Un espectador la insultó en repetidas ocasiones mientras arbitraba un partido con comentarios violentos y machistas, como “puta” o “vete a limpiar”
Paula Lema y, al fondo, el indivíduo que la insultó.CAPTURA VÍDEO
La árbitra gallega que suspendió un partido de Liga Femenina de baloncesto por acoso machista, Paula Lema, ha defendido que espera que su decisión “signifique otro paso para que ninguna mujer tenga que volver a sufrir ningún tipo de violencia en ningún ámbito de la vida”.
Lema tuvo que parar el partido Bembibre-Girona el pasado fin de semana ante la actitud de un espectador, que la insultó en repetidas ocasiones con comentarios violentos y machistas, como “puta” o “vete a limpiar”, hasta que fue imposible continuar con el encuentro. El equipo local le ha prohibido volver a entrar en el pabellón de por vida.
Tras estos hechos, en un comunicado, ha agradecido a las federaciones y a la asociación de árbitros “su apoyo y su disposición para abordar y condenar estos actos”, además de dar las gracias por el apoyo de sus compañeros, así como de su entorno y su familia.
El mundo del baloncesto se ha volcado con Paula. Tanto la federación como muchos jugadores han querido expresar en las redes su indignación por lo sucedido. Hasta el jugador más emblemático del baloncesto español, Pau Gasol, ha condenado el suceso.
Lema pedido no continuar con su exposición mediática mientras se desarrollan los cauces legales que sigue esta situación.
“Espero que signifique otro paso para que ninguna mujer tenga que volver a sufrir ningún tipo de violencia en ningún ámbito de la vida”, ha expresado.
En su opinión, “no hay que silenciar las ocasiones” en las que los equipos arbitrales están “expuestos a insultos y vejaciones” y ha reclamado “que no queden impunes”.
“El hecho de ser comentarios machistas, sexistas o racistas es una agravante de las agresiones que sufrimos”, ha concluido.
El Club Baloncesto Bembibre ha condenado en un comunicado”no sólo las expresiones proferidas durante este encuentro, sino todo tipo de expresiones machistas o sexistas que atenten contra la integridad moral de las mujeres o de cualquier persona, en este caso concreto, contra la colegiada del partido”
El juego de perímetro de Chris Jones, Brancou Badio y Jean Montero y el despliegue interior de Jaime Pradilla condujeron al Valencia Basket a la victoria en el primer partido de las semifinales ante La Laguna Tenerife. El equipo de Pedro Martínez controló siempre la situación en una noche donde llegó a dominar por 16 puntos, aunque los canarios aún confían en sus opciones de recuperar el factor cancha el próximo jueves, cuando se dispute, otra vez en La Fonteta, el segundo encuentro de la serie. [Narración y estadísticas (83-65)]
Los locales manejaban un plan muy claro: correr para desgastar al veterano equipo tinerfeño. Lo hicieron de inicio, pese a que no le entraron los primeros tiros, y lo hizo también después, cuando Pradilla, intenso y maduro, había abierto ya la tapa del aro aurinegro.
Para poder correr, los locales tuvieron antes que agobiar a Marcelinho Huertas. Badio y Sergio de Larrea se turnaron para defenderle. En la otra zona, el Tenerife no se tuvo que preocupar tanto de Montero, lastrado por un golpe en la mano derecha. El arrojo de Thomas Scrubb y de Yannis Morin permitió al Tenerife no venirse abajo tras el primer arreón.
El duelo se paró con un rifirrafe entre Pedro Martínez y Giorgi Shermadini que descentró al Tenerife. Lo leyó bien Jones que, inspirado, disparó la ventaja del Valencia hasta ponerle en disposición de romper el partido antes del descanso (45-29, m.18). Solo un despliegue de calidad y de garra de Aaron Doornekamp permitió al Tenerife evitarlo (47-37, m.20).
Triple para empatar
En el regreso a la pista, el canadiense siguió sumando aciertos exteriores para mantener a su equipo cerca. Ademas, la defensa de Jones sobre Marcelinho permitió al brasileño estar más suelto. La ventaja local, que se había asomado a los 20 puntos, estaba ahora sólo en tres tras un nuevo triple del ala-pívot (53-50, m.25).
Tuvo Jaime Fernández triple para empatar pero lo erró y el Valencia reaccionó. Lo hizo de la mano del siempre valiente Badio, que anotó y generó para que sus compañeros recuperaran confianza, incluido Montero. Pero esta vez el Canarias no esperó para responder y Marcelinho y Bruno Fitipaldo no sólo mantuvieron cerca a los suyos, sino con buenas sensaciones (67-59, m.30).
Con el inicio del último cuarto llegó el momento del dominicano. Sin acordarse ya de su mano derecha, abrió con sus penetraciones la defensa visitante y minó la moral de los visitantes, que volvieron a verse 10 abajo. Había dado Txus Vidorreta algo de descanso a Doornekamp y lo tuvo que recuperar, pero ya era tarde (77-62, m.33).
"Son unas currantes del baloncesto. Estas no han pillado un contratatazo en el 5x5", detallaba alguien cercano a las heroínas de La Concorde, el privilegiado espacio que París 2024 ha reservado para los deportes urbanos. Bien entrada la noche, con su medalla de plata colgada al cuello, las cuatro españolas que se habían quedado a una canasta del que hubiera sido el primer oro olímpico de la historia del baloncesto español -nunca se estuvo más cerca-, repartían abrazos y sonrisas mientras Carmelo Anthony o Dirk Nowitzki pasaban a sus espaldas sin que nadie les prestara demasiada atención.
