El Fenómeno asegura que disfruta como nadie en los muros de las Ardenas. Que esas escaladas le sirven para preparar su gran objetivo de final de la primavera: la Lieja-Bastoña-Lieja, en la que este domingo persigue su tercera victoria. Tadej Pogacar se divierte en los escenarios en los que otros no encuentran alivio. El esloveno, que no se angustia por mostrar sus debilidades, ha encontrado en las clásicas la fórmula para mantener vivo el fuego de la excitación.
La Flecha Valona, la prueba con el desenlace más previsible pero con el final más electrizante, acogió un nuevo recital del corredor del UAE. El reto se resolvió, como es costumbre, en la última ascensión al Muro de Huy, con sus 1.300 metros de longitud y desnivel medio de 9,3% (máximo del 19%), esas paredes en la que que Alejandro Valverde levantó sus cinco e incomparables reinados. Poco importaron las 10 subidas previas a la clausura en la emblemática cota. El pelotón, castigado por la lluvia y el frío, caminó animado por escaramuzas sin relevancia, como una fuga integrada por los noruegos Foss, Leknessund y Dversnes, cazados a siete kilómetros de la meta. También lo intentaron Stannard, Guglielmi, Shmidt, Paquot y Ceriel Desal.
El susto de la jornada apareció a falta de 40 kilómetros para la meta, en una curva a derechas en la que se cayeron cinco ciclistas, entre ellos Mattias Skjelmose, último ganador de la Amstel Gold Race. Decepción mayúscula para el rodador danés, que acudió a la clásica belga en el mejor momento de su vida.
Un enemigo menos para Pogacar, que afrontó la decisiva subida a la colina de las Siete Capillas comandando un pelotón roto por la aceleración de sus gregarios Jan Christen y Brandon McNulty. En el grupo se mantenían, entre otros, Remco Evenepoel, Thomas Pidcock y Lenny Martínez, que vigilaban de cerca las maniobras del UAE.
En los tramos en los que avanzar y mantener la verticalidad supone un desgaste tremendo apareció la figura de Pogacar para marcar distancia. El esloveno conocía bien el trazado: la de ayer fue su quinta participación, fue primero en 2023, decimosegundo en 2022, noveno en 2020 y quincuagésimo tercero en 2019. Aceleró a mitad de ascensión y nadie fue capaz de seguirle. Se marchó con una facilidad asombrosa, esa que distingue a los superdotados. Escaló solo, sin la presión de unos enemigos desconcertados, con tiempo para saborear el triunfo, el segundo en esta clásica, una alegría tras las derrotas en la Amstel Gold Race y en los adoquines de la París-Roubaix. Este miércoles sumó la victoria 94 de su espléndido palmarés. El segundo fue el francés Kevin Vauquelin (misma plaza en 2024) y el tercero el británico, Pidcock. Evenepoel ocupó el noveno puestp.
Nueva exhibición de Pogacar en una temporada espléndida: en las siete pruebas que ha disputado no se ha bajado del podio. Antes ganó el Tour de Emiratos, la Strade Bianche y el Tour de Flandes, terminó segundo en la París-Roubaix y en la Amstel Gold Race, y fue tercero en la Milán-San Remo. Una barbaridad.
Rafael Louzán consuma la revolución en el arbitraje español. El presidente de la Federación Española ha anunciado este miércoles que el nuevo responsable del Comité Técnico de Árbitros (CTA) es el abogado Francisco Soto Balirac, socio del despacho Garrigues y profesor de universidad de Vigo.
Este letrado tiene 45 años, es experto en Derecho tributario y fue delegado en Vigo del Comité Gallego de Árbitros. Soto reemplaza así a Luis Medina Cantalejo, cuya destitución fue anunciada hace una semana junto a la mayoría de su equipo, después de ejercer la presidencia de los árbitros desde finales de 2021, tras la marcha de Carlos Velasco Carballo.
''Los cambios al frente de la cúpula del CTA responden'', según la RFEF, ''a la necesidad de abrir una nueva etapa en el ámbito arbitral, en línea con el trabajo desarrollado por el grupo de reforma del sistema en el que participan representantes del colectivo arbitral, clubes profesionales y la propia RFEF''.
Fran Soto se definió este miércoles como un aficionado del fútbol y del arbitraje. "El nivel del arbitraje español es de lo mejorcito a nivel mundial. Quiero agradecer a la RFEF por la confianza depositada en mí. Quiero agradecer a los directivos que se han marchado, han realizado una labor encomiable y es necesario ponerla en valor".
La nueva cabeza visible de los colegiados se unió a este colectivo en categorías inferiores, fue árbitro de fútbol entre 2002 y 2015 en Tercera Autonómica, Segunda Autonómica, Primera Autonómica y Preferente.
