El francés habló en la previa del Francia-Gibraltar y dejó clara su postura: “Me única opción, por ahora, es quedarme”. “Macron no tiene ninguna influencia en mi carrera”, añadió.
Kylian Mbappé no sale del foco mediático. Ni quiere. El futbolista galo, capitán de la selección francesa, fue el protagonista de la rueda de prensa previa al encuentro entre el combinado nacional y Gibraltar, que se disputará este viernes en Faro, Portugal. Al sur del país luso, el atacante del PSG siguió lanzando dardos al equipo presidido por Nasser Al-Khelaifi. “Hay cosas que me extrañan”, dijo sobre la publicación, esta semana, de la carta que ya había enviado hace meses a la directiva parisina informando de que no activirá la cláusula de ampliación automática del contrato en 2024. “La carta no la envié ahora, hay cosas que me extrañan”, se pronunció. “Y no pienso que una carta mate a alguien, eso me importa poco”, declaró.
Insistiendo siempre en que quería “responder a preguntas sobre el partido“, el delantero fue contestando, con más o menos palabras, a varias cuestiones sobre su futuro, su vinculación con el Real Madrid, su relación con el PSG e incluso sobre Macron, que ayer aseguró que iba a “presionar” a Mbappé para que se quedara en París. “No tiene ninguna influencia en mi carrera. Quiere que siga, por lo que creo que vamos por el mismo camino”.
Mbappé volvió a repetir los mismos argumentos que había utilizado en sus redes sociales. “Mi única opción, por ahora, es seguir en el PSG. Es mi único objetivo”, respondió, con un “por ahora” que ha vuelto a despertar infinidad de especulaciones.
Los periodistas le intentaron sacar alguna frase más, pero terminó la rueda de prensa con cierta ambigüedad: “Yo lo acepto todo. Pueden criticar, soy joven y hay cosas que en la vida no se entienden y lo siento por eso. Sé lo que he dicho y no me importa lo que diga la gente”, dijo, antes de finalizar explicando por qué tenía que salir a rueda de prensa: “No quiero huir. Tenía que asumir la responsabilidad y no esconderme”
La NFL ganó 23.000 millones de dólares el año pasado, cuatro veces más que la Liga y la Premier Aunque muchos de ustedes no la sigan, se trata de la competición con mayores ingresos del mundo. Más que la NBA o la MLB de béisbol (11.000). Nadie se le acerca. Y la NFL, ocupando el trono millonario del deporte desde Estados Unidos, quiere crecer y expandirse. Ha celebrado partidos en cinco países extranjeros (Reino Unido, Irlanda, Brasil, Alemania y México) y llega ahora a España, al Santiago Bernabéu, donde se dejará dos millones, cifra irrisoria viendo su bolsillo, para transformar el coliseo del Real Madrid en el gran show del deporte americano.
Este domingo, los Miami Dolphins y los Washington Commanders disputarán uno de los partidos de la jornada 11 de la temporada regular. Allí utilizan el término 'semana', pero mantengamos la tradición. Este curso, la liga ya ha tenido encuentros en Sao Paulo, Dublín, Londres (dos en el estadio del Tottenham y uno en Wembley) y Berlín, y el modus operandi de la organización norteamericana es siempre el mismo: la NFL no se adapta al entorno, sino que convierte el entorno en su propia casa. Eso hará con el Bernabéu.
Para saber más
La transformación será total en el campo, en la grada, donde desaparecerán los escudos del Madrid, y en el interior. El césped del coliseo blanco mide 105 metros de largo, mientras que los de la NFL se van hasta los 109 (120 yardas). 100 yardas de 'juego' y 10 en cada extremo, donde se sitúan las zonas de touchdown. Ahí, la organización ha ganado metros a las gradas del Fondo Norte y Sur quitando filas de asientos.
En los laterales también se están realizando modificaciones. Olvídense de los banquillos que suelen ver en el fútbol. En la NFL, los equipos se sitúan cada uno en una banda del terreno de juego, en todo lo ancho. Son 53 jugadores y decenas de asistentes, el triple que una plantilla de 'soccer'. La ventaja en este sentido es que el ancho en la NFL es más corto que en el fútbol y no serán necesarias obras en las primeras filas de los laterales, aunque sí se han realizado modificaciones en los túneles que van al vestuario.
Vestuarios y salas de prensa
De nuevo, olvídense de la imagen futbolera. Las plantillas no saldrán por las escaleras que suelen utilizar el Madrid y sus rivales, sino que se han creado dos zonas en ambas esquinas de los banquillos para que los jugadores y los entrenadores salgan desde los vestuarios con más espacio y comodidad. Además, algunos de los miembros del cuerpo técnico se colocarán en las cabinas de televisión para seguir el partido desde lo alto. Unas obras que han obligado a cerrar el Tour del Bernabéu de jueves a domingo.
