Miguel Indurain: “No juego a imaginarme en el pelotón actual”

Miguel Indurain: "No juego a imaginarme en el pelotón actual"

Entrevista

Actualizado

El navarro, leyenda del ciclismo español, reflexiona en EL MUNDO sobre el revolucionario presente de su deporte. “El espectáculo del ciclismo ha cambiado. En mi época, con 280 kilómetros de etapa, no podías atacar de salida”, afirma

Miguel Indurain.PATXI CORRALARABA PRESS

Pasaron 27 años de aquel verano imperecedero de 1996, del abrupto ocaso del tipo que borró de un plumazo todos los complejos de un país con ese Tour de Francia que Miguel Indurain (Villava, Navarra, 16 de julio de 1964) tiranizó durante un lustro. El hombre tranquilo que se bajó a los 32 años de la bicicleta durante la 13ª etapa de la Vuelta, ese pie a tierra en el hotel Capitán de Cangas de Onís para no volver jamás, sigue siendo el hombre tranquilo. Apenas se prodiga en los medios, aunque charla fuera de grabadora con cercanía y educación. Es incapaz de decir que no a un selfie, aunque no pueda avanzar estos días por Bilbao en la Grand Depart sin que nadie le pida uno. ¿Y la bici? “Sigo montando cuando tengo tiempo. Hago mis kilómetros, participo en eventos, pero no tengo plan de entreno ninguno. Eso ya lo pasamos hace muchos años”, concede a EL MUNDO unas semanas después de completar la Titan Desert con el equipo Kosner – Saltoki Home y de destinar un euro por cada kilómetro recorrido a la labor de su buen amigo Juan Carlos Unzué para la investigación por la ELA.

¿Cómo ve ahora las carreras?
Las sigo viendo, es algo que me gusta, pero no juego a imaginarme en el pelotón actual. Eso ya lo pasé. Lo sigo como aficionado.
¿Cree que estamos, como dicen, en la edad dorada del ciclismo?
Hay que venderlo y tal, pero hemos tenido muy buenas épocas en el ciclismo. Antes, con otros corredores y otro tipo de esfuerzos. Ahora con estos. La verdad es que ha habido un cambio generacional, con gente muy joven, y cuando has estado mucho tiempo oyendo hablar de los mismos corredores, igual te estabilizas. Todo eso revoluciona un poco el ciclismo. La juventud de los de ahora ha cambiado el concepto, pero hemos tenido muy buenas épocas y buenos campeones.
¿Son más agresivos ahora, corren más al ataque?
Es que era otro esfuerzo diferente. Ha cambiado la televisión y los medios. Hoy en día es todo más rápido. Antes había etapas de seis u ocho horas, eran más largas. Ahora la televisión marca que tienen que ser más cortitas e intensas y los corredores se han adaptado a ese tipo de esfuerzos. El ciclismo ha cambiado, el espectáculo ha cambiado.
¿Quién es el que más le emociona?
Vingegaard, Pogacar, Evenepoel, Van Aert… son buenísimos. Me llama la atención que sean tan completos. Hacen ciclocross, sprints, montaña, contrarreloj… Yo hice pista y algo de ciclocross, pero más para dominar el medio, como entretenimiento para pasar los meses de invierno, no a un nivel alto como ellos. Pero a mí me gustan más los de mi estilo, grandes. Me identifico más con ellos que con los que ganan. Seguía a Dumoulin, que se ha retirado. Ahora, Arensman.
Van Aert también estaría en esa lista.
Yo no tenía esa punta de velocidad. Lo que tiene Van Aert es un buen motor, un físico privilegiado y al final domina lo que quiere. Su forma de correr es así, pero si se regulase, también podría optar a las generales. Pero su estilo agresivo no le permite dosificar para muchos días. De cara al Tour creo que va a buscar apoyar a su equipo, llevando la jefatura. Y ganando etapas.
¿Pogacar o Vingegaard?
Pogacar ha empezado joven, lleva una gran trayectoria en el Tour. A ver cómo llega este año con la lesión, que es difícil para un ciclista y mentalmente también le puede afectar. Pero, por calidad y por forma de correr, es favorito. Vingegaard ha ido de menos a más. Tiene un gran equipo y se defiende bien en todos los terrenos. Parece que no, que no, que no, pero al final camina en todos los terrenos. Es más escalador. Tiene que confirmar lo que hizo el año anterior.
¿Enric Mas o Mikel Landa?
Enric en gran corredor, se defiende bien en todas las disciplinas, pero la falta un poco la confianza. El día que consiga una victoria, ahí va a ser su explosión. Y Mikel es capaz de lo mejor y cuando esperas mucho de él, se viene abajo o tiene alguna caída. El Tour sale de su casa, tiene la responsabilidad de hacerlo bien.
Lo que ya no hay son contrarrelojs como las de su época.
Muy pocas, quedan muy pocas. Y las que hay son cortitas. Eso también ha cambiado, como las etapas de montaña, que antes eran de 280 kilómetros, todo más agónico, un tipo de esfuerzo de aguantar y de llevar un ritmo. Claro, con 280 kilómetros de salida, no podías atacar. Ahora son 140, 160… A veces 100. Entonces, se puede atacar de salida.
Indurain lo tendría más difícil ahora.
Pero te adaptabas al recorrido. Cada año cambiaban y tú entrenabas y te preparabas de diferente forma. Hombre, por mi peso, estos repechos tan duros que hay ahora, del 25 o el 27%, ahí sí pasaría más dificultades.
LUIS TEJIDOEFE