Además de Medina Cantalejo (responsable del Comité Técnico de Árbitros) y Clos Gómez (responsable del VAR) hubo más ceses. La mayoría de los que están al lado de los citados también van a dejar paso a una nueva estructura. Son el adjunto a la Presidencia, Antonio Rubinos Pérez; los vicepresidentes Vicente Lizondo Cortés, Bernardino González Vázquez y José Luis Lesma López; y el director del proyecto VAR, Carlos Clos Gómez.
Soto, abogó por dejar atrás ''posibles controversias que pueda haber del pasado" como los vídeos de Real Madrid TV contra los árbitros o el caso Negreira, investigado judicialmente.
"No es momento de entrar en polémicas, pido empatía y confianza y vamos a lograr que el colectivo arbitral esté donde debe estar. No merece la pena entrar en temas que no aportan nada. Vamos a dejar atrás todas esas posibles controversias que pueda haber del pasado, estoy convencido de que el futuro va a ser mejor para todos", dijo cuestionado en concreto por los vídeos de Real Madrid TV, informa Efe
En su presentación, Soto expresó su intención de que el CTA esté "abierto a los clubes" y también evitó pronunciarse sobre el caso Negreira. "A Negreira ni lo conozco. Para mí es un caso de pasado, vamos a trabajar para el futuro, vamos a trabajar, a construir. Tras esa comisión donde estaban todos los actores, no tiene mucho sentido que le demos vueltas a un caso que está judicializado, voy a tratar de crear, construir, sumar y dejar atrás una situación medio puntual. En un nuevo tiempo no tiene sentido hablar de lo que no es deseable", dijo.
Soto aseguró que el CTA va a estar abierto a los clubes, pero no se mostró partidario de que en estos momento los árbitros hablen al término de los partidos. "Me parece que es poner en el disparadero después de un partido. Creo que los árbitros tenemos que protegernos. Cuando la sociedad asuma que los árbitros son un deportista más, que sea un respeto, podemos ir avanzando a medida que vayamos viendo si hay esa empatía", dijo.
"Durante cinco meses hemos hecho cosas que nunca se han hecho aquí, debemos confiar en este nuevo modelo. Hay cuestiones que están medio encorsetadas, porque así lo establece la ley. Yo no tengo interés en nombrar un presidente del CTA, creo que la doble combinación que trae Fran de ejecutivo y que conoce el mundo arbitral hay que darle ese margen de confianza, ha tomado una decisión dificilísima en su vida. Tiene 45 años, su futuro laboral estaba resuelto y ha asumido el reto", señaló Louzán.
El mejor fisio del mundo moldeó sus manos lavando vasos en el restaurante de su padre. «Yo ayudaba a mi familia en lo que podía. Pasé muchas horas entre platos y mesas». Más de 40 años después, el asador donde creció Marcelino Torrrontegui (Albandi, 1964) sigue ofreciendo fabulosos chuletones txogitxu, cordero a la estaca y entrecot de vaca vieja. Una clientela fiel que acude allí tras disfrutar de las playas del concejo asturiano de Carreño en las que Torron también trabajó de socorrista. «Antes de ser auxiliar de ciclismo me buscaba la vida mientras hacía un módulo de Deportes», afirma el masajista más experto del próximo Tour de Francia, que arranca el sábado en Lille. Será la undécima edición de la Grande Boucle que afronta el asturiano, ahora en el Movistar. También es colaborador del Comité Olímpico Español (COE), la Federación de Fútbol (RFEF) y profesor en la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de Málaga (UMA).
Este fisio de sonrisa permanente trabajó en el Málaga CF durante 21 temporadas, acudió a ocho Juegos Olímpicos (cinco con la Federación de Ciclismo y tres con el COE), 26 Mundiales de ciclismo, cuatro Juegos del Mediterráneo, 13 Vueltas, 10 Tour y cinco Giros de Italia. Por sus manos han pasado futbolistas, atletas, nadadores, ciclistas, balonmanistas, karatecas, piragüistas, golfistas, esquiadores. La relación de ilustres es extensa: Craviotto, Llaneras, Hierro, Chema Olazábal, Van Nistelrooy, Valverde, Contador, Rominger, Freire, Delgado, Olano, Isco, Joaquín, Frankie Fredericks, Chema Martínez, Cubarsí, Francescoli, Juan Ayuso, Viran Morros, Aguinagalde, Darío Silva, Zulle, Virenque, Rafa Lozano, Garralda, Barrufet, Entrerríos, Hugo González, Jessica Vals, Carmen Weiler...