Para que esos 53 jugadores se cambien y se duchen, se han ampliado los vestuarios y se ha colocado una nueva sala de prensa en la sala donde se realiza la zona mixta, ya que cada equipo usa una sala de prensa diferente. Hasta eso ha transformado la NFL, que no quiere que el día a día de las franquicias lejos de sus fronteras sea diferente al de 'casa'.
La 'fan zone' de los Dolphins, el jueves en Madrid.EFE
En el interior, el Museo Bernabéu ha dejado espacio al Museo de la NFL, una serie de rincones por todo el estadio en los que los aficionados podrán conocer equipaciones históricas y reliquias de la liga.
El Madrid, a través del departamento que se encarga del estadio, denominado ya 'Bernabéu', también ha cedido gran parte del espacio de la tienda oficial para que la NFL venda ahí todo su merchandising, no sólo de Miami y Washington, sino de todas las franquicias de la liga.
Una 'mini Super Bowl'
En lo alto del estadio ya no estará el escudo del conjunto blanco, sino que gobernará el techo del Bernabéu la bandera de España, la de la NFL y la de Estados Unidos, cuyo himno sonará en la previa. En el descanso habrá una actuación estelar de Daddy Yankee y Bizarrap, intentando imitar el show de una Super Bowl. No en vano, los responsables de la liga ya dejaron claro en este periódico que querían «hacer una mini Super Bowl en el Bernabéu». Ese espectáculo deportivo y cultural es lo más conocido de la NFL fuera de sus fronteras, y no podía faltar en el partido de Madrid.
Al hilo de la actuación, los operarios han trabajado esta semana instalando diferentes paneles para tapar algunas zonas de lo alto del estadio para tratar de reducir el ruido exterior para evitar problemas con los vecinos, que denunciaron al Madrid por pasar los niveles de decibelios permitidos en la zona. La hora del partido (15:30) ayudará, pero el club no quiere correr riesgos.
Un casco gigante de la NFL, el jueves en el Palacio de Cibeles.AP
Más allá del Bernabéu, la ciudad se ha engalanado para la ocasión. La Comunidad de Madrid y el ayuntamiento han invertido 3,3 millones de euros (1,5 el gobierno de Ayuso y 1,8 el de Almeida) para promocionar el partido, que aparece en todas las calles del centro de la ciudad gracias a unos carteles colocados en lo alto de las farolas. Las instituciones esperan un impacto económico de 70 millones de euros, fruto de todas las acciones publicitarias que se generarán a lo largo y ancho de la capital. Habrá actividades en Cibeles, Plaza Mayor, Sol o Vallehermoso, y presencia de otras franquicias que no juegan el partido, como los Kansas City Chiefs o los Chicago Bears.
El Bernabéu actuará como «punto de inflexión», así lo admite la organización, para la expansión definitiva de la NFL en España.
Aurélien Tchouaméni y Eduardo Camavinga son uña y carne dentro y fuera del campo. Los centrocampistas franceses del Real Madrid son los protagonistas de la última 'jam session' de Mahou. En ella, se sientan al piano para versionar la canción '7 years' de Lukas Graham y mostrar sus dotes artísticas. Un talento que empezaron a crear en común durante los ratos libres del Mundial de Qatar.
"Aprendimos en la Copa del Mundo, teníamos mucho tiempo libre y queríamos buscar algo que hacer durante la competición. Ahora estamos mejorando", explica Tchouaméni durante el vídeo compartido por la marca de cerveza. "'Nuestro grupo se llamaría Tchouameninga", responden entre risas preguntados por el 'mote' de su grupo, un nombre que les puso en sala de prensa, y sin quererlo, Carlo Ancelotti. Una mañana en Valdebebas, el técnico italiano se confundió al hablar de los dos futbolistas y creó un nombre que ahora no para de salir en el vestuario, donde vacilan a los franceses.
Además del fútbol, la música también une a los centrocampistas. "Aurélien escucha buena música, a veces le robo", confiesa Camavinga, que es "el DJ del equipo", asegura Tchouaméni. El ex del Rennes está muy influenciado por los brasileños Vinicius y Rodrygo, con los que ha estado de vacaciones en alguna ocasión.
"Escucha música de Brasil con Vini y Rodrygo", cuenta Tchouaméni. "Y afrobeat, que es música que no podemos hacer aquí en el piano", insiste Camavinga, que también admite escuchar al argentino Duki y mucho reggaeton. "Yo soy de J Balvin y Bad Bunny", confiesa Aurélien.
La unión entre los dos es tan lógica como natural. Llegaron con un año de diferencia, uno como apuesta de futuro (Camavinga) y otro como sustituto de Casemiro (Tchouaméni), y han ido creciendo juntos, compartiendo momentos por la facilidad del idioma y siendo parte de la pandilla que han creado con Vinicius, Rodrygo o Bellingham. Y claro, aparecen los hobbies: "¡Yo también toco el piano!", sonreía y recordaba Camavinga el pasado martes, en la rueda de prensa previa a la vuelta de octavos de Champions contra el Leipzig. Cuestionado sobre los talentos de Tchouaméni, Eduardo también sacaba pecho: «Yo puedo tocar el piano, puedo cantar, puedo hacer muchas cosas», admitía. «Y voy a aprender a tocar la guitarra», añadía, en referencia al hobby de Rodrygo Goes.
El fútbol español acumula goles, partidos y lesiones a partes iguales. Es la Liga que más jornadas lleva disputadas, siete, por las cinco de Italia, Francia e Inglaterra y las cuatro de Alemania. Una diferencia abismal que se nota en el físico de los futbolistas, con estrellas que ya han tenido que parar por problemas físicos. El Barça lamenta la baja para toda la temporada de Ter Stegen y el Madrid acumula preocupantes pasos por la enfermería. Primero Camavinga, luego Bellingham, Brahim y Ceballos y ahora Kylian Mbappé, que estará de baja casi un mes por una lesión en el bíceps femoral de la pierna izquierda.
El galo, gran fichaje del verano en el mercado hispano, se perderá el derbi madrileño, la segunda jornada de Champions y el duelo liguero contra el Villarreal. Volverá después del parón de selecciones de octubre, el día 19 ante el Celta. El Madrid, y la Liga, estarán varias semanas sin la gran estrella del fútbol europeo. Malo para el conjunto blanco y mano para la competición, que pierde al segundo clasificado en el Pichichi (5 goles), por detrás de Lewandowski. Más allá de la mala fortuna está la exigencia del calendario.
El Madrid vive una temporada infernal. A la acumulación de jornadas ligueras se le suma el extra de la Supercopa de Europa, que limitó las vacaciones de los futbolistas de Carlo Ancelotti y empujó sus minutos. Nadie ha jugado tanto como el vestuario del Madrid. Los blancos han disputado nueve encuentros, por los ocho del Manchester City y los siete del Atalanta. Valverde, Mbappé, Militao, Vinicius y Rüdiger han tenido minutos en todos, con el uruguayo como futbolista de campo más utilizado de Europa (789 minutos) por delante de Mbappé (783).
El delantero francés, que también participó en las dos citas de Francia en el último parón, no ha rotado ni un solo encuentro con el Madrid. Parecía que iba a ser suplente ante el Alavés, especialmente después del descanso de Vinicius en el encuentro del pasado sábado ante el Espanyol, pero Ancelotti decidió repetir con él en la punta del ataque y lo terminó pagando.
En el minuto 80 del duelo ante los vitorianos, el galo notó un pinchazo y pidió el cambio. Malas caras y preocupación en el banquillo y confirmación ayer tras las pruebas médicas. La comparación de minutos con otros grandes delanteros del continente explica la exigencia del Madrid y el escaso descanso que ha tenido el futbolista.
Los minutos de otras estrellas
Erling Haaland ha disputado 630 minutos, 150 menos que Mbappé. Guardiola le ha exprimido haciéndole jugar los 90 minutos de todos los encuentros salvo el último de la primera ronda de EFL Cup, y ni así llega a los números del galo. Lewandowski, por su parte, ha sido titular en los ocho duelos del Barcelona entre Liga y Champions, pero Flick le retiró en varios de ellos antes del minuto 75. Harry Kane, el otro gran goleador de Europa, suma solo 463 minutos tras cuatro jornadas de Bundesliga, una de Champions y otra de Copa. En todos los encuentros, salvo en Copa, ha sido titular.
Lo que dicen los números es que ningún entrenador rota a su gran delantero estrella. Es difícil hacerlo porque de sus goles dependen los puntos. Ni Guardiola con Haaland, ni Flick con Lewandowski, ni Kompany con Kane. Lo juegan todo. El problema de Mbappé y del Madrid es la exigencia de la Liga y de haber disputado la Supercopa de Europa.
Enfado madridista
El enfado en el cuadro de Chamartín es mayúsculo, aunque ya lo era antes. En el Bernabéu no entienden la acumulación de partidos en el calendario futbolístico actual y se sienten perjudicados por las organizaciones, tanto FIFA como UEFA. Este curso, los blancos disputarán, como añadido a la Liga, la Copa y la Champions, la Supercopa de Europa (ya jugada en agosto), la Copa Intercontinental (en diciembre) y el SuperMundial de Clubes, este último al finalizar la temporada, entre los meses de junio y julio.
Un «disparate», así lo definen por Valdebebas, que no sólo perjudica al Madrid, aunque sea uno de los clubes que más partidos va a disputar esta campaña. Rodri, vital para el Manchester City y uno de los futbolistas que más encuentros acumula en 2024, acaba de sufrir una rotura del cruzado que le dejará muchos meses fuera de los terrenos de juego. El mismo Rodri que hablaba hace unos días sobre la necesidad de una huelga para parar toda esta locura de calendario. El enfado es global, pero los grandes clubes son los que más sufren por ello.
Mbappé es la siguiente estrella en pasar por la enfermería, pero no será la última.