Medios locales aseguran que ha muerto a causa de un episodio epiléptico que sufrió de madrugada.
A la izquierda, Garly Sojo.MIGUEL GUTIERREZEFE
El jugador de baloncesto venezolano Garly Sojo, que participó este año en el Mundial celebrado en Asia, ha muerto este viernes en Caracas con solo 24 años, según informan las autoridades deportivas del país caribeño.
La Federación Venezolana de Baloncesto (FVB) confirmó la noticia a través de X (antes Twitter), donde recordó que el joven, que ganó medalla de plata en los Juegos Panamericanos Santiago 2023, formaba parte de la selección nacional.
“Garly nos acompañó en el Preolímpico 2021, en los clasificatorios al Mundial, en la Copa del Mundo 2023 y en los Juegos Panamericanos Santiago 2023”, dice el comunicado de la FVB, en el que se describe a Sojo como un “extraordinario ser humano con gran proyección en el baloncesto”.
Asimismo, la Federación Internacional de Baloncesto (FIBA) lamentó la muerte del joven, a quien consideraba un “prometedor alero” que cerró su participación en el Mundial -disputado en Filipinas, Japón e Indonesia- con un promedio de 12.4 puntos.
Por su parte, el mandatario venezolano, Nicolás Maduro, publicó un mensaje de “solidaridad y apoyo a los familiares, amigos y habitantes” de Caricuao, la barriada caraqueña en la que residía y falleció el deportista, conocido en el país como “La perla”.
Varios clubes de fútbol, equipos de béisbol, federaciones deportivas y basquetbolistas han publicado mensajes de condolencias en las redes sociales, muchos de los cuales coinciden en lo “inesperado” del suceso.
Aunque las autoridades no han explicado la causa de la muerte, medios locales aseguran que ha muerto a causa de un episodio epiléptico que sufrió de madrugada.
«No lo pensé mucho. Sólo publiqué una foto de los dos juntos». El pasado 7 de diciembre, el brasileño Joao Lucas Reis da Silva subió a Instagram un selfie frente a la playa de Copacabana de Río de Janeiro junto a su novio, Guilherme Ricardo, con un mensaje sencillo: «Feliz aniversario. Feliz vida. Te amo muito». Un hecho corriente: un joven felicitando a su pareja. Un hecho histórico: el primer tenista en activo que hace pública su homosexualidad.
Sólo unos minutos después de su Stories, Reis da Silva, actualmente el 367 del ranking ATP, recibió el apoyo de leyendas del tenis, como Billie Jean King, activista LGTBI y de famosos de su país como el cantante Lulu Santos, protagonista de los últimos Latin Grammy. «No lo esperaba. Pensé: 'Voy a escribir algo a Guilherme'. Y después, de repente, ¡boom!», explicaba Reis da Silva a 'The Athletic' en su primera entrevista tras el tsunami. De ser un completo desconocido incluso en el tenis a aparecer en los medios de comunicación de todo el mundo. ¿Cómo lo lleva?
Una victoria después de la publicación
«No tengo ningún problema. Sé que voy a recibir mucha atención, ahora soy el mejor tenista gay de la historia. Pero no quiero hablar sobre ello todo el rato», reclamaba el tenista a quien la atención realmente ha sentado bien. El pasado domingo ganó su primer torneo desde el anuncio, el Procopio de Sao Paulo, una especie de clasificatorio para el ATP 500 de Río de Janeiro del año próximo. De 24 años, Reis da Silva empezó a jugar en su ciudad, Recife, siguiendo los pasos de su hermano mayor, a los 13 años se mudó a Sao Paulo para entrar en una academia y a los 18 años vivió el que seguramente sea su mejor momento en una pista de tenis.
Clasificado para el Roland Garros junior, venció en los exteriores de la Philippe Chatrier al argentino Juan Manuel Cerúndolo -el hermano de Francisco- y cayó eliminado en segunda ronda. A partir de entonces, su carrera ha sido una concatenación de torneos Challenger en Sudamérica, con tres finales disputadas como mejor resultado, siempre fuera del Top 200 del ranking mundial. Después de un periodo de lesiones, el año próximo intentará ganar su primer partido en ATP -ha jugado dos veces en el ATP 500 de Río con dos derrotas en primera ronda- y seguir escribiendo su historia.
Sin precedentes en el tenis masculino
Pese a que en el tenis femenino ha habido numerosas campeonas que han declarado ser homosexuales, como la propia Billie Jean King, Martina Navratilova o Amelie Mauresmo, en el tenis masculino el muro todavía es alto. En los años 40 el número uno Bill Tilden fue detenido acompañado de un joven -era delito en Estados Unidos- y posteriormente, jugadores de ranking modesto como Bobby Blair, Brian Vahaly o Francisco Rodríguez han hablado de su sexualidad una vez retirados. Pero ningún Top 100 en activo ha dado el paso.