Tras disfrutar de varios días de descanso, este martes hará las maletas para marcharse a Lille con el Movistar para preparar la salida del Tour.
Torrontegui comenzó en el ciclismo en la Vuelta a España de 1988, en el Clas de José Manuel Fuente. «Recuerdo que la salida fue en Tenerife y que saltamos a Las Palmas. Me incorporé al equipo de El Tarangu gracias a la ayuda de Carlos Muñiz, ciclista y amigo mío de Candás. Aquella Vuelta la ganó Sean Kelly y el primer neoprofesional clasificado fue, precisamente, Muñiz. Yo tenía 23 años y ya me apasionaba el deporte. Esa pasión proviene de mi entorno de juventud, en Candás. Esta localidad está declarada por el COE Villa de Olímpicos, porque es el pueblo de España con más olímpicos por habitante. Allí nacieron, entre otros, Herminio Menéndez, Julio Alberto, López Carril, Enrique Rodríguez Cal o Carlos Prendes», dice mientras pasea por Candás, antes de la sesión de fotos en las instalaciones de Mareo del Sporting de Gijón que ilustra este reportaje.
Torron debutó en el Tour de Francia en 1991, el primero ganado por Miguel Indurain. Desde entonces, el carismático fisioterapeuta y el campeón navarro mantienen una relación cercana. «Somos de la quinta del 64 y hemos coincidido muchas veces, aunque nunca compartimos equipo. Él estaba en el Banesto y yo en el Clas, con Tony Rominger. En la selección español estuvimos juntos, pero nunca le traté. Él tenía su propio masajista, Vicente Iza. Sí traté a Perico Delgado, Óscar Freire o Alberto Contador, pero nunca a Miguel. Estuve con Indurain en los Juegos de Atlanta, cuando ganó el oro en la contrarreloj, y Abraham Olano, la plata. Mi primer Mundial fue el de Stuttgart de 1991, cuando Indurain fue bronce. También estuve en el histórico Mundial de Duitama de 1995, donde logró el oro en la contrarreloj y la plata en la ruta, con Olano primero. En la actualidad, cuando Miguel pasa por Asturias nos vemos. Últimamente bromeamos sobre que ya va siendo hora de que toque sus músculos», explica el técnico, de 61 años.
Federer y Nadal
Torron fue el hombre de confianza del suizo Rominger, conquistador de tres Vueltas y adversario de Indurain en la carretera y en la pugna por el récord de la hora. «Tony y Miguel fueron rivales y ahora son amigos. Son como Federer y Nadal. Se respetan, tienen una buena relación».
Las manos mágicas del asturiano cuidaron a grandes corredores del Clas, como Olano, Escartín, Mauleón, Ruiz Cabestany, Rominger, Suárez Cueva..., con los que mantiene amistad. «Ellos tienen la costumbre de juntarse todos los años para cenar durante una etapa de la Vuelta. Desde 1988 organizamos partidos de fútbol-playa a los que viene gente como Luis Enrique. Lucho es un gran entrenador y una persona majísima, pata negra, un friki del ciclismo».
Con su paisano Samuel Sánchez comparte complicidades. Las abuelas de ambos eran primas. «A Samu le conozco desde chaval, cuando venía a veranear a Albandi. Yo le vaticiné que sería campeón olímpico. En 2007, un año antes de la carrera en ruta de los Juegos de Pekín, fuimos a ver el recorrido y le dije que el trazado le venía a huevo para ganar. Aquel equipo, con Sastre, Freire, Valverde, Contador y Samu fue fabuloso», recuerda.
JORGE PETEIRO
Las manos prodigiosas de Marcelino han cuidado a miles de deportistas. El que más le impactó, por su elasticidad y fortaleza, fue el canadiense Mark McKoy, campeón olímpico de 110 vallas en Barcelona'92. Entre los ciclistas destaca el motor de clasicómanos como Bortolami, Baffi o Museeuw. Los músculos de Freire también le sorprendieron, como las piernas de los futbolistas Salomón Rondón y Julio Baptista. Dice que quien mejor supo sacar provecho a su físico fue Fernando Escartín.
Asegura que el ciclismo actual atraviesa por un momento espléndido y que Tadej Pogacar es un fenómeno: «Le vi el pasado año en el Tour y me sorprendió. El ciclismo de ahora no da tregua. Las etapas son más cortas y todos van a toda hostia, no frena nadie. Los técnicos y auxiliares no tenemos tiempo para tomar un bocadillo. La tecnología ha mejorado mucho el rendimiento de los corredores».
Pocos en el deporte español empatizan tanto como este extrovertido asturiano. «Me dicen que soy el mejor masajista del mundo, pero yo respondo que tengo la suerte de trabajar con gente muy buena. Yo, por mi manera de ser, siempre genero buen rollo y caigo bien a la gente, y eso influye».
