Fútbol femenino
La Federación se justifica con el protocolo, el exceso de aforo institucional y la infraestructura del campo, pero Tebas dice que los “valores” de Rubiales “son de boquilla”
Final de la Supercopa de España Femenina. Real Sociedad 0 – Barça 3. Comienza la ceremonia de entrega de trofeos. La capitana del equipo culé, Marta Torrejón, sube al palco de autoridades para a recoger la Copa, que le entrega en mano el presidente de la Federación Española de Fútbol, Luis Rubiales. Sin embargo, nadie pone las medallas a las campeonas y subcampeonas. En su lugar se produce una especie de ‘self-service’ deportivo. Una a una las van recogiendo de unos estuches en una mesa instalada al borde del césped del Romano José Fouto de Mérida, en presencia de una empleada de la Federación. Algunas se las ponen solas, otras bromean condecorándose unas a otras.
La recogida es grabada por un aficionado y las imágenes no tardan en correr por las redes sociales. Son calificadas de “machistas” y “vergonzosas”, y se desata la polémica. “¿Qué ha ocurrido aquí? ¿Habría pasado algo así con el equipo masculino?”, saltó en Twitter la que fuera presidenta del Consejo Superior de Deportes, Irene Lozano. De hecho con el equipo masculino, en la final jugada en Arabia Saudí el pasado 15 de enero, fue el propio Rubiales el que fue poniendo todas las medallas, tanto a los jugadores del Barça, como a los del Real Madrid.
Enseguida sobrevuela una supuesta explicación, o más bien castigo. En el palco se encontraba junto a Rubiales el seleccionador nacional, Jorge Vilda, por el que hasta 15 jugadoras, en su mayoría presentes ayer en la final, renunciaron a volver al equipo el pasado mes de septiembre, por afectar a su “estado emocional, personal y rendimiento”.
La RFEF no tardó en salir a desmentirlo tirando de reglamento, al tiempo que culpaba al estadio y al exceso de aforo institucional: “De acuerdo con los protocolos de premiación de la RFEF, y teniendo en cuenta tanto el elevado número de representación institucional, así como las infraestructuras para el acceso al palco desde el césped del estadio, el departamento de Protocolo decidió activar la ceremonia de entrega en el palco de la misma manera que se lleva cabo en la Copa del Rey: entrega de la Copa a la capitana del equipo campeón y entrega de medallas al equipo vencedor en césped/vestuario”.
Lo cierto es que las medallas no se entregaron en el césped ni el vestuario, sino entre los banquillos. Y tampoco se entregaron, sino que las fueron cogiendo ellas mismas de dos estuches. La Federación Española añade: “Se trata de la misma ceremonia de premiación que se llevó a cabo en la última edición de la Supercopa Femenina en 2022″.
Sin embargo, en la Copa de la Reina 2022, jugada en mayo y bajo el mismo protocolo, sí se entregaron, con el Barça también como campeón tras vencer al Sporting de Huelva.
Desde la Federación imputan a los propios clubes la gestión este momento, que son ellos quienes deciden el quién y el cómo. Incluso si quieren que el presidente de la Federación haga los honores. Pero al presidente de la Liga, Javier Tebas, tras casi 24 horas de polémicas, no le han servido las explicaciones de Rubiales, con quien no guarda precisamente la mejor de las relaciones. En sus redes sociales se hizo eco del tuit de Irene Lozano y apostilla: “Esto pasa cuando los tan repetidos Valores son de boquilla, bien queda cosméticos … y no se cree en ellos”.
Pero lo cierto es que con los equipos masculinos no siempre hay ceremonia de entrega de medallas. Sin ir más lejos, en la final de la Copa del Rey del año pasado, con victoria para el Betis, fueron los propios miembros del staff verdiblanco los que se encargaron de repartirlas. Y en 2021, con victoria para el Barça, se hizo de forma privada y desorganizada en el vestuario. De ahí que en las imágenes con la Copa hubiera jugadores con medalla y sin medalla.