Es un cuarteto para el recuerdo dirigido por Anna Junyer, siempre a la sombra. Ni siquiera puede dar instrucciones durante los frenéticos partidos de 10 minutos. Ella, que fue 140 veces internacional con España durante los 80, fue la encargada de poner en marcha hace 13 años un proyecto que partió de la nada y que se ha convertido en la medalla más improbable del baloncesto español. "Nadie daba un duro por esta especialidad, era de promoción, no tan profesional. De repente apareció una selección femenina. Ellas se lo tomaron muy en serio, pico y pala, pico y pala... Iban ganando y hace dos años ya fueron campeonas de Europa", contaba a EL MUNDO la presidenta Elisa Aguilar, que vivió la tarde-noche de emociones acompañada por el Rey Felipe VI.
Juana Camilión cambiaba su acento de una forma asombrosa dependiendo de donde proviniera la pregunta. Del castellano impecable al 'vos sabés' cuando un periodista argentino le cuestionó sobre sus raíces americanas y '¡vera!' cuando el compañero balear le recordó su barrio de El Molinar. "Ya puedo decir que he ganado una medalla olímpica. Te lo digo, pero mi cerebro no lo procesa", pronunciaba la más joven del equipo (25 años), una tiradora que nació en Mar del Plata pero se crio en Palma.
El Rey Felipe VI, durante la final.YOAN VALATEFE
A Pepita, la cocinera del comedor de su escuela, le llamó la atención aquella niña morena y le instó a probar en el Club Bàsquet Molinar del que era ella entrenadora. Fue un flechazo. Pronto empezó a jugar siempre con las de un año más, debutó en Liga Femenina 2 y se marchó a seguir forjándose a EEUU, donde estudió y jugó en la Universidad de Iona -cursó un Máster en Relaciones Públicas-, hasta su vuelta a España, para firmar el año pasado con el Estudiantes, donde sigue jugando.
"Nos sabe a oro. Mucha gente no confiaba en nosotras", explicaba la autora de dos 'dobles' que hicieron soñar con el oro contra Alemania. Ni le impresionó tener en primera fila a Pau Gasol, Nowitzki o Melo Anthony -"si les miraba mucho se me iba la cabeza"- y que reivindicaba una especialidad que le ha cambiado la vida. "Esperemos que explote el 3x3. Nos están diciendo que se ha estado siguiendo muchísimo. Lo hemos notado en las redes. Esto es emoción pura. Es euforia, es adrenalina, es disfrute, me encanta. Si pudiera dedicarme a esto...", decía.
Sandra Ygueravide, héroe de la semifinal contra EEUU, es la veterana del grupo, quizá la jugadora de las cuatro que más impacto ha tenido en el 5x5, aunque no ha dejado de 'currarse' una carrera llena de obstáculos. La valenciana, que estudió Periodismo -su padre ejerció en EL MUNDO en Alicante, Málaga y Valencia y ella llegó a ser becaria de Deportes- se tuvo que buscar la vida fuera de España, trotamundos por Turquía, Francia o Rusia. Hasta que llegó el 3x3 y se convirtió en la mejor jugadora del mundo de la especialidad. Pero tenía una espina enorme. A Tokio no pudieron acudir por una canasta en el último segundo. A sus casi 40 años, casada con Carlos Martínez -entrenador y preparador personal de muchas estrellas, entre ellos Santi Aldama-, sigue jugando en el Girona.
Junto a ella, Vega Gimeno es otra de las pioneras de una especialidad que merece nombrar a otras jugadoras que fueron clave en el pasado como Aitana Cuevas, Paula Palomares o Marta Canella. En mayo puso punto y final a su carrera a sus 33 años. "Es una reivindicación. Cuando empecé con esto no era ni disciplina olímpica. Me siento muy orgullosa de haber evolucionado junto al 3x3 durante más de 10 años. Es un colofón tremendo esta medalla", reflexionaba anoche una jugadora que fue estrella en categorías inferiores (plata en el Mundial sub 19, entre otras medallas), que tiene su carrera en Ciencias Ambientales y que con su polivalencia y dureza ha sido fundamental en estos años de desarrollo de la especialidad.
Las jugadoras de la selección 3x3, en La Concorde.Pilar OlivaresMUNDO
"He apostado mucho por el 3x3. Y ha alargado mi carrera deportiva, eso seguro. Me ha hecho mejor jugadora en el 5x5. Ese amor por el baloncesto que vas perdiendo, apareció el 3x3 y me reenganchó como si tuviera 15 años. La adrenalina, el amor por formar parte de algo tan bonito. Me ha hecho muy feliz", admitía la también valenciana, que llegó a disputar un partido con la absoluta de 5x5, realmente emocionada.
Y por último, Gracia Alonso de Armiño, la mujer milagro. La jugadora que se le ocurrió lanzar de espaldas sobre la bocina para meter a España en los Juegos en el clasificatorio de Debrecen. Una enfermera de Bilbao que se fue a estudiar a EEUU y que comparte rocambolescos orígenes con Manu Ginóbili -el segundo apellido materno del argentino es idéntico, procedente de sus antepasados españoles, que residían en la misma zona de la provincia de Burgos-. Cuando terminó su periplo en la Universidad en Tennessee se aventuró una temporada en Suecia y después volvió a Madrid con el Canoe, donde «nadie me conocía».