«Un solo tenista de entre los mejores puede abrir la puerta a los demás», analizaba Reis da Silva en The Athletic, donde también relataba su experiencia en los vestuarios. «Alguna vez he escuchado comentarios que me molestaban, pero cuando empecé a explicar a todo el mundo que soy gay esos comentarios de mierda desaparecieron. Al haber una persona gay cerca tenían que ser más respetuosos», aseguraba Reis Da Silva que pasará la Navidad con la familia de su novio, conocido actor en Brasil.
«El 99,9% de los comentarios que he recibido son positivos. Cuando yo tenía 15 o 16 años me costaba aceptarme y ahora mucha gente me dice que les estoy ayudando a eso, que me admiran, que les inspiro. Es un gran honor», finalizaba el tenista que el pasado 7 de diciembre hizo historia con un gesto rutinario: publicar en Instagram una felicitación a su pareja.
«¿Lo coges tú mismo?», le preguntaba John Newcombe, ganador de cinco Grand Slam, y Jannik Sinner sostenía el trofeo del Open de Australia, lo mostraba a los aficionados para que echaran un vistazo, lo levantaba muy levemente y ya está. A otra cosa. Cuando acabó la ceremonia, tuvo que ir alguien de la organización a pedirle que repitiera la celebración y que la exagerara un poco porque los fotógrafos se habían quedado a medias. Nunca hubo un campeón tan discreto.
«Los partidos pueden durar entre tres y cinco horas: ese es el tiempo del día en el que sé que tengo que estar concentrado. Fuera de la pista, en cambio, pasan cosas que nadie conoce», explicaba Sinner, siempre tan enigmático. En la pista y fuera de ella, sus golpes, sus movimientos y sus gestos son indescifrables e invitan a pensar qué se esconde detrás. ¿Qué piensa? Ganador de tres Grand Slam a los 23 años, Sinner ha abierto una era de dominio del tenis sin mostrar al mundo sus secretos.
Su carácter
Y posiblemente ese hermetismo sea uno de sus puntos fuertes. «No puedes leer lo que le pasa por la cabeza y eso te destroza los nervios», analizaba en la previa John McEnroe en conversación con EL MUNDO y en la final de ayer en Melbourne sus palabras se convirtieron en imágenes. Desde el primer set, Alexander Zverev mostraba su frustración ante un rival tan inaccesible y Sinner, en cambio, nada. Incluso en el tie-break del segundo set, el momento más tenso del partido, el número uno mantuvo la misma cara. Al final, 6-3, 7-6(4) y 6-3.
ADRIAN DENNISAFP
En realidad, Zverev, de padre ruso, parecía menos alemán que Sinner, criado en los Alpes en la frontera entre Italia y Austria. Ni una comunicación con su equipo, ni un renuncio ni tan siquiera un grito de celebración. Si hubo algún «¡Come on!» fue de Zverev. Más allá de los temblores en cuartos de final o de los calambres en semifinales, Sinner fue un muro durante todo el torneo.
Su juego
Su tenis también se lo permitió. La velocidad de su derecha le otorga mucha seguridad y en el resto de juego tampoco se observa un punto débil. Su revés, especialmente el cruzado, es difícil de responder. Sin ser quien saca más rápido, es letal al servicio: ayer no concedió bolas de break y sólo perdió nueve puntos con los primeros. Y si antes sufría en la red con la volea, ahora ya no lo hace. Si acaso le falta un punto de creatividad, como se observa en otras superficies, especialmente en tierra batida, pero en pista rápida no le hace falta.
«Te lo mereces, Jannik. Eres demasiado bueno. Es así de simple. Nadie se merece más este trofeo. Creo que estoy haciendo un buen trabajo, pero no soy lo suficientemente bueno», reconocía Zverev después de la final como habían hecho los adversarios anteriores, especialmente un Álex De Miñaur hundido en cuartos.
Su equipo
Ante el australiano, de hecho, sí se vio la necesidad que Sinner tiene de estar en contacto con su equipo, apoyado cuando hay dudas. Cuando el calor casi le noquea, la ayuda de los suyos le salvó. El italiano lleva con Simone Vagnozzi desde los 14 años, pero la llegada hace dos temporadas de Darren Cahill fue clave. Ex técnico de Andre Agassi, Lleyton Hewitt y Simona Halep, le ha dado confianza y ha aportado variedad en su juego.
Vincent ThianAP
«Ha madurado muy rápido. Los tenistas viven una vida fantástica, pero necesitan una mente muy trabajada para aguantar la presión», alababa Cahill hace unos días a quien además ha tenido suerte con los cambios. Después de su positivo en un control antidopaje, Sinner despidió a su preparador físico y su fisioterapeuta, Umberto Ferrara y Giacomo Naldi, y los recién llegados a sus puestos, Marco Panichi y Ulises Badio, que anteriormente habían trabajado con Novak Djokovic, han encajado.