La depción del Málaga
Durante sus 37 años en el alto nivel han abundado los éxitos. Las decepciones fueron mínimas, pero dolorosas. Las heridas provocadas por el despido del Málaga ya cicatrizaron, aunque quedaron marcas: «En el Málaga me dejé media vida, medio corazón. Me tuve que marchar por unas diferencias económicas mínimas. Me di cuenta de que no me querían en un sitio donde trabajé más de 20 años. Salí noqueado. Estuve muerto, pero reviví. Después de irme se me abrieron muchas puertas».
En plena pandemia, Torron dice que se reinventó. Estudió podología, se doctoró en Fisioterapia y se incorporó a la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de Málaga: «Llegué para cubrir una baja, y ahí sigo, impartiendo clases. La docencia es una carrera de fondo. Me gusta, pero al principio me costó, porque yo hablaba con las manos, luego me he ido soltando. Ahora, hasta doy ponencias en el Master de Fisioterapia de la Escuela Universitaria UAX Rafa Nadal o el Máster de Fisioterapia del Real Madrid. Soy como una hormiguita. Cumplo mis sueños. Trabajo con chavales, eso me mantiene joven».
«Tengo la suerte de que la UMA apuesta por la transferencia del conocimiento de sus profesionales, lo que posibilita que pueda colaborar de forma activa con Movistar, con el que tengo un contrato Otri, y al mismo tiempo cumplir con mis obligaciones docentes e investigadoras en la Facultad de Ciencias de la Salud», añade.
JORGE PETEIRO
A sus 61 años, Torron quiere ser agradecido: «Cuando te vas haciendo mayor te acuerdas de la gente que te ayudó. Yo estoy muy complacido con Eusebio Unzúe. Un día necesité salir de casa y él estaba allí. Siempre tuve la fortuna de contar con la comprensión del Málaga, que me permitía ir a los Mundiales y a los Juegos Olímpicos. También estoy muy agradecido a Alejandro Blanco por la oportunidad de trabajar en el COE. Él me rescató de la crisis que tenía, lo pasé mal. Yo sé bien lo que supone estar en primera línea y de ponto el teléfono deje de sonar».
Hijo futbolista e hija nadadora
La genética y el entorno profesional indicaron, inevitablemente, el camino a seguir. La actividad deportiva domina el entorno familiar de Torrontegui. Los hijos del fisio asturiano se han criado entre balones, raquetas y bicis, por eso no extraña que Samuel y Carlota se hayan decantado por el deporte. Los tres, siempre mimados por Susana, la filóloga inglesa, la madre, la compañera, la que sostiene todo el edificio.
Samuel, que tiene 20 años, sobresale en las categorías inferiores del Sporting de Gijón, en el equipo C. El fútbol le atrapó desde niño. Comenzó en el Málaga y allí estuvo durante nueve temporadas, en las que coincidió con Dean Huijsen, el nuevo central de la selección española y del Real Madrid. «Estuvieron juntos en alevines, cadetes e infantiles. Son buenos amigos. Yo mantengo contacto con los padres de Huijsen, unos holandeses muy majos que abrieron negocio en Málaga», dice Marcelino, un padre encantado con los goles y el desempeño de su hijo: «Samuel juega de delantero, es bueno, pero a mí lo que gusta es su madurez. Entrena, juega, se cuida y estudia segundo de Ingeniería Mecánica. No es raro verle a las 12 de la noche con libros o estirando», recalca el fisio del Comité Olímpico Español.
El Almería quiso ficharle, pero él prefirió seguir en el Sporting. En su trayectoria ha mostrado sus excelentes dotes de goleador, con buen manejo de ambas piernas y juego de espalda. «Tiene futuro, pero es un poco pupas, siempre le pasa algo», dice el progenitor.
Carlota apostó por la natación, triunfando en los campeonatos autonómicos y nacionales. Se formó en el Club Natación Inacua de Málaga y en 2021 fichó por el CN Santa Olaya de Oviedo. En 2021, con 18 años, se proclamó campeona de España de 200 mariposa, lo que le sirvió para obtener plaza para el Europeo de Budapest, torneo en el que logró colarse en las semifinales, terminando en el puesto 14 del top-16.
Torrontegui destaca que Carlota, de 22 años y estudiante de Derecho, tiene mucha fuerza de voluntad: «Durante muchos años se levantaba a las cinco y media de la mañana para entrenar en el CETD de Málaga. Creo que venirnos a Asturias frenó su progresión. Uno de mis sueños era compartir unos Juegos Olímpicos con ella».