Open de Australia
El número dos del ranking llega al Open de Australia tras completar una preparación excelente, según su equipo. «Juan Carlos [Ferrero] le decía de broma: ‘Joder, has madurado’», dice Cascales, uno de los técnicos
El pasado 9 de diciembre, al finalizar el Puente de la Purísima, Carlos Alcaraz se reencontró con su entrenador, Juan Carlos Ferrero, y el resto de su equipo en la Academia Equelite de Villena para empezar la pretemporada. Venía del mejor año de su vida, con título en Wimbledon y semifinales en Roland Garros y US Open; venía de unos días con la familia en Murcia y unas vacaciones en México, al sol de Los Cabos. Hasta este martes, cuando debutará en el Open de Australia ante Richard Gasquet, quedaban cinco semanas así que podía trabajar de menos a más, piano piano, sin prisas. Pero en esos primeros días de preparación la intensidad de Alcaraz sorprendió a todos.
«Juan Carlos le decía de broma: ‘Joder, has madurado’. Le hemos visto muy, muy puesto. Ha hecho su mejor pretemporada, muy, muy buena, super centrado, muy enfocado en el trabajo», revela a EL MUNDO Antonio Cascales, entrenador de Ferrero durante toda su carrera y ahora parte del equipo del número dos del ranking mundial, que llega a Melbourne como nunca.
Sin partidos oficiales desde el 18 de noviembre, cuando cayó en semifinales de las ATP Finals ante Novak Djokovic, Alcaraz ha tenido tiempo para predisponer su físico y para limar aspectos técnicos antes de encarar el año. Como se pudo ver en las distintas exhibiciones -la última ante Casper Ruud, el viernes-, ha seguido mejorando su mecánica de servicio, ha variado su colocación en el resto y ha elevado su «consistencia”. «Es lo que más le ha pedido Juan Carlos estas semanas de pretemporada. Sin perder su velocidad y su fuerza, debe ser más consistente. Si antes podía meter tres bolas seguidas cerca de la línea, que ahora meta cuatro o cinco. Eso le hará mejorar en cada punto, ser todavía más peligroso», expone Cascales que concede que el reto principal de su pupilo en este principio de temporada está en la lista ATP. Vencer en el Open de Australia es un objetivo obvio, innegable, pero Alcaraz sobre todo «quiere intentar volver al número uno del ranking». Y no está tan lejos como parece.
2.200 puntos y un plan
Antes de empezar la competición en Melbourne, Djokovic aventaja a Alcaraz en 2.200 puntos, pero el primer Grand Slam del año debería modificar esa suma. El serbio defiende los 2.000 puntos de su victoria el curso anterior y el español no defiende nada porque no jugó 12 meses atrás. Varias combinaciones podrían llevar a Alcaraz de vuelta a lo más alto de la tabla, aunque todas pasan por una derrota temprana de Djokovic, que empezará el torneo este domingo (no antes de las 09.00 horas) ante Dino Prizmic.
Pase lo que pase, el actual número dos saldrá de Australia más cerca del año pasado y, a partir de ahí, el camino ya es sabido. En febrero volverá a hacer la gira sudamericana de tierra batida, con los ATP 250 de Buenos Aires y el ATP 500 de Río de Janeiro confirmados, en marzo defenderá su título en el Masters 1000 de Indian Wells y sus semifinales en el Masters 1000 de Miami y ya en primavera regresará a Europa. El Trofeo Conde de Godó de Barcelona ya ha anunciado su regreso, por lo que su 2024 será idéntico a su 2023, al menos al principio. Luego ya se verá. Porque otro reto de Alcaraz esta temporada es esquivar el habitual bajón que siempre ha vivido a partir de octubre, después del US Open.
«Este tiene que ser un buen año para él. Ha hecho una gran temporada y en 2023 ya demostró que puede con la presión, con las expectativas. Ahora ya sabe que en determinado momento se queda sin gas y puede trabajar en ello», comenta Cascales sobre el fenómeno que a los 20 años ya se puede plantear metas elevadísimas como, por ejemplo, adueñarse de los cuatro Grand Slam, ya propietario de un título en Wimbledon y otro en el US Open.
Los rivales y la ausencia de Ferrero
A la espera de Rafa Nadal, delante estará de nuevo Djokovic, también su amigo Jannik Sinner,Daniil Medvedev o tenistas pujantes como Holger Rune y a los lados, muchos peligros, como las lesiones o una mala racha. De hecho, esta primera época del año suele ser subrayada por los entrenadores como la más peligrosa por la incertidumbre ante el inicio y las ganas de arrancar con éxito. «Últimamente no pasa tanto, pero el Open de Australia siempre ha sido el Grand Slam con más sorpresas precisamente por eso», analiza Cascales que Alcaraz aún tiene mucho que demostrar en Melbourne.
Más allá de su ausencia el año pasado por culpa de una lesión en la pierna derecha, en sus dos participaciones anteriores tampoco pudo ofrecer su mejor versión. En 2021, con sólo 17 años, ganó a Botic van de Zandschulp en su debut y cayó después ante Mikael Ymer, un tipo tan raro que ya está retirado, a sus 24 años, tras ser suspendido por saltarse controles antidopaje. Y en 2022 venció a Alejandro Tabilo y Dusan Lajovic y perdió en tercera ronda ante Matteo Berrettini.
En el cemento indoor australiano Alcaraz tiene una de sus cuentas pendientes y todo está preparado para que la salde. Si acaso cuenta con un inconveniente: esta vez no le acompaña Ferrero.
Recién operado de la rodilla izquierda, el entrenador estuvo a punto de contradecir las recomendaciones de los médicos y comprarse un billete. Todo el equipo tuvo que insistirle para que descansara. «Juan Carlos estaba cabezón con que quería irse, pero lo mejor es que no fuerce. Que no esté en Australia no es lo mejor, pero con Carlos estará Samuel [López], que lleva con nosotros en la academia toda la vida y es de máxima confianza. Los tres, Juan Carlos, Samuel y yo vemos el tenis igual», apunta Cascales que se subirá al palco de Alcaraz en la gira sudamericana y, desde ahí, seguirá todo el año. En principio, esperan muchas celebraciones. Más después de la «mejor pretemporada» en la vida del actual número dos del ránking mundial.