contrario que en Inglaterra, no hay tecnología de gol. Así que la jugada debería determinarla el VAR. El videoarbitraje fue incapaz de concluir que el balón había traspasado la línea por completo así que el gol no subió al marcador.
Lo llamativo es que Canal + Francia y Bein Sports aplicaron la tecnología 3D a las tomas de cámara de las que disponía la retransmisión, había 36 para todo el encuentro, y determinaron que el balón no había traspasado la raya por completo.
Pese a las quejas posteriores en rueda de prensa de Xavi Hernández, entrenador del Barcelona, y el portero, Ter Stegen, en las que manifestaban que era “una vergüenza” que no hubiera tecnología de gol en España; Javier Tebas, presidente de LaLiga, no se quedaba callado.
En un post en X, el mandatario escribía: “Sin comentarios…” y adjuntaba una serie de capturas de pantalla en las que se evidenciaban errores de la tecnología de gol o Hawk Eye, la más reciente de hace dos años. En la última, además, recogía un titular en el que se apuntaba que Francia había suspendido el uso de esta tecnología.
Lo cierto es que en las competiciones organizadas por UEFA y en Alemania, Francia, Reino Unido e Italia cuentan con esta herramienta que, como el VAR, ha tenido errores, algunos recogidos en el post del presidente de LaLiga. Hawkeye Innovations, la principal compañía que opera este sistema, pidió disculpas por uno grosero que ocurrió en un partido de la Premier en 2021 y explicó que era la primera vez que ocurría algo así en más de 9.000 partidos de uso.
La implementación de este sistema se cuantifica, aproximadamente, en unos cuatro millones de euros. Javier Tebas explicó en una entrevista en Movistar a principios de temporada: “No es un tema económico lo de la tecnología de gol, es un tema de uso. En una temporada hay cuatro o cinco jugadas de este tipo”. Y también apuntó que el VAR soluciona el “el 99%” de los casos a este respecto y que no tienen previsto instaurar una tecnología que no es “fiable al 100%”.
Esta negativa de la competición de fútbol profesional se mantiene desde 2017. Un año después llegaría el videoarbitraje a nuestra liga y LaLiga consideró suficiente instalar dos cámaras fijas en la grada a la altura de la línea de gol para determinar si el balón traspasa la línea o no y ayudar en los chequeos de la mayor parte de jugadas de área así como en el trazado de líneas de fuera de juego cuyo posicionamiento parta del punto de penalti hacia la línea de meta.
El Var es “fiable”
Desde el estamento arbitral creen que estas cámaras son “fiables”, siempre que el portero o un jugador no se interpongan en su tiro visual como hizo ayer Lunin. Estas circunstancias se han producido en torno a media docena de ocasiones a lo largo de seis temporadas, el equivalente a 4.500 partidos.
De hecho, éstas intervinieron en otro gol polémico en la misma jornada, en el Getafe – Real Sociedad. El videoarbitraje determinó que el primer remate de Óscar, jugador azulón, había traspasado la línea, aunque luego la jugada continuó y fue Latasa quien perforó la meta defendida por Remiro.
España sólo ha contado en una ocasión con la tecnología de gol. Fue en la primera Supercopa jugada en Arabia jugada en 2020 en Arabia Saudí. En esta edición, la primera vez que contó con cuatro equipos en su fase final, no hizo falta recurrir a la tecnología de gol. El Real Madrid fue el campeón de ese torneo en los penaltis ante el Atlético de Madrid.