El sistema
En su futuro, de hecho, sólo queda la duda sobre ese positivo A mediados del próximo mes de abril, el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) resolverá la apelación en la cual la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) reclama entre uno y dos años de sanción. La ATP aceptó los argumentos Sinner -su antiguo fisio, Naldi, había utilizado una pomada prohibida- y lo exculpó, pero la AMA no fue tan crédula. «No estoy pensando en eso ahora, intento disfrutar del momento», revelaba ayer Sinner.
Un castigo rompería su racha y su dominio actual del circuito, pero su caso revela igualmente su poder en el tenis. Como primer número uno italiano ahora mismo lo tiene todo a su favor. Si años atrás el poder era anglosajón, ahora es transalpino con Andrea Gaudenzi como presidente de la ATP y Massimo Calvelli como director ejecutivo.
Tienen los clásicos un aroma a partido añejo, histórico, como su propio nombre indica. Por ello el Comité Técnico de Árbitros ha recurrido a un colegiado con esas características para afrontar la final de Copa del Rey en La Cartuja entre dos transatlánticos que magnificarán cada posible error de un equipo arbitral que parte con un líder respetado dentro de su colectivo. Y la historia de Ricardo De Burgos Bengoetxea (Bilbao, 1986) está a la altura.
Tenía cinco años cuando su tío Francisco le pidió a Adolfo Suárez que no se moviera de su escaño. Era un 23 de febrero de 1981 y este cabo fue uno de los que participó en el frustrado golpe de Estado del teniente coronel Antonio Tejero. Su hermano, Ernesto De Burgos Núñez y padre de Ricardo, fue árbitro profesional entre 1976 y 1982. El joven decidió obviar el subfusil y el puro que llevaba su tío en aquella negra fecha y, con buen criterio, eligió agarrar el silbato y seguir la carrera de su padre, que llegó a arbitrar hasta 69 partidos en Primera División. El trencilla le sigue llamando tras cada partido para tranquilizarle y explicarle cómo ha salido todo.
De Burgos Bengoetxea ascendió a Primera División en 2015 y lo hizo junto a José María Sánchez Martínez, curiosamente dos de los mejores árbitros actualmente de LaLiga EA Sports, aunque De Burgos no esté entre los cinco que hay en el grupo Élite de UEFA y sí el murciano. Llegó tras arbitrar dos temporadas en Segunda B (26 partidos) y cuatro en Segunda (86 duelos) hasta el ansiado Levante - Celta del 23 de agosto de 2015 en el que debutó oficialmente en la máxima categoría.
Si ese fue uno de sus mejores momentos con el silbato en la mano, uno de los peores se produjo en su primer clásico. El colegiado expulsó a Cristiano Ronaldo en la final de la Supercopa de España de 2017 tras un forcejeo con Umtiti. Le mostró la segunda amarilla tras haberle sacado otra por celebrar un tanto sin camiseta. Admitió en una entrevista que "fue un momento complicado" y que le costó "volver a salir al campo", pero que esa experiencia le ha hecho más fuerte en su profesión.
Su turno
Para el CTA era el turno de Richi, como se le conoce cariñosamente, puesto que, aunque debió pitar la final del año pasado, al haberse colado el Athletic, no pudo hacerlo al pertenecer al colegio vasco. La eliminación de la Real allanó un camino que tanto Luis Medina Cantalejo como el Comité técnico lo tenían claro, pese a los rumores de que este encuentro sería para César Soto Grado. Desde el CTA hay "gran confianza" en un colegiado de carácter "dialogante" que ha sacado partidos muy complicados en los últimos años "con gran nivel".
De hecho, De Burgos es el que tiene que afrontar el famoso derbi sevillano en el que lanzan un palo a Joan Jordán y también el encuentro en el que Vinicius recibe los insultos racistas en Mestalla, en el que el brasileño termina expulsado.
No hay corporativismo
El vasco califica a los árbitros como el equipo número 21 de LaLiga y es completamente contrario al corporativismo que, dicen, existe entre los trencillas. "Yo quiero que me corrijan si me he equivocado", expresó en una entrevista previa respecto al uso del VAR y la polémica y la desconfianza que genera en cada jornada. Aunque ninguna como la del caso Negreira del que asegura es lo "que más daño" ha hecho a su colectivo.
Fan del parchís y de tomar alguna que otra cerveza con los amigos y compañeros cuando la temporada lo permite, éste será el tercer clásico que arbitre en sus 10 años en Primera División. El primero, pese a la expulsión de Ronaldo, se lo llevó el Real Madrid y los dos últimos, otra final de Supercopa en 2023 y uno de liga en la misma temporada, fueron para el FC Barcelona.
Es, sin embargo, el Atlético de Madrid el equipo al que más veces ha pitado, 34. Mientras que el Barcelona es el tercero con 31 y el Real Madrid es sexto con 25 de los 380 partidos en los que ha estado en el campo. El balance de los culés con De Burgos son de 25 victorias, un empate y cinco derrotas mientras que los blancos están en 17-4-4. Internacional desde 2018, ya ha dirigido algún partido de la Nations League, pero le falta rematar con algún gran torneo.