¿Envidia los avances en tecnología, alimentación…?
Pero en nuestra época también todo cambiaba y evolucionaba mucho. Ahora se ha perfeccionado, pero los pedales automáticos, las bicis de contrarreloj, los cambios arriba en el manillar… todo eso es de nuestra época. Ahora son electrónicos, más sincronizados, 12 velocidades… Ante se usaba acero, ahora carbono. Y seguirá evolucionando, hay que ir con la tecnología. Eso sí, ahora tienen mucha información y datos, todo medido lo que tienen que comer, antes ibas un poco por sensaciones.
Cuando oye la palabra watio, ¿qué se le viene a la cabeza?
Es algo que no he vivido. Al final son datos. Si te conoces, al final, no creo que tener esa información hubiera cambiado tanto mi forma de correr… Hombre, yo me cogía unas pájaras… En el Giro, en el Tour. Ibas a tope y no controlabas mucho el esfuerzo, te metías en carrera y no tenías esa información. Y reventabas. Me pasó a mí y le pasaba al resto de rivales. Era algo que formaba parte de nuestra forma de correr. En el noventa y tantos llegaron los pulsómetros y ya tenías un poco de información, pero solía coincidir con las sensaciones que tú tenías.
Tampoco había geles ni nutricionistas.
No había geles, pero ya empezaban también entonces. Unas pastillitas de glucosa, sales… Pero no tenía nada que ver. Evolucionamos de la comida de antes a los hidratos de carbono, la pasta, los mueslis… Yo llevaba bocadillos que preparaban el mecánico y los masajistas el mismo día. Si hacía más frío llevabas un tipo de comida y si hacía calor, otro. Ahora va todo pautado y tiene que ver también con la ausencia de pájaras. Pero también tienen que entrenarlo para que no les siente mal. Es llevarlo todo al límite.
Se retiró con 32 años recién cumplidos. Viendo la longevidad actual de los deportistas, ¿se arrepiente?
Ahora Sagan se retira con 33, Dumoulin con 31. Depende. Unos aguantan y otros se retiran. En mi época Zoetemelk ganó con 42 el Mundial, casos extremos siempre ha habido. Yo empecé muy joven. Y acabas saturado física y mentalmente de lo que estás haciendo. Merckx e Hinault se retiraron a una edad parecida a la mía. Es verdad que ahora se conocen más y se dosifican los esfuerzos, las recuperaciones, las lesiones también se llevan de otra forma. Todo hace que las carreras deportivas sean más largas.
¿Pero se ha llegado a arrepentir alguna vez?
Nunca, en ningún momento. Yo los años que hice los hice a tope. Por suerte, no tuve ninguna lesión que me parara ningún año. Fue todo seguido, hice muchos kilómetros. Al final acabas saturado.
¿Cuál es el momento de su carrera que más recurrentemente se le viene a la cabeza?
He tenido buenos momentos. Pero la llegada a París en el 91 con mi primer Tour, eso es inolvidable. Ya había llegado con Perico de líder en el 88, pero ahora el protagonista era yo. Es con lo que sueñas desde chavalillo, ganar un Tour, aunque lo veas lejano. Ese momento fue el más intenso de mi carrera deportiva.
¿Cree que su dominio minimizó la magnitud de sus rivales?
Igual los dominé en el Tour, en los Giros, en las Vueltas por etapas. Pero luego Bugno consiguió dos o tres mundiales, que yo no logré ninguno. Era una pelea intensa. Yo no gané casi clásicas.
¿Quién de todos ellos fue el que le llevó más al límite?
Uf, todos. Rominger en su época, Bugno era muy bueno… Chiapucci era incómodo, Zulle, Jalabert, Jaskula, Mejía. Rominger quizá fue al que más temí. Era muy completo, en contrarreloj, en montaña. Pero llevaba mal el calor, en el Tour lo pagaba bastante.